viernes, 31 de diciembre de 2010

Adiós 2010

 

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Para muchos el año 2010 ha sido como la foto, nubes que penden sobre tu cabeza mientras esperas que caigan rayos y truenos y arrasen con lo que hasta ahora ha sido tu vida “normal”.

Para otros ha sido un año como la siguiente foto: una montaña de piedra que escalar y escalar, con esfuerzo y tesón para intentar conseguir el objetivo buscado, no siempre alcanzado.

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Para otros, el año 2010 ha sido algo parecido a esto: conseguir ver más allá del bosque sin que nada se te ponga por delante y te impida ver con claridad quién y qué eres… afortunados ellos…

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Para otros, el 2010 ha sido un túnel que nos ha dejado exhaustos, agotados y con una idea borrosa de lo que puede ser nuestro futuro   image

Menos mal que cambiamos de año…

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Aunque todavía tenemos mucho que andar, llegaremos, seguro…

Feliz año! Nos vemos

martes, 28 de diciembre de 2010

Hoy me han besado

Jo, pues menuda noticia pensarán algunos y otros opinarán que estoy idiota.

Vale, afino más: Me ha besado un tipo de un bar.

Jo, pues seguimos igual, qué chorrada…

Bien, detallemos más: me ha besado un tipo de un bar con el que he tenido más broncas que una tarde de televisión de telecinco.

Me he quedado patidifusa cuando al entrar en el bar se ha acercado y me ha dado un par de besos con ruido incluido. Ups, éste me ha confundido con otra- he pensado. Pero no, me ha saludado, felicitado la navidad, preguntado si quería un café y me ha abierto paso hasta la cocina.

Antes, ir allí de inspección era coger boli, acta y ponerte a escribir porque no te dejaba entrar al bar, porque se cagaba en tus muertos o porque te cogía la hoja de inspección y la hacía trizas. Fue coincidir un día que estaba el tipo en plan energúmeno subido con la presencia de su novia y empezar a arreglarse las cosas… la que se montó ese día. Ella diciendo que era cierto lo que le decíamos sobre la gorrinería y el desorden; el otro no sabiendo con quién tener bronca, si con ella o conmigo. Y yo sin saber si discretamente esconderme junto al congelador o silbar mirando al techo… como siempre que hago nervios, cuando llegué al despacho fui directa al baño con unos retortijones de espanto (ya, siempre poniendo la guinda).

Les cayó una multa importante y como siempre con la administración a destiempo, cuando ella se hizo cargo de adecentar la cocina y el almacén y tomó las riendas de la actividad… ya podría haber sido con la primera acta, con la segunda, la tercer o la cuarta… la novena (pero como los jurídicos dejaron caducar algunas y otras actas las salvó el político de turno…).

La historia es que ella ha apañado el lugar y de paso controla al bruto… hasta él reconoce que sin ella, la cosa seguiría mal, tanto higiénicamente como en los tratos con sanidad. Ir allí de inspección se limita a ver que han corregido lo que les dijiste en la última inspección y ponerles alguna cosa que se les ha pasado o que les has pillado con más faena de lo normal.

Pues eso, que me han besado y me han felicitado el nuevo año. Y no, no era una inocentada.

lunes, 27 de diciembre de 2010

Creando zombies

Hoy se me va la olla… aviso… todavía estás a tiempo de pasar de leer mis idas de bolo… nunca mejor dicho porque peligra mi cerebro…

… 3…2…1…

Se acercan los zombies

…3…2…1…

Ten cuidado, se acercan más

 

…3…2…1

Van tras de ti

Hace un par de días pensé en escribir sobre la influencia americana sobre nuestra sociedad; sin quererlo ni beberlo todo parece girar en torno a los USA y no me refiero a las hamburguesas de McDonalds ni a la NBA… pero reconozco que es un tema que supera mi conocimiento, con lo cual, mejor paso…

Ahora, trasteando entre los periódicos digitales me encuentro que una cadena de informativos la transforman a cadena de gran hermano 24 horas. Flipo, alucino y me quedo pasmada. Tengo que reconocer que vi dos programas de gran hermano de la primera temporada, cuando había un tipo lloricas que era de Zaragoza pero me aburría más que ponerme a estudiar (vale, reconozco que soy rarita con las cosas del estudio). Ahora ya ni sé por qué edición va y la verdad ni me importa, bastante tengo con mi vida y existencia como para ver a unos hámsteres con forma humana dando vueltas en una jaula. Bueno, también es cierto que vi una miniserie británica sobre unos granhermanos que eran los únicos “humanos” que sobrevivían a una invasión zombie, hasta que, afortunadamente los “convertían” (aunque no eran conscientes de que ya eran zombies)

Mi hermana, la mediana, es una forofa de los zombies: comics, juegos de ordenador, pelis, libros, moños, camisetas… Cada día entiendo más esa atracción, nos están comiendo el tarro y nos dejamos… Luego que nadie proteste. De todas formas, cada cual se entretiene como quiere o con lo que puede… aunque siempre morimos al palo de lo que nos venden, de la moda y de lo que mola.

Nos atacan los zombies

¿Estamos dispuestos a combatirlos? O por el contrario, ¿dejaremos que se apoderen de nuestro cerebro?

jueves, 23 de diciembre de 2010

Navidades sin correr… raro, raro, raro…

Por primera vez en ocho navidades que llevo en salud pública no hemos tenido que salir corriendo a paralizar mercancía. Estoy alucinada… estamos pendientes del mail, del teléfono y del fax porque no es normal… o es que no se mueve marisco con esto de la crisis o es que algo estamos haciendo mal, porque no me creo que esté todo supercontrolado y los jetas se hayan tomado vacaciones.

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Ya, me he convertido en una desconfiada pero como fiel seguidora de House, creo que todo el mundo miente (hasta yo). Porque las mentiras piadosas, mentiras son y las mentiras “amenazantes” para conseguir que limpien o arreglen, siguen siendo mentiras.

 

De todas formas, se ve menos movimiento que otros años; el matadero ha matado menos que otras veces, las pescaderías están llenas pero no a reventar, hay industrias que han cerrado por vacaciones… de lo que estoy hartita es de las exportaciones, que si vino que si huevos, que si… como estamos en cuadro me ha tocado ir de sitio en sitio comprobando la mercancía... al menos me libro de ir al matadero a echar una mano.

Por si acaso, y de cara a la Noche Vieja, toquemos madera para que la calma chicha se mantenga por lo menos hasta que toque irme de permiso… Por ahora, a las siete de la tarde he procedido al apagado del móvil del trabajo, hasta el lunes a las ocho, me olvido del curro…

Nota al pie: Jo con mi madre, pedazo pollastre que ha comprado, uy perdón pularda no se mosquee (mi madre o el pollo)…

lunes, 20 de diciembre de 2010

Balance del año

Como tengo pocas esperanzas de que me toque la lotería, hagamos balance del año… la salud es algo que a mi edad, doy por hecho… por ahora.

Laboralmente estamos casi igual que a principios de año, los guarros siguen siendo guarros y por los siglos de los siglos. Han abierto más establecimientos que los que han cerrado. Los pueblos de siempre siguen sin clorar y se les ha sumado alguno que ha hecho corto en el presupuesto de mantenimiento del clorador o en los productos químicos. Como aspecto positivo, uno de los establecimientos que controlo, están exportando a lo bestia semana tras semana (más trabajo para ellos y para mi, pero es un gustazo ver como se involucran y modernizan día a día). El bucle sigue su marcha y a veces cansa repetir todo una y otra vez pero hay que asumir que esto es así y que los cambios no son lentos, son lentísimos.

Nos han bajado el sueldo y la rebaja ha sido importante volviendo a sueldos del año 2007… como dicen, todavía tenemos que agradecer que tenemos trabajo, aunque dudo mucho que llegue a jubilarme de funcionario y cualquier día decidan darnos la patada y mandarnos a nuestra casa sin paro.

Dentro del grupo de trabajo, perdimos a principios de año a un auxiliar que además de currar nos hacía reír, pero nos alegramos de que se ahorrara 140 Km todos los días. La que le sustituyó empezó rebotada porque le denegaron una comisión de servicios, pero una vez pasado el enfado, la cosa se arregló y es una tía con iniciativa y con un humor extraño que combina bien con el resto de majaras que somos.

Tuvimos sustos con ingresos hospitalarios, operaciones, revisiones médicas… hasta tuvimos boda. La novata decidió quedarse con nosotros a la hora de escoger plaza tras aprobar la oposición y por carambola nuestro farma interino preferido se quedó tras tres meses de incertidumbre. El final de año ha traído a un nuevo novato al que enseñar y el comepipas se ha ido a su casa con veintitantos años de retraso.

Personalmente progresamos adecuadamente en esto de la vida en pareja y nos toca ahorrar para amueblar un nuevo piso para dejar de una vez de ocupar la casa de nuestros padres en vacaciones. Hemos tenido alguna baja familiar, al menos rápidas y sin sufrimiento y de personas que vivieron vidas largas y buenas.

He seguido con el blog durante un año y algunos chalados han seguido mis historietas y comentado mis idas del bolo; para mí es genial encontrarme un mensajito de vez en cuando, Marta, Lidia, Javier, Anónimos, gracias por los mensajes.

Dejando el aspecto económico que es malo para todos, podemos concluir que no ha sido un mal año, aunque tampoco ha sido bueno… dejémoslo en un año más, que tiene alguna cosa que recordar y unas cuantas para olvidar.

El año que viene más y espero que mejor para todos.

sábado, 18 de diciembre de 2010

Ha llegado el novato

Tenemos chico nuevo en la oficina. Es raro pero en el equipo hay más chicos que chicas. Eso sí, la media de edad ha bajado ostensiblemente en el equipo con la salida del comepipas.

El nuevo tiene todavía cara de susto. No sabe por dónde le da el aire pero así es como nos sentimos todos la primera vez: decenas de  impresos distintos, programas informáticos, procedimientos de trabajo, instrucciones, cosas pendientes… entiendo que no se sepa por dónde comenzar ni qué diablos hacer. Demasiada información a procesar de golpe.

Ha ido preguntando entre los compañeros si era verdad que el comepipas era un señor mayor, si tenía hijos… pues sí, es mayor, tiene hijos y tiene un negocio que nada tiene que ver con la veterinaria… Parece que el comepipas le llamaba por teléfono para que renunciara a la plaza (desconozco si con pasta por medio) y este chico llevaba casi dos años en el paro… es lo que pasa en la administración, todos al aprobar hemos desplazado a alguien… y no tenemos la culpa, aunque a veces sientas remordimientos de haber mandado a alguien a la cola del paro o al final de una lista de interinos. Él ha aprobado una oposición y el comepipas ni siquiera se presentó. Punto y aparte.

Además de los nervios y la timidez de cuando llegas a un grupo ya hecho se junta la preocupación de hacer las cosas bien y la inseguridad del que no ha hecho una inspección en la vida. Pobre… me recuerda a alguien… ah, sí, a mí…

Casi mejor que venga alguien nuevo… prefiero un novato a uno de la vieja escuela, así es más sencillo que se adapte a la forma de trabajar del resto.

Ayer fue su bautismo… por ahora va de acompañante de rato en rato mientras ordena su mesa y sus archivos. Vio lo mejor y lo peor sin moverse de una manzana, una cocina limpia y apañada y un batiburrillo de cosas a lo que llaman bar. No era el peor de todos, pero sí muy representativo de lo que le va a tocar lidiar después de las no inspecciones del comepipas. Además de con olor de fritanga volvió sobrecogido ante la grasosidad.

Tenemos chico nuevo en la oficina. No me importa que haya que enseñarle todo. A todos nos tuvo que enseñar alguien. No me importa si es divertido o aburrido o si coge las cosas al vuelo o es lento. No me importa que mi trabajo se retrase o se retrase el de los compañeros porque le estamos echando una mano. Tenemos chico nuevo en la oficina y nadie puede ser peor que el que se ha ido. Poco a poco… paso a paso y conseguiremos sacar el trabajo de esa mesa… Uf, qué alivio!

miércoles, 15 de diciembre de 2010

¿El fin de las panaderías- pastelerías?

Cada vez encuentro más sitios donde venden pan, pero de ese pan de  las masas precocidas congeladas. En todas partes se ponen su horno y su congelador y pin- pan-pin-pan, pan recién hechito: gasolineras, carnicerías, bares, tiendas de periódicos…

Al menos por mi zona de inspección las panaderías van a menos; el pan es caro, muy  caro y bastante malo, con lo cual, se tira de puntos calientes y de supermercados con horario continuo que hornean pan sin cesar y así te llevas la barra calentita a casa… eso sí, para comer en el momento antes de que se vuelva goma o al contrario, antes de que se convierta en hormigón.

También es cierto que el pan que se hace hoy en día, incluso en los pueblos, no se parece en nada al que se hacía hace unos años. No sé si es la harina que no tiene la fuerza suficiente, que se usa más agua, las cámaras de fermentación o los hornos, pero como dice mi compañero boticario, ni aún juntando a los cinco panaderos del pueblo hacen pan bueno. De los cuarenta y pico obradores que he visitado en inspección, solamente cuatro o cinco hacen un pan de esos que al comprarlo piensas en preparar una comida con salsas o en un huevo frito para untar la miga (cargándonos la dieta, sí señor, pero dándonos un homenaje).

Los panaderos se quejan de la competencia desleal de los puntos calientes y de la repostería industrial… pero hasta ellos han dejado de hacer bollos y croissants o cruasanes (es que me suena raro verlo escrito así en plural) para rendirse a los precocidos. Tú vas a la panadería y ves todos los cruasanes igualitos con esa gelatina que les pone por encima (que siempre está en un tarro asqueroso que untan con un pincel que jamás ve el agua)… aire, puro aire y sosos perdidos. Ya la sorpresa es ver en las pastelerías usar bases de bizcocho industrial, eso me ha dejado anonadada, para eso lo compro en el super y hago la tarta yo.

¿Pero esto qué es lo que es? Vale, el trabajo de panadero es cansado, madrugones, calor en verano, esfuerzo físico, pero cómo diablos no van a perder clientela si te cuesta una barra lo que en el super tres y total, te hace el mismo papel… si al menos estuviera rico o te durase un par de días sin ponerse como una piedra… o que no te engañasen dándote pan congelado que les sobró como si fuera del día…

Con lo que me gustaba a mí ir de inspección de pastelerías y panaderías, el olor al pan recién hecho, ver cómo preparaban las magdalenas, alucinar con tolvas de chocolate derretido… y eso hace un par de años… ahora es discutir y discutir ellos de la competencia desleal y nosotros del deterioro de los obradores.

Ya la última sorpresa es encontrarme en una pastelería que hacían unos pasteles magníficos y una repostería artesana, que pasan ya de preparar las coberturas y los rellenos para usar preparados industriales, pasar de su repostería para utilizar la precocida… y sobretodo encontrarme que ahora les da por ponerse a vender pescado junto con las tartas… es que el panorama está fatal y hay que buscar cualquier salida…

… agggyyyy (lamento, quejío total) es el principio del fin… ya ni panaderías en los pueblos, ¿qué será lo siguiente?… miedo me da…

domingo, 12 de diciembre de 2010

Normal, ni más ni menos

En mi opinión, soy normal. Si se lo preguntan a mi madre dirá que soy una inmadura; si se lo preguntan a mi hermana mediana dirá que soy una estorbada, la pequeña dirá que sí, que soy normal a mi manera… Mis inspeccionados dirán que soy una …. piiiiii….. y La Rubia dirá que soy tan normal como él.

Claro que buscas normal en la RAE y a saber: ¿Me hallo en mi estado natural? ¿Por mi naturaleza, forma o magnitud me ajusto a ciertas normas fijadas de antemano? ¿Acaso sirvo de norma o regla? Consulto en el María Moliner y bueno, parece que encuentro lo que busco: Se aplica a lo que es u ocurre como siempre o sin nada raro o extraordinario. En cambio ante la definición de “se aplica a lo que representa la media” ya entro en pequeñas contradicciones.

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Soy normal porque me joroba cuando la gente escupe en el suelo de la calle, me jode pisar mierdas de perro o que se me pegue un chicle, me fastidia que me echen el humo de un puro a la cara y más cuando estoy comiendo. Soy normal  porque me joroba que la gente mayor se cuele en la cola del autobús y que los niñatos griten como si fueran sordos. Me fastidia que los mayores que van andando por la calle en su conversación jueguen a tapar la calle o que se paren de repente y te choques contra ellos. Me jode el olor a sudor rancio cuando subo en un ascensor pero casi me jode más el olor a perfume floral horrible mezclado con laca y polvos de talco de alguna pía de esas que canta a voz en grito en la iglesia.

Soy normal porque me horripila eso de los realitys y no tengo afán alguno por salir en la tele ni por ser famosa. Soy normal porque me gustan  las palmeras de chocolate, las pipas con sal y la tortilla de patatas con cebolla. Soy normal porque me siento idiota cuando me engañan con los cambios y cuando me mienten. Porque me gustan mis vaqueros viejos y desgastados y mi jersey dado de si. Soy normal porque odio tender la ropa y limpiar cristales.

Soy normal porque no me gusta que me hagan encuestas telefónicas. Soy normal porque me harta que el el telediario en la sección de deportes solamente se hable de futbol y siempre de los mismos equipos. Soy normal porque soy capaz de llorar como una madalena el día que tengo blandito y veo una peli triste u oigo una canción triste.

Soy normal porque me gusta pisar los charcos, el olor a tierra mojada, los días de frío con mantita en el sofá, un café con los amigos, jugar a la pelota con el perro, discutir por una chorrada con mis hermanas y coger trocitos de jamón mientras lo corta mi padre. Soy normal porque me gusta la forma en que me mira La Rubia y me acaricia la mano.

Soy normal porque creo que en la vida hay que trabajar y tratar de ganarse todo a base de esfuerzo y voluntad y no a base de ponerse tetas o tocarle la chorra a un torero. Soy normal porque no me gustan los niños ñoños que cantan o las niñas rubias de bote con morritos que lanzan gorgoritos con música chumba-chumba.

Hoy reivindico mi normalidad, que a lo mejor no es como la de la media pero es mi normalidad. Y tras mucho darle vueltas, me doy cuenta de que SOY NORMAL.

viernes, 10 de diciembre de 2010

Trastorno obsesivo

Voy por la calle paseando al chucho y en un cole están descargando la comida: una furgoneta refrigerada con la caja apagada, el suelo de la furgoneta lleno mierda y el tipo dejando las cajas de corchopán directamente sobre el suelo de la calle… que guay, luego dejan las cajas sobre la mesa, qué estupendo!

Camino por la tarde-noche hacia casa de los padres de La Rubia, paso por un kebab en el que en la puerta pone en un cartel, pollos asados 7€… en el asador de pollos, que está apagado, hay unos pollos a medio asar, así, sin más, a temperatura de tienda… ¿luego lo acaban de asar, cuándo, mañana por la mañana? y mientras ¿pasan allí la noche?¿nunca limpian el asador?

pollo

Estamos cenando en un restaurante y me he sentado en mal sitio, veo parte de la cocina… disimulo ante La Rubia para que no me cambie el sitio… a uno de los cocineros se le cae un montón de pasta cocida al suelo, la recoge y de nuevo a la olla… al menos se desinfecta un poco…

Paso por una pastelería… una señora está comprando galletas a granel. La persona que la atiende las coge con la mano y de allí a una bolsica… ¿y esa mano? ¿dónde ha estado? Con unas pincitas la cosa estaría mucho mejor, ¿no?…

galleta

Bufffffff, de verdad que hago lo posible para no fijarme en estas pijadas, pero parece que tengo un trastorno obsesivo que hace que mis ojos vayan directamente a las prácticas antihigiénicas aunque no quiera… ya no es deformación profesional es ya labor cuasi detectivesca… incluso por ejemplo con lo del cole me han entrado ganas de decírselo al de la furgoneta o a alguien del cole, pero, pensarán, mira la chalada gilipollas esta, ¿no tiene otra cosa mejor que tocarnos las narices?

A lo mejor si trabajara en una tienda de zapatos me pasaría el día discerniendo si los que lleva la gente son de piel o de plástico y si trabajara en una tienda de lencería estaría pensando si ese sujetador es wonderbra o lleva relleno… supongo que cada loco estamos con nuestro tema pero llega un momento en que lo mejor es reconocer tu obsesión y tratar de mirar a otro lado, antes de acabar con una camisa de fuerza.

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Buen finde. Se acaba nuestro macropuente, casi menos mal porque llevo una pasta gastada…

lunes, 6 de diciembre de 2010

El peludo de la familia

Manda huevos. Perdón por empezar así pero es que manda huevos. Dos veterinarios en casa y no sabemos qué le ha pasado al perro. Al menos tenemos la excusa de que no nos dedicamos a los animales de compañía. Pero los veterinarios de la consulta tampoco… Lo único que tenemos claro es que se ha envenenado. ¿Con qué? ¿Quién? ¿Dónde?

Síntomas, empezó por una excitación tremenda con incoordinación motora y pasó a la letargia con ceguera incluida y una respiración superficial y lentísima… la primera noche no creí que viviera.

Menos mal que es un chucho que se crió en una perrera y eso le da cierta resistencia. No pude dejarlo hospitalizado, ni los de casa tampoco quisieron. Mucho se quejan de los pelos del perro, de que es muy pesado todo el día jugando pero allí estábamos todos contemplándole mientras era incapaz de levantar la cabeza. Total, para tenerlo en observación en la clínica, lo tenía yo. Así que tras meterle unos diuréticos e hidratación nos lo trajimos, si se moría, se moría en casa con la familia (soy una dramática, lo sé). Lo dejamos en el cuarto de estar y allí me quedé de enfermera.

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Han pasado más de dos días. Le estamos metiendo chutes de vitamina B1 y si bien no está del todo al menos ya se levanta y camina… Supe que viviría en cuanto se echó el primer pedo en 15 horas y casi muero asfixiada. Todavía no fija bien la mirada pero las pupilas vuelven a contraerse. Ahora creo que hasta lloriquea para que le hagamos mimitos y le hablemos… de verdad, que somos unos bobos en esta casa, turnándonos para no dejarlo solo… aunque si esto lo hacemos con el chucho, imaginad la que se monta cuando el enfermo es un humano de la familia.

Esta noche hemos llegado a dormir casi dos horas seguidas (el perro y yo). El colega se ha levantado, ha ido a la cocina y ha tratado de pedir una galleta (de las humanas que le molan). Se ha sentado y se ha caído pero hasta ha intentado dar la pata… ya es mi pedigüeño de siempre.

Ay, qué sustos…  no tendré más animales que no sepan explicarme dónde les duele o qué les pasa… la próxima mascota un tamagochi (joer, si soy madre seguro que me convierto en una neurótica hipocondriaca)

viernes, 3 de diciembre de 2010

Un pequeño trocito de mi vida

Estoy en casa. Es la casa de mis padres, que antes fue la casa de mis abuelos. Mi habitación fue morada durante todos los años que viví en casa, ante el horror de mi madre. Se notaban las marcas del celo de los posters que estaban colgados; casi ni me acuerdo de los que han ido ocupando las paredes a lo largo de los diez años vividos en esa casa… solo diez años, y me parece toda una eternidad... Los Depeche Mode, un caballo, un cartel callejero de un concierto de Las Novias en el De Vizio. Fotos de Pearl Jam, de Nirvana, del cantante de Skid Row (ese tipo debía gastar una pasta en suavizante para el pelo) un anuncio de un escaparate de un disco de Héroes del Silencio, un poster de Johnny Deep…

Aún sigue la calavera que me regalaron unas ex – amigas, la caja donde guardo las entradas de los conciertos, unas velas medio consumidas y unas flores secas del primer ramo que me regalaron (fue mi padre por acabar la carrera).

En la estantería siguen estando los libros de Gran Angular y por allí debe estar mi preferido: Konrad o el niño que salió de una lata de conservas…

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Siempre he dicho que mi familia es una familia de locos…  en el fondo somos como un clan gitano… Todos sabemos de todos y ante las celebraciones y las desgracias nos juntamos y comemos. Siempre comemos y bebemos… y acaban cantando canciones que jamás he logrado aprender del todo.

Mi primer recuerdo es el de un sofá marrón de pana. Mi madre con el pelo corto. Es algo que no he entendido, las madres cuando paren a los hijos tardíos se cortan el pelo como los toreros la coleta y para colmo, en el caso de la mía, dejó de ponerse vaqueros porque ya era una señora muy mayor… manda narices que yo tengo ahora más años que los que tenía ella y llevo el pelo largo y no podría vivir sin los vaqueros. A lo que iba, mi madre con una cartilla enseñándome a leer en el sofá de pana: la a era un dibujo de una araña, la i una iglesia, la o un ojo, la u una uva, pero no recuerdo el dibujo para la letra e… será que la letra e nunca me ha gustado...

Debía de ser una niña paliza para que mi madre me enseñara a leer, pero a los tres años ya leía cuentos en ese sofá tan cojonudo. Estaba genial, tenía unos reposabrazos que servían de trampolín para hacer volteretas y los asientos se podían sacar y hacer una tienda de campaña; dos hacían de pared y el tercero de techo. Además podías guardar los libros entre ellos y perder las cosas, dejar los envoltorios de los caramelos o incluso podías acabar encontrando un duro… Pegar los chicles, no, que te pillaban siempre.

Ah, los magníficos caramelos, los Sugus de limón y piña, los caramelos dobles de naranja y limón, los palotes, los caramelos de fresa… se guardaban en la librería, justo en el rincón donde vivía el fantasma Federico. Era en la otra casa, un quinto piso desde el que se veían dos patios, el de un colegio mayor y el recreo de otro colegio. No recuerdo si mi madre me echaba la bronca por comer caramelos, pero siempre había en ese armario. Como siempre, que boba, me he impuesto límites… mi límite con los caramelos era no comer más de nueve al día. Lo que no recuerdo era si los caramelos dobles, esos que iban envueltos en papel dorado o plateado, contaban como uno o como dos.

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Pasemos a Federico. Era el fantasma del rincón que formaba la librería con el mueble que hizo mi padre para su cadena de música. Allí estaba el interruptor para la luz del cuarto de estar. Cuando llegábamos a casa, siempre era terrorífico encender la luz… hasta llegaba a sentir como telas de araña sobre las manos que me querían hacer traspasar la pared.

A mí, Federico no me regalaba nada, pero a mi hermana mediana, su amigo Raúl, que seguro que no existía y que se lo inventó por envidia cochina de mi fantasma, le regaló un cepillo de dientes de Kitty. Siempre igual…

Hermanas, cinco años sin tener ninguna y de repente aparece una niña calva. Calva y pelona que enseguida tuvo dientes y aprendió a utilizarlos como una caníbal cualquiera… en mis manos, en el filete de ternera, en todo lo que se le ponía por delante.

Manda narices, yo que no comía más que caramelos y la otra con unos cuantos meses, acababa con las chuletas. Ah, porque no os he contado lo gran comedora que yo era… ahora debo estar resarciéndome de todo lo que dejé de comer en mis primeros cinco años. Viva el puré de verduras y la comida triturada… hasta que decidí probar una noche un trozo de pan untado en la yema de un huevo frito… si hacía bola con las lentejas…

Es un secreto, pero metía la comida en la servilleta y luego la tiraba al váter… diréis que eso lo hacíais todos… pero si os digo que ya llevaba tres horas ante el plato de judías verdes… hasta que llegaba mi abuela con sus chicles de clorofila, los chupa chups de limón, sus cigarrillos fortuna y mi paquete de pipas… se apenaba tanto, que acababa convenciendo a mi madre para que me quitase el plato con las judías tiesas…

Mi abuela. La madre de mi padre. La abuela de los ojos verdes y la nariz de pimiento; no por ser roja, sino por la forma… eso dice mi madre, además dice que la he heredado y por más que me miro en el espejo, yo no le veo la forma de pimiento. Además, hay pimientos de mil formas, y en la frutería no he visto ninguno como mi nariz.

Mi abuela me recuerda a la bruja esa que hacía la actriz de “se ha escrito un crimen” en  una peli de disney. Jugaba conmigo a las cartas de diosas griegas de mi tía Cris y a las arenas movedizas en un descampado que íbamos para sacar a la perra… le hacía saltar sobre los cascotes y restos de escombros porque había cocodrilos en la tierra reseca. Esos domingos la veía desplumar perdices de los tíos del pueblo mientras yo imaginaba que las plumas eran nieve.

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Leía la Lecturas  y hacía sopas de letras (los crucigramas, las otras eran de fideos o de puntitos). Fumaba a la vez que mascaba chicle o que comía un chupa chups de limón al que le había cortado el palito porque le daba vergüenza que la vieran comer caramelos a su edad. Lo que no se debía dar cuenta era de que cogía de un extremo del chicle y estiraba como hacen los niños chicos.

Jugaba a las tragaperras… No es lo que pensáis. Metía cinco duros y le daba a la palanca y listo. Allí acababa todo tipo de ludopatía y solo cuando le sobraba el dinero al comprar tabaco. Lo mejor de todo era que por las tardes venía a casa a vernos y traía unas bolsas de pipas con sal… qué ricas!

Los domingos se empeñaba en hacernos la comida. Iba mi padre a su casa y volvía con una caja de cartón de FRIBIN con la comida (frigoríficos Binéfar, aunque a mi me sale siempre decir fibrín, me suena mejor; lo de la caja debía ser porque mis tíos del pueblo tienen una carnicería). Hacía un pastel de pescado para chuparse los dedos, una ensalada de patata con huevo de la muerte y una carne que nunca he sabido explicar a mi madre que estaba que te cagabas… Esa carne y unas sardinas con tomate que hacía de vez en cuando para que cenase mi padre y que acabábamos comiéndonos las hijas, no las he vuelto a probar desde que se murió. (Mamá, porfa, no hagas eso tú también, las recetas se escriben y se guardan, no se llevan a la tumba).

Estoy en casa. En casa de mis padres, la que antes fue de mis abuelos. Mi habitación es ahora amarilla y está llena de cosas de mis hermanas. Solamente queda el poster de Pearl Jam y la orla de la facultad… pero he encontrado el libro de Konrad… ya solamente queda lograr encontrar la receta de la carne dichosa

jueves, 2 de diciembre de 2010

Me río de las mujeres ricas de la tele

Pijilandia existe donde menos lo esperas… no es Marbella ni el barrio de Salamanca, ni un cortijo andaluz, ni una fincaza extremeña…

Se ciñe sobre nosotros una nube sin final que está descargando nieve… oh, oh, ya veremos si nos vamos de puente…

Hoy he ido de fincas… cotos de caza enormes con casas señoriales que preparan  una zona para la evisceración de los animales que abaten.

Hace un tiempo estuve en una que habían vallado todo un pueblo y solamente lo abrían para los santos para que se pudiera visitar el cementerio… flipé… no tanto como la almazara de los italianos pero casi…

Lo de hoy, me ha dejado alucinada… en un pueblo que no hay ni tienda, solamente un pequeño bar sin cocina con horario de café y partida, me esperaba un todo terreno lleno de barro. Jesús, un dominicano  de sonrisa blanquísima me ha adecentado el asiento trasero (el de copiloto no existía) para llevarme por el “buen camino”… Ya he incumplido de nuevo un precepto de mi madre: nunca subas a coches de desconocidos…

Y allá que nos hemos ido por un camino que de bueno, ja, el coche se iba todo el rato de atrás y los baches y el barrizal seguro que eran paraísos para el cochino jabalí… Durante el trayecto me ha contado su vida, sus viajes, sus 10 meses siendo el único humano en la finca… Y de repente, en la nada, uno de los lugares más fabulosos que he visto… Su piscina cubierta, su piscina al aire libre, su pedazo césped, su bar al pie de la piscina, un cenador alucinante, una casa preciosa sin adornos de esos horribles tipo columnas dóricas y volutas con parras que me horrorizan cuando no es el artesonado original, su edificio para los invitados, sus cochecitos eléctricos para desplazarse, sus pistas de tenis,  sus mastines, sus ciervos… Pobres Bambis, criados y cuidados para acabar con un par de tiros…

Un sitio tan bonito y nunca van los propietarios, solamente para cazar el año que les apetece… decía el guardés que siempre tiene todo listo por si aparecen, menudo gasto para nada, pero claro, seguro que es calderilla para ellos. Al menos la disfruta, aunque trabaja, el tal Jesús, que tenía unas ganas de palique… al final no he desobedecido lo que mi madre me decía de pequeña porque le dejo hablar un poco más y me cuenta hasta la vida de su abuela.

Total, media hora en coche para llegar al pueblo, veinte minutos de caminos de rally y solamente diez minutos para la inspección y el papeleo, veinte minutos de palique y dar vuelta para enseñarme la finca por encima, otros veinte minutos para regresar y tres cuartos de hora más para ir a otra finca a hacer lo mismo, aunque esta vez sin chofer y a paso tortuga para no quedarme atascada en el barrizal.

Mañana poco productiva, mucho kilómetro y gasto de combustible para poca cosa; conocer a Jesús ha sido cuanto menos, peculiar… visitar dos fincas alucinantes ya no me despierta  envidia porque es algo que no te puedes ni plantear en sueños (si la perrera era tres veces mi casa y la extensión de césped de la entrada de la casa era como la de un campo de fútbol)…

… aunque la verdad es, que cuando veo semejantes casonas, lo primero que pienso es en las horas que hay que meter para limpiar tanto suelo y tanta ventana… nada, que no nací para ser ricachona… será mejor que vaya a dar un repaso a la entrada que el barro y las patas de perro no son buena combinación.

martes, 30 de noviembre de 2010

Intentando ser optimista

Al mal tiempo- ganas de quedarte en la cama… hay que hacer una revisión del refranero ya.

En menos de 12 horas hemos pasado de la nieve, a la lluvia, a la niebla, al sol asomando entre las nubes, al viento…

Para colmo, cada vez cobro más tarde y menos… y las noticias que nos llegan no son nada alentadoras en cuanto a sueldos y permanencia de algunos compañeros. Está la cosa tan malita en la administración que están sacando expedientes antiguos, de esos que nunca se pagaron para exigir el pago… manda huevos que tú hagas una inspección de un sitio inmundo, te curres un informe de narices para que luego, si no se paga la multa, la administración ni se moleste en reclamar… ¿de qué sirve el trabajo que hemos hecho? Para nada, porque el establecimiento se ha salido de rositas y claro, cuesta más solucionar los problemas que hacerse el sueco sin pagar la multa… pues ahora, que tiemblen algunos (como siempre los que no tienen padrino ni sombra bajo la que cobijarse)

Para animarnos un poco, aquí va una foto del lugar en el que ahorita mismo me iría sin dudar:

P8310064

Al menos esta mañana ha sido entretenida, “jugando a las casitas”, es decir, intercambiando opiniones con un arquitecto y quitándole malas ideas, higiénicamente hablando… unas monjitas que han decidido que para mantener el convento o se ponen a hacer postres o ….a mí se me ocurren muchas ideas pero a lo mejor no son los senderos del señor… (vale, todas son delinquiendo)… pero dos horas de revisión de plano y “negociando” la normativa acaba cansando… (por negociar entiendo ser educada e inflexible con los requisitos mínimos que se exigen en una instalación y que así marca la norma… parece que lo pienso, lo medito y cuando creen que me han convencido, zas, les razono el porque no y trato de convencerles yo)

lunes, 29 de noviembre de 2010

Año de nieves- lleva cadenas en el coche

La primera nevada de la temporada… ni ha cuajado ni porras, lo justo para engorrinar todo y que el perro vaya dejando sus “lindas” huellas por toda la casa… creo que algunos se las prometían felices esperando no poder llegar al trabajo (seguro que rezan esta noche el Jesusito de mi vida tú eres niño como yo esperando que mañana haya un manto blanco).

Estaba repasando los archivos de unos establecimientos para ordenar y ver por dónde van los tiros (es que sigo con la limpieza del comepipas) y de verdad, me cuesta leer y entender lo que pone.

Ya no es la letra, que entiendo casi cualquier cosa (nada como ir toda la vida a clase con el mismo chico al que habitualmente en el cole le fastidiaban el recreo para hacer caligrafía- en la facultad tenía la misma letra y pocos la entendíamos, a pesar de que eran magníficos sus apuntes- un beso para los exiliados a UK).

No es por la falta de puntos, comas, mayúsculas mezcladas con las minúsculas, ausencia de tildes, o las abreviaturas estupendas de  “xq”, “k”, “nd”…

Entiendo, porque me pasa, que si escribes con el ordenador se te pueden saltar las letras pero a mano con boli… tengo mis dudas… al no ser que estés en la higuera mientras redactas. En cuanto a las tildes yo soy la primera que debería recordar lo de los hiatos y diptongos…

Pero es que veo “ganba” y algo me chirría en la cabeza y tengo que volver a leer toda la frase para saber de qué puñetas se está hablando… lo mismo  con  “uviera”, “suvir”, “cozer”, “vevida”, “estiva”, “xeso”, “tranpiya”, “extornudar”… no sigo porque parece coña. A veces me da la sensación de que está escrito a propósito porque algunas de esas palabras en otras inspecciones están bien escritas, pero manda narices lo que hay que pensar para escribir a posta eso.

La verdad es que viendo esto (que no sé ni cómo definir) da la sensación de que la inspección es un mensaje de móvil. ¿De verdad que el que escribió llegó a terminar una carrera universitaria?

No sé por qué pero me imagino a mi madre como inspeccionada intentando leer la copia de la inspección (mi madre pone cara de avinagrada señorita Rottenmeier mezclada con una expresión de asco que hace temblar las piernas de cualquiera):

- Disculpe señor – diría agitando el papel como si fuera un pañuelo.- ¿Me puede traducir esta cosa?

- No, no señor, perdone pero allí no pone gamba, pone ganba, G-A-N-B-A, que no sé qué es ni es una palabra que recoja mi diccionario.

- ¿Acaso me está tomando el pelo? ¿Dónde está la cámara oculta? Me parece una desfachatez que me esté faltando al respeto de una forma tan soez. Ahora me escribe la inspección de nuevo en castellano por favor que su idioma no lo entiendo.

- A mis hijas les compraba cuadernillos Rubio, veo que su madre no tuvo esa atención con usted.

¡Ay! Si mi madre leyera esto… seguro que en el próximo viaje no habría ni un mísero “taper”…

A lo que voy, me parece una falta de respeto hacia el inspeccionado además de la baja confianza y credibilidad que puedes dar y favoreces la pésima opinión que la gente tiene hacia la administración… No sé qué opinará el nuevo compañero cuando lea las inspecciones anteriores, pero a mí, me da vergüenza.

viernes, 26 de noviembre de 2010

Quiero un poli para ir de inspección

Parece que esta semana me ha dado por recopilar noticias…

http://www.europapress.es/andalucia/sevilla-00357/noticia-detenido-dueno-supermercado-ecija-hallar-productos-caducidad-manipulada-20101126150422.html

Flipo, flipo… yo he tenido tipos de estos y la poli no se ha presentado, ni lo han detenido ni le han puesto mayor multa que la del decomiso y destrucción de toda la mercancía… jo, yo quiero ir con un poli de estos, seguro que no se chotearían tanto de nosotros…

Porque está claro que nos toman el pelo. La poli y la guardia civil no se andan con tonterías y los de consumo cuando se ponen tampoco… y nosotros ni presión ni porras, ya puede estar el sitio guarro y tu tomando medidas que te paran los pies a la primera… 100 euros de multa a lo sumo o incluso menos… si sale más caro hacerlo bien!

La de veces que he escrito en actas que las fechas de consumo estaban rascadas (en botellas, latas…) que se habían pegado pegatinas supercutres modificando fechas… vamos que recuerdo todavía con asco y estupor encontrar envases de salmón ahumado un año caducados junto a unas morcillas blandorras blanco-verdosas con un olor nauseabundo… ¿pasó algo? jajaja, que estuve soñando durante días y para colmo, cada vez que pisaba el pueblo con el coche del trabajo, los abuelos me insultaban porque quería cerrar el super de las rebajas…

O la vez que todo el almacén, todo y digo todo eran productos caducados, desde la cerveza con un par de años caducada a las conservas, pasando por el café, los encurtidos… que manda narices con las fechas de consumo preferente tan largos que tienen… pero claro, el listo había comprado la mercancía retirada de otro almacén… allí encontramos de todo y se resolvió inmovilizando todo y que lo destruyera… pues gustosamente le habría puesto un multazo aparate de pagar la destrucción (que esa fue otra porque el tipo no quería pagar a la empresa y me gritaba que era yo la que tenía que pagar la destrucción porque le había jodido el negocio)… ¿y acaso se entero alguien?

Bueno, que es viernes, BIEENNNN, La Rubia no está de guardia y no creo que haga más espantadas al juzgado a las nueve de la noche… aunque el domingo tiene examen de promoción interna (que no ha estudiado nada de nada pero no me sorprendería que aprobase el primer examen.. ¿os he dicho que es listo pero desmemoriado?)  Nos quedaremos en casita viendo el frío desde la ventana y vagueando, que esta semana nos lo merecemos.

Buen finde

jueves, 25 de noviembre de 2010

Alertas… alertitas… siempre tarde y bastante mal

El pan nuestro de cada día….

http://www.elpais.com/articulo/sociedad/186/alertas/graves/2009/mercurio/pescado/elpepusoc/20101124elpepisoc_5/Tes

Todos los días recibo unas cuantas alertas en el mail del trabajo. Tantas que ni siquiera tengo tiempo de ver de qué van. De vez en cuando miras alguna que te llama la atención pero directamente pasan a ser archivadas en la carpeta del mes correspondiente para que el resto de compas la pueda leer… unos meses más tarde las comprimo y cuando ya ocupen mucho ya veremos… supongo que las iré borrando cuando tengan unos añitos.

Solamente hago caso a las que me vienen con la banderita de urgente y con letras gordas en el título diciendo ALERTA CON ACTUACIÓN… en ese caso, perdemos el culo…aunque muchas veces,tarde y mal.

Estoy hartita del pez espada con mercurio, de los boles de china, de las espumaderas (raseras para mí) con migración de sustancias químicas, de la salmonella en chorizo de no sé dónde, de la presencia de cristales en café soluble, de las aflatoxinas, del etiquetado incorrecto porque no ponen que uno de los ingredientes (leche, huevos, frutos secos) y no piensan en las personas con alergias, de que salieron mil y un cargamentos de marisco de Corea con certificados falsos… Y prepárense, que viene el mejor mes para las alertas…

De todas maneras, creo que se comunican menos alertas que las que realmente existen y siempre o casi siempre nosotros somos los últimos en enterarnos y nos limitamos a comprobar que se han retirado de la venta tales lotes del producto X. Hay veces que parecemos unos vagos cachazas porque ya han dado la noticia en la tele y tres semanas más tarde vas por almacenes o supermercados para comprobar la retirada del producto. Los encargados de estos sitios te miran con cara de flipe: “¿me hablas de lo que salió en la tele o esto es algo nuevo?”. Los miras con cara de resignación y te encoges de hombros diciendo, “es lo de la tele”… haces tu papelico diciendo que no hay producto tal o cual, informas a tus jefes y has estado toda la mañana de acá para allá para nada de nada…

Y claro, a veces sucede todo lo contrario… te mandan la información fresquita, superfresquita, en la que el proveedor gigante no ha avisado a sus compradores, almacenes distribuidores… revisa lotes, revisa distribuciones, espera a que avisen a sus clientes, que éstos devuelvan la mercancía, computa la mercancía, actas, escrititos e informes… tres semanas con la alerta coleando, de oca a oca y de puente a puente que se me lleva la corriente… y jo, ni siquiera sale en las noticias…

Así que me ha sorprendido encontrar la noticia y por eso la he comentado. 

A todo esto me ha molado lo de las microbacterias (deben ser las hermanas pequeñas de las bacterias, chiquitas ellas)… pero al menos, ha salido una noticia sobre nuestro trabajo, aunque no sé a qué se referirán con eso de la “actuación inmediata de las autoridades”, suena como si las actuaciones las hicieran unos batallones armados, vamos como si fueras Lara Croft vestida de comando dispuesta a liarte a tiros con el marrajo… igualico, igualico a la realidad.

martes, 23 de noviembre de 2010

Excursión en la niebla

¿Quién es quién? Ni me llamo Ambar ni La Rubia es una chica. Tampoco somos una sola persona con doble personalidad. Este blog se pensó, en principio, para descargar tensión y mala leche y comentar las cosas que nos llamaban la atención en nuestro “destierro”. Al final la cosa ha evolucionado a ser un casi diario en el que mezclo trabajo con las cosas que se me pasan por la cabeza.

Tras esta no aclaración, la cagada del día, iba a poner foticos que tanto le gustan a Javier (para un asiduo que tengo, hay que mimarlo) y al ir a descargar las fotos la tarjeta ha pedido que la formatee… ¿y las fotos? El bueno de La Rubia ha intentado recuperarlas como ya hizo con otra tarjeta pero ni flagüers. Con lo requetechulas que habían salido y con el frío que te cagas que he pasado…

Hacía una niebla que ni Jack el destripador hubiera encontrado una víctima a la que destripar y nosotros allí como tontos haciendo una inspección a los abastecimientos de agua de consumo de un pueblo. La nariz tiesa, las manos gélidas y hasta se ha congelado el boli…

Las fotos iban de lo guay que son los depósitos del agua en un pueblo tipo, con sus garrafas de hipoclorito para uso en desinfección de piscina, las filtraciones verdosas de los depósitos, las superescaleras oxidadas… la capa de limo asquerosita… y eso que en los de hoy no había cosas flotantes por dentro ni los depósitos servían para otras actividades extrañas como zona de botellón, escombrera, lugar donde se dejan bichos muertos… éste solamente tenía una peculiaridad, le habían puesto una especie de barra (yo he dicho toda pancha que de bar) pero que por lo que he entendido, servía para marcar la zona de tiro en el tiro al plato o al pichón.

Cagüen lo de las fotos.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Besos de Judas

Todo el día llovió, toda la noche lloviendo… a las cuatro de la mañana ya no sabía qué hacer… he desayunado, he visto la tele… no sabía si irme al despacho prontico o qué (menos sacar al perro porque llovía a cántaros).

La mañana ha sido aburrida, entre papeles y papeles… actualizando las inspecciones y depurando los expedientes, así que consulta de normativa por aquí, llama al compañero para comentarle que hace meses que no asoma la cabeza por allá, papelico por aquí, papelico por allá…

Ya entrada la mañana, el comepipas ha dicho que era su última mañana, que se cogía los días que le quedaban. Ni siquiera ha querido tomar un café con el resto de compañeros y la despedida ha sido como de pasada… un hasta luego y poco más. Conmigo estaba claro que la despedida no iba a ser de beso y abrazo porque no soy dada a besar a la gente que no aprecio. Para mí, un beso o un abrazo se hace con cariño y no por falsa educación. Pero es que no ha habido ninguna despedida “con sentimiento” con ninguno de los compañeros… como ha dicho un compañero, eran besos de Judas;  joer, aún recuerdo los lloros que me eché con una farmacéutica que por suerte seguimos en contacto a pesar de la distancia, o el alegrón triste que nos llevamos con el auxiliar cuando por fin dejó la carretera, o el pedo que cogieron unos compañeros tras la fiesta de despedida de otro… esto ha sido como un “que os zurzan” o algo así y tras marcharse todos hemos seguido con la marcha. También es cierto que no nos hemos ido a celebrar su marcha.

La única cosa curiosa del día ha sido por parte de La Rubia. Tiene un detenido, alguien que como “el Esmirriado,” simuló su secuestro y el pago del rescate… nada más y nada menos que el dueño del supermercado de las fotos del otro día… alucinante lo que llega a hacer la gente.

Esperemos que mañana sea un día mejor. Al menos que esta noche consiga dormir y no pasarme el rato viendo llover.

sábado, 20 de noviembre de 2010

Death whispered a lullaby

El título es una canción de Opeth que suena mientras escribo… el otro título que pensaba era “Extraños efectos de la melancolía infinita”… ya sé, un poco transtornada… esa soy yo.

Ya hemos comenzado a rascar hielo por las mañanas… me gusta este tiempo casi invernal con nieblas o vientos helados, con el sol luchando por asomar entre las nubes… esa sensación de que las orejas se van a caer en trocitos y que los mocos se congelan sabiendo que luego entrarás al calorcito de la calefacción… tardes de mantita en sofá con libro gordaco cogiendo calorías para salir a la oscuridad a dar el paseo al chucho, música pareja al tiempo, de The cure, Opeth, Smashing… volviendo loco al Spotify seleccionando las canciones más melancólicas y tristonas… Y todos los años igual, no cambio.

Después, cuando el invierno nos azote con la nieve, las heladas con los chupones de hielo amenazando en el tejado, las patinadas del coche y demás, me entrará esa morriña, hasta cierto punto cursi, por no poder ir a casa, salir con mis hermanas o discutir en persona con mi madre… comenzará la época de escribir más y más (espero que un día de estos consiga acabar mi historieta), de leer y leer y ver series en el dvd.

Espero que este invierno La Rubia vuelva a su guitarra… ya no tiene excusa para su falta de inspiración, han cambiado de juez y secretario en el juzgado y nadie puede ser peor que lo que se ha ido. No pensaba que había tanto caradura e inútil suelto en la administración y sobretodo en las plazas con cierto poder… claro es, que necesitan que existamos los mindundis (orgullosa de serlo) para que el trabajo salga adelante.

A la espera de que me embargue la melancolía infinita, esta tarde aprovechamos a darnos el gustazo de ir a ver a Les Luthiers… ni sé la de veces que he intentado comprar entradas y por fin, con las entradas compradas hace cinco meses, esperamos descojonarnos a gusto. Mañana viaje de regreso a Mordor, callados y tristes (incluso el perro) como cada fin de semana que venimos a casa… si es que los anuncios de turrón están hechos para nosotros.

jueves, 18 de noviembre de 2010

No tan bonito como parece desde fuera

La Rubia siempre está con la coña de que me paso la vida de bares y bodegas… ya, ya… mucha gente piensa que te vas a una carnicería y luego ya has acabado la jornada, ya, ya… También he llegado a escuchar que trabajamos desde casa… ya, ya.

En la tele ponen a personas con maletín y traje de chaqueta que hace la inspección desde fuera del mostrador o con una escafandra blanca en un matadero señalando con el dedo algo para que otro haga un expurgo… ja, ja, y requeteja. Eso puede que exista pero no lo he vivido jamás. Mi realidad es otra, es esta que cuento a continuación:

Madrugamos… y mucho…. hay compañeros que entran a currar a las tres de la mañana y otros a las tres de la tarde. Haga frío, nieve o haya caído la helada de la primera glaciación, coge coche y despacico, intentando no salirte de la carretera, llega al matadero. Muchas veces has llegado con un par de sustos en el cuerpo y el camión con los animales se ha quedado atascado en alguna cuneta o los matarifes no han llegado porque la nieve les llega a la cintura y el quitanieves todavía no ha pasado. (No voy a decir que soy una experta en trompos pero casi)

Igualmente, tampoco solemos comer a una hora normal… raro es el día que como antes de las cuatro menos cuarto y eso que el despacho lo tengo a menos de cinco minutos en coche. Y ojo no te toque hacer alguna inspección nocturna (que se hacen) o en fin de semana.

Como bien recordaba Anónimo en un mensaje, hacemos de mecánicos- lavacoches. Desde cambiar una rueda a mirar el aceite, poner cadenas, mirar la presión de los neumáticos, pasar la ITV… no, no es mi coche, ni tengo capacidad de elegir el taller ni posibilidad de dar el visto bueno a los presupuestos de reparación; los de Asuntos Económicos deciden si se cambia la pieza de tal por una nueva o si se intenta buscar hacer un McGiver (dícese de cualquier chapuza que dure durante unos meses o kilómetros a la espera de que haya presupuesto para repararlo en condiciones)… así, tenemos la flota con coches con casi veinte años que han pasado las mil y una penurias y asaltos vandálicos (raro es que no cambiemos alguna luna o que aparezca algún neumático rajado con saña, limpias arrancados, matrículas desparecidas, retrovisores a veinte metros del coche…). Eso sí, una de las cosas que aprendes es a no meter tu coche particular en caminos de cabras, nadie te paga la reparación ni agradece el esfuerzo.

Nos toca hacer de chapuzas de todo tipo, desde montar estanterías a montar los ordenadores en red aunque sea churrera (de la que me siento orgullosa porque funciona de coña), hacer mudanzas de despacho conforme el centro de salud necesita consultas y a ti te van llevando a los sótanos hasta que llegas al depósito de gasoil, cambiar enchufes, sustituir los fluorescentes (sí, estamos en un centro de salud pero no hay nadie de mantenimiento o al menos nosotros no entramos en ese mantenimiento); la última fue un farma con el soldador de su padre, arreglando un termómetro (y funciona).

También hacemos mucho guarreo, no voy a describir la que montamos cortando la cabeza a un perro con una mierda de cuchillo que usaba hace tiempo en un matadero… o la que montamos para recoger muestras de orina en cerdos recién sacrificados (joer, reza para que con el aturdimiento no relajen la vejiga)… Hay días que te vas a casa tan ricamente y te encuentras que llevas sangre hasta en las bragas y no es tuya, es que te ha calado la bata, el pantalón…

No somos como Sebastien Loeb pero nos ha tocado sacar el coche de barrizales y nos la hemos jugado campo a través (tú no frenes- me decía mi compañera- no frenes y que no se cale: dale al acelerador a tope y no mires a la derecha…. que no mires, que ya te digo yo que hay un barranco.----- Me sudaba hasta el último poro perdido)

Y a pesar de todo, me gusta…

martes, 16 de noviembre de 2010

Vida de un comepipas

A veces siento que lo trato injustamente, otras alucino de la flor en el culo que ha tenido durante muchos años, otras me retuerzo las manos y desespero…

La historia se remonta aproximadamente unos veinticinco años. Por aquel entonces trabajar en la administración era muy sencillo, solamente había que estar en el sitio oportuno en el momento propicio y fácilmente comenzabas a trabajar al acabar la carrera. Algo así le pasó al comepipas, acabó la carrera ya casi en la treintena y una sustitución de un mes en verano se ha convertido en casi veintiséis años.

Estuvo muchos años trabajando en ganadería porque como era el interino más antiguo siempre se quedaba marchándose los interinos con menos años de antigüedad. Al cubrirle la plaza le desearon buena suerte (pero lejos). No voy a contar lo que sé porque no lo padecí.

Es entonces cuando me tocó en suerte. Acababa de tomar posesión de mi plaza (cual niña del exorcista, con vomitonas nerviosas incluidas) cuando me dijeron que allá, en Rododendros del Poniente iba un interino. Hasta casi seis meses más tarde no lo conocí porque nunca coincidíamos, era más difícil conseguir quedar con él que con Keanu Reeves. Conocernos fue como si se le abrieran los cielos, una niñata, que de puta madre, voy a hacer lo que me salga de los huevos.

Yo flipaba. Literal. Pensar que un tipo con la edad de mi padre era un irresponsable caradura me resultaba inconcebible. Joer, creía que tenía que ser casi una enciclopedia sobre seguridad alimentaria y seguía con el runrun de los comedores colectivos del año 83.  Yo intentaba ir de buenas para ver si el tipo reaccionaba, pero no, 10 inspecciones al año y no pidas más que me canso. Con el menor censo de toda la comarca ni siquiera daba una vuelta al año a los establecimientos salvo a una fábrica de chorizos (6 inspecciones de un total de 10, ole y ole)… No soy una chivata, joer, cómo se lo iba a decir a mis jefes, si se supone que lo tenía que supervisar. Además, ¿quién soy yo para ver si el señorito va a currar todos los días o no? No soy poli ni estaba allí.  Daba igual. Ya se sabía. El coordinador del centro de salud lo denunció por uso indebido del coche oficial (uso particular a 215 km de distancia, viva la playita), uso indebido del despacho para pernoctar (así se ahorraba el alquiler de un piso o un hostal). Más tarde lo pilló la guardia civil en un control de velocidad, a casi 170 Km de su puesto de trabajo (en horas de curro)… Otra vez con tragos, otra con …. otra con… Ahora mismo no sé si le queda algún punto pero sigue conduciendo.

Pero si solamente fuera eso, el ir a currar dos días a la semana, usar el coche oficial o cargar el depósito de su coche particular a cargo de la administración… No, no se cortaba un pelo, autorizó verbalmente y sin conocimiento de nadie, un matadero… sin papeles, sin tasas, sin inspección, sin número de autorización, sin marca sanitaria en las canales… Tres expedientes de sanciones sin empleo y sueldo más tarde decidieron que lo mejor que podían hacer con él  no era mandarlo a casa sino clavárnoslo en el despacho para al menos, comprobar que se presentaba al trabajo. Día que faltaba sin justificar, día de vacaciones que se enviaba. Como niñeras, vamos, una gracia…Eso sí, nos hemos tenido que comer su trabajo y los marrones que no ha querido ver. Lo sencillo y tranquilo para él y la mierda a partes iguales entre los demás…. solamente almorzar y marcharse a buscar setas o a dormir al pinar, ir de aperitivo y comer pipas a diestro y siniestro.

En estos años se han convocado más de ocho oposiciones para veterinarios en la comunidad … me parece que si llevas tantos años en la administración es que tienes un claro interés por seguir y al menos, te presentas aunque no las lleves bien preparadas… pues no. En las últimas cuatro convocatorias no se ha presentado al examen. Compañero suyos, mayores que él, han ido sacando las oposiciones a base de sacrificio, esfuerzo y tesón, o al menos lo han intentado o se han buscado las habichuelas sangrando, vacunando… Supongo que pensaba que como estaba en la quinta porra, jamás le cubrirían el puesto. Hasta que ha llegado ese día. Ya apenas quedan plazas para interinos y las que quedan son los puestos que nadie quiere (mataderos con mucho curro y nocturnos o de fin de semana). Para colmo, y por fin justo a mi parecer, se prima el haber aprobado algún examen sobre los años currados y ha pasado de estar de los primeros a ser  del final de una larga lista.

Y ahora, superando la cincuentena le cubren la plaza. Por un lado te da como cosa, tiene hijos, es mayor, qué le va a pasar cuando se le acabe el paro, dónde encontrará trabajo si nunca ha trabajado en la empresa privada… qué va a hacer si no reduce su tren de vida… Por otro ya sabes lo que pasa cuando eres interino, tu plaza vuela cualquier día, bien la cubren, bien la amortizan… Que has tenido la suerte de estar así 26 años, pues qué suerte… otros hemos tenido que hacer sacrificios para estar aquí y aún así, no tengo nada claro que mi plaza sea a perpetuidad.

Es triste pero ya se están rifando su coche oficial y hay una ansiosa espera de ver al novato… nadie ha propuesto comida de despedida ni compra de detalle… eso sí, ya están diciendo que al novato se le entregue el censo original del comepipas. Hay un ambiente de fiesta que se nota por más que todos disimulemos con un oh, qué putada!

Nos quitamos un peso de encima, un caradura arrogante que vive del cuento y no da un palo al agua pero tengo un no sé qué que me hace sentir pena por él, por su futuro y su familia. En cambio lo ves así como tranquilo o resignado con sus pipas y marchándose a tomar su cervecica, como disimulando cuando supongo debe estar cagado de miedo (al menos yo estaría sin vivir en mí)

Hoy me daban ganas de decirle como a Boabdil, “no llores como mujer lo que no supiste defender como hombre”… seguro que me diría ¿¿¿¿mandé???? Y seguiría comiendo pipas.

lunes, 15 de noviembre de 2010

El síndrome de Esto es el Colmo

Ya lo he comentado en otras ocasiones pero de vez en cuando me conviene recordarlo;

Cuando comencé a trabajar en esto de las inspecciones casi iba pidiendo perdón y disculpas por decirle a alguien que su establecimiento estaba sucio, que en su industria se veían excrementos de roedor… el peor trago era cuando a alguien le decías que su apariencia personal (higiénica que no estética) y que sus prácticas en la manipulación de alimentos distaban mucho de ser limpias. En mi caso notaba que las orejas se iban calentando, que salivaba más que el perro de Pavlov, que las manos me empezaban a sudar para finalmente, sonrojarme, darme golpetazos con las esquinas o con los muebles y hasta tropezarme con mis propios pies.

Actualmente sigo dándome golpes con cualquier marco de puerta, esquina de la mesa, techo bajo, viga saliente… pero ya no me cuesta nada decir que alguien o un sitio es sucio. A veces usaré sinónimos o expresiones más suaves pero en otras no me corto un pelo (siempre desde la educación, jejeje).

Como siempre me enrollo con las introducciones…

Cuando vas a un sitio en los que has dicho que está sucio y demás y te encuentras que han limpiado, muchas veces reaccionas como si fueras un demente flipado. No sabes si abrazar al inspeccionado, si dar brinquitos de alegría, si darle la enhorabuena… lo normal es que agradezcas que haya limpiado como si fuera la proeza del siglo… lo imposible se ha producido, existen los milagros!!!! Y después cuando estás escribiendo en tu inspección que ha limpiado, que no se ven adherencias en la maquinaria, que ya no hay una costra negra en el rodapié, que la picadora se ha desmontado y las cribas no presentan restos resecos amarillentos de la carne que se picó hace lustros, te das cuenta de lo equivocada que estás por alegrarte, ¡coño, que es su obligación el que todo esté impoluto y limpio! No es un logro ni suyo ni mucho menos tuyo, es su obligación por la actividad que está realizando… tenemos una especie de síndrome tipo Estocolmo.

No nos tendríamos que plantear el ¿qué ha pasado hoy para que este sitio esté limpio? (Puede que se haya caído de la cama, haya visto una revelación con Don Limpio, que Mr. Proper sea su cuñado o que el representante de lejía le haya hecho una demostración práctica). La historia es que si hoy está limpio, es que sabe y puede… ese es el logro, el distinguir lo limpio de lo sucio que para muchos no es tan fácil; o a lo mejor no lo ha entendido bien pero sabe que haciendo eso se libra de una multa o de que esta pesada aparezca cada dos por tres diciéndole claramente que es un guarro.

Claro que la alegría dura poco en la vida del inspector… en la siguiente inspección te puedes encontrar que todo a vuelto a estar como al principio… ¿Habré soñado que este sitio estuvo limpio?

miércoles, 10 de noviembre de 2010

De vez en cuando el destino te da por saco

No quiero anticiparme por si se fastidian las buenas noticias, pero desde las dos y pico de la tarde estoy sonriendo como una boba… lo digo bajito  “a lo mejor se va el comepipas”   (Jo, me estoy volviendo un mal bicho alegrándome de las desgracias ajenas)… ya contaré…

Hoy creo que he estado como tres horas al teléfono. Menos mal que estaba de papeles en el despacho porque me pillan de inspección o conduciendo … y todavía estoy acabando la inspección.  Me pica la oreja izquierda. No encontraba los auriculares que me suelo poner cuando llaman tanto al móvil… diablos, teniendo el fijo, qué manía de llamar al móvil, que no hay manera de sujetar sin manos sin acabar con tortícolis (el altavoz ya digo que no es una opción). En medio de la llamada sonaban pitiditos de otras y la auxiliar me cogía recados en el fijo. Un caos.

Todo este rollo para comentar la jugarreta de hoy. En la que no he estado implicada (por ahora). Me llama uno de los veterinarios de las periferias. No nos tenemos ningún cariño pero parece que empieza a tolerar que sea su jefa que le supervisa el trabajo (cuando me incorporé al puesto me recibió como si fuera una niña estúpida con un paternalismo que rozaba el insulto y acabó metiendo el garrón hasta el fondo, pero eso es una historia que contaré otro día). Como siempre me lío, me lío…

Me llama ofendido y rabioso por lo que le acaba de pasar… unos de sus inspeccionados, con todo lo que él se ha esforzado por ellos, con la ayuda que les ha brindado, con lo bueno y perdonavidas que ha sido con ellos… (con el negocio que ha hecho con ellos como veterinario particular, que eso es lo que más le jode y no dice) … les ha pillado un montón de perniles y jamones en proceso de curación en una cámara, de los que no pueden acreditar su origen y para colmo no tienen autorización sanitaria ni medios para hacer un proceso de salado y curado en condiciones higiénicas.

Menudo cabreo llevaba… por un lado me sonrío porque siempre habla de los inspeccionados como si fueran una raza inferior pero por otro, menudo marrón inmovilizar todo (él, que nunca lleva ni actas ni precintos ni nada porque jamás le va a pasar eso… y se reía de nosotros porque en el maletero del coche llevamos  bolsicas de plástico, precinto adhesivo, precintos de plástico, actas y a veces, hasta cámara de fotos por lo que pueda pasar). De todas maneras, me ha sorprendido que no me llamara para que le ayudara, porque casi todas las actas para sanción que se hacen en sus establecimientos las hago yo porque pide la colaboración de “su jefa” (para que no quede de malo y quede yo como la gripia asquerosa esa que es una hija de pu…. vamos, es así como me vende… bfff prefiero eso a que digan que me vendo por vacunar a un chucho). Le han debido pillar con la defensa baja y no ha reaccionado.

Bien, me alegro que por una vez haya tenido que enfrentarse a una situación de éstas; quizás así deje de darnos lecciones de moralina y de la filosofía de la inspección en las reuniones.

Lo sé, me estoy convirtiendo en un ser depravado y maquiavélico… con lo buena y sensible que era yo (sobretodo en clase de religión). Pero de vez en cuando es genial que te den una bofetada a tu orgullo y te devuelvan a la realidad. Una cura de humildad no nos va mal aunque nos joda (seguro que el destino me la devuelve un día de estos--- seguro que camino a la navidad, para variar, como todos los años)

martes, 9 de noviembre de 2010

Con mal pie

Estamos la plantilla en cuadro, entre unos de curso, otros de permisos familiares, gastroenteritis, accidente de coche (sin complicaciones salvo un coche como un acordeón), esta mañana estábamos la friolera de un veterinario en las periferias, dos farmas y yo. Faltaba un sustituto que está a lo largo de toda la semana que ha aparecido una hora más tarde que el resto (he querido achacarlo a la tempestad que nos invade y a lo lejos que está esto de todas partes)… pero ha empezado fatal.

No puedes llegar a un despacho como Pedro por su casa (con todos mis respetos a la mayoría de los Pedros, Picapiedra incluido) y preguntar a bocajarro nada más presenta a alguien: Tú eres veterinaria o farmacéutica? ¿Yo? Farmacéutica. Y contestar, Ah, vale y no dirigirle ni una palabra más. Acto seguido, tras presentarle a otro compañero volver a lo mismo: ¿Y tú qué? ¿Cómo que yo qué? Que si eres veterinario o farmacéutico. Ah, farma. Y no hablarle más.

Después ha preguntado que quién faltaba y yo le he contestado que cuatro compañeros. No he creído oportuno tener que diferenciar entre vete, farma o auxiliar. No sé qué diablos le habrán hecho los boticarios en su infancia pero me ha parecido una falta de respecto total no hablarles más y para colmo refitolear por todo el despacho. (Refitolear, uno de mis palabros preferidos)… Joer si hasta ha abierto la nevera de las tomas de muestras y abierto una carta que no iba dirigida a él (que ni yo, que me tocaba registrar la correspondencia he considerado oportuno abrir porque va a nombre de una compañera y venía directamente de asuntos económicos).

Lo único que después ha preguntado ha sido por el coche, para poner mala cara porque el coche que le toca conducir es el más anciano (oye, que el coche que llevo habitualmente se lo han llevado al curso y yo no protesto, al revés, prefiero que vayan con el que llevo yo, que al menos sé que de aceite y presión de ruedas va bien porque está controlado)

Eso sí, a nuestra auxiliar le han regalado manzanas y él, refitoleando, las ha encontrado y ha cogido una sin decírselo a nadie ¿Y si era la compra de alguno? (Hombre, una manzana no se la vamos a negar, pero son las formas)

No sé, espero que sea el mal día que lo ha enfurruñado pero no me ha molado nada… y menos a los boticas que flipaban por lo desagradable que ha sido. A lo mejor es de esos veterinarios que no pueden ver a un farma ni en pintura porque siguen pensando que les quita curro… si es así, que tristeza perder la oportunidad de conocer a los del despacho porque son tipos estupendos. Allá él. Él se lo pierde.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Evolución- involución- desvolución???

Hace unos años nos impusieron, mediante circulares y procedimientos, una forma de trabajo que no a todos nos gustó; nos vendieron la moto de que todo establecimiento alimentario, hasta una disco, tuviera un documento basado en el análisis de peligros y puntos de control crítico y que primáramos ese documento por encima de cualquier cosa. Si en una inspección no hablabas del dichoso documento parecía que estaba mal hecha o poco trabajada y así te lo hacían saber mediante auditorías e instrucciones de trabajo. No importaba que pusieras que un sitio estaba guarro, no, lo que importaba era si tenía un registro de limpieza y un registro de supervisión de la limpieza que para colmo lo rellenaba la misma persona.

Esto conllevó a que la gente se gastara una pasta gansa en protocolos que no sirven para nada, ¿ de qué sirve que en un bar de bocatas te pongan unas fichitas estupendas para rellenar que limpias o que controlas las temperaturas si no sabes cuál es la temperatura correcta o usas un producto maravilloso que te ha vendido un megacomercial que en sus instrucciones dice que el uso es para explotaciones agrarias?

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Por ejemplo con el sitio de la foto, ¿no es preferible limpiar? además de tener en condiciones los utensilios de limpieza… El que este sitio tenga un procedimiento de autocontrol, como que me la plffff (suda queda fatal, lo sé y cada día me expreso peor)… me importa un bledo que pongan crucecitas cada vez que limpian cuando además no es verdad.

Las mentes pensantes desde los despachos no conciben que a esta altura de la modernidad, haya personas que no saben leer un termómetro o que se fían de lo que les vende el comercial de especias y no se leen las instrucciones de los preparados que usan para el chorizo fresco y que son los de la longaniza o no entienden las indicaciones de los productos químicos. .Sin estas ideas tan fundamentales, les obligamos a que tuvieran un protocolo, que fue el negociazo de cuatro jetas que se lanzaron al corta/pega por el módico precio de 300-500-900 euros. Y nosotros, gilis, hemos tardado años en hacer entender a los de los despachos que la realidad es parecida a las fotos que pongo.Que no en todos los establecimientos alimentarios se puede hablar de “efessubcero”, de actividad de agua o de amonios cuaternarios sin que te miren como si fueras extraterrestre

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Y ahora nos venden la moto de la FLEXIBILIDAD… aplicaremos la flexibilidad en algunos establecimientos por su naturaleza o volumen o situación; en estos será prioritaria la inspección de la condición higiénica sobre la existencia de procedimientos documentados.

Puñetas, que la flexibilidad ya venía contemplada en la misma normativa de la que te sacaste de la manga toda la movida de la obligación de procedimientos… y, sinceramente, los curritos de a pie que ponemos la cara, ya aplicábamos ese criterio de flexibilidad de forma disimulada: “no, hoy no veo documentación prefiero ver si has limpiado”; “no, ya veré el próximo día los registros de mantenimiento de las instalaciones, lo que vengo a ver hoy es que ya no haya cagadas de roedores”.

Que rollo lo de hoy, pero que pancha me he quedado

viernes, 5 de noviembre de 2010

Los años pasan…

Acabo de leer que mi película preferida de niña ya tiene 25 años… seamos sinceros, sigue siendo una de mis películas preferidas: Los Goonies. Si hasta jugábamos a encontrar un tesoro pirata. Eran unos chicos  “supermayores” y molaban un montón.  Aún recuerdo ir al cine con mi padre y mi hermana. Fue una época de pelis en el cine, los Gremlins, Indiana Jones… molaba ir con mi padre al cine. Y ya han pasado 25 años. Manda narices pero al verlos me siguen pareciendo supermayores (no en la foto actual, en el poster de la peli)

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¡25 AÑOS! Jamás pensé que llegaría el momento en que recuerdas cosas que pasaron hace un cuarto de siglo… Últimamente me pasa en muchas ocasiones:

- con los discos: ¿cuántos años hace que murió Kurt Cobain?

- con la gente: ¿cuánto hace que no veo a mis amigos de la facultad? ¿y de BUP? Si el otro día me encontré a un chico del cole de toda la vida y pensé “dios mío, ¿qué le ha pasado en la cara? Si parece su hermano mayor”. Y luego apareció el hermano mayor y casi me recordó a su padre. Y el enterarte de que alguno tiene tres críos o que otra se ha divorciado o que otro se murió… esas cosas las hablaban mis padres… jo, y ahora yo también.

- con la ropa: ¿por qué diablos guardo ese pantalón que ya ni me cabe? o casi peor ¿por qué guardo una camiseta de Pantera?¿y de Héroes del Silencio o la de Nirvana? Aunque para eso me gana la Rubia con sus camisetas de Ferry´s que hace siglos que dejaron de fabricarse (sin contar las descoloridas que ya ni sabes de que conjunto musicovocal eran)

Es una época rara… según mi madre no he salido de la adolescencia y soy más inmadura que a los veinte. Sigo teniendo conversaciones de cacaculopedopis y leo Harry Potter pero me empiezan a tratar de usted. Pienso que va siendo hora de comprarme una crema antiarrugas y ponerme unos taconcitos finos pero luego me pongo unas zapatillas de loneta rojas con unos vaqueros rotos y destrozados. Me agobian con que haga un plan de pensiones y yo prefiero gastar la pasta en un festival de rock duro….

DIOS, 25 AÑOS…. Si parece que fue ayer….

jueves, 4 de noviembre de 2010

Yo quiero en Viernes 13

En Zaragoza están construyendo un nuevo barrio en el que las calles van a llevar nombres de videojuegos como Tomb Raider o Mario Bros… que se suman al barrio próximo con nombre de películas como Los Pájaros, Parque de Robin de los Bosques, calle de El Resplandor, calle de la diligencia, calle de atraco a las tres, calle de la ventana indiscreta…

http://www.elperiodicodearagon.com/noticias/noticia.asp?pkid=621600

Que soso que vivo en una calle con nombre de ciudad, qué anodino y poco original… a lo mejor si hacemos una petición popular podríamos cambiar el nombre de la calle a Viernes 13 o calle de la invasión de los Ultracuerpos…

Lo siguiente será continuar con las calles de grupos de rock, como en Leganés, la calle AC/DC… molaria vivir en la calle Cradle of filth o en la calle Red Hot Chili Peppers

Como dice mi hermana, que venga la invasión zombie ya, pero ya, ya, aunque se morirán de hambre enseguida, con la poca sesera que gastamos…

martes, 2 de noviembre de 2010

¡¡¡Cómo está el patio!!!

Trasteando por Internet he encontrado esta noticia:

http://www.lavanguardia.es/ciudadanos/noticias/20101028/54060872155/un-pescadero-denuncia-que-fue-estafado-por-un-inspector-municipal-jubilado.html

Parece alucinante pero me parece que pasa más a menudo de lo que creemos.

Vamos, que conocí hace un porrón de años a un veterinario que se jactaba de no hacer jamás la compra (jactar, pensé que jamás habría un contexto donde colocar esta palabra); claro que también se chuleaba de no estudiar para la oposición porque le iban a dar la plaza por el morro (como así fue, tristemente para la profesión, para la oposición… y para los inspeccionados).

Lo máximo que he recibido en una inspección ha sido una botella de vino, una bolsa de madalenas o una docena de huevos… se mosquean cuando no aceptas nada y al final tanto te insisten que en alguna inspección no te queda otra que aceptar… pero de allí a ser un pago, un canon o una forma de hacer la vista gorda…

Está claro que jetas hay en todas partes… Jo, cómo está el patio!!!

Cucas al poder

Este puente, de marcha nocturna por las ventosas calles zaragozanas, pasamos por una tienda de teléfonos móviles que tenía algunas luces encendidas en el escaparate. Eso que pasas y algo te hace clic en la cabeza y reculas…. Cucarachotas más grandes que mi pulgar panza arriba por el parquet de la tienda. Y allí La Rubia y yo como idiotas intentando sacar una foto con nuestros teléfonos (son una castaña de móviles pero para el uso que les damos…)

Al día siguiente, pasamos de nuevo (es el camino natural de paso hacia casa de mis padres). Más cucas, algunas más gordas y todas muertas… A quien le haya tocado limpiar esa masacre cucarachil…. Sin exagerar se veían por el cristal de la tienda cerca de la veintena… A saber cómo estará la panadería de al lado, porque ya me contarás que pintan las cucarachas en una tienda de telefonía, no creo que sea para hacer una portabilidad…


Dejando atrás la guarrería, el mundo de las cucas es “fascinante” (entre comillas no penséis que estoy más chalada de lo que soy). Viven más tiempo del que pensamos, hasta 270-300 días como adulto tras haber pasado por las formas de huevo y ninfa. Pueden llegar a vivir casi un mes sin agua ni alimento y al ser omnívoras son capaces de comer cualquier cosa, desde papel a cuero, pelos, gomas, pegamentos, telas, caspa… Si es que son más fáciles de mantener que un tamagochi…

En nuestra oficina, un par de veces al año se presentan personas que dicen tener la casa infestada (siempre culpan a un vecino). En una ocasión nos hicieron ir a un piso para hacer un informe sobre por dónde entraban y quién era el responsable de su exterminio. Salí de allí con un picor por todo el cuerpo… eso sí era una guarrería… y el motivo más asqueroso: no pagaban el alquiler y tenían orden de desahucio y para justificar que no pagaban, dejaron de limpiar la casa y dejaron comida por todas partes y allí vivían con dos niños pequeños quejándose y sin limpiar… que conste que no creí que hubiera gente capaz de estas cochinadas, pero ya van por la tercera casa que hacen lo mismo… a lo mejor son sus mascotas… buag, paro que me empiezan a picar las orejas…

jueves, 28 de octubre de 2010

¿Qué puedes esperar…?

Esto va para el que pide reportaje fotográfico

¿Qué puedes esperar si junto a la puerta de entrada a un supermercado hay esto?

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Es la entrada… sí, en la mitad de la calle… sí, en teoría es un lugar civilizado con sistema de gestión de desperdicios y residuos urbanos. No, no es el punto limpio del pueblo, y no, no eran los restos de la descarga del día, eso llevaba allí unos cuantos días…

Lo que te encuentras dentro, es esto:

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Unos techos lisos, de fácil limpieza y desinfección, impermeables en óptimas condiciones de limpieza y mantenimiento que no desprenden partículas…

Y esto es lo que venden:

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¿De dónde viene esto? ¿Dónde se han cortado estas chuletas? La caja es de patatas fritas y sí, están metidas en un congelador sin etiqueta ni nada… ¿Y cómo se cogen y se sirven? ¡Menuda tontería! Pues con la mano.

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Ajá, parecen pollos congelados… ¿eran los que sobraban de la venta en fresco? Y yo qué sé…

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Exacto, los jamones eran caseros, caseros…

Lástima que no se puedan reproducir los olores en el blog y que la mejor imagen no se me haya grabado en el pincho…

Si cuento que aquí me arrancó una señora de la mano un pollo con el culo verdoso (el pollo, no la señora) cuando estaba haciendo una inmovilización de siete cajas llenas de pollos que estaban a temperatura ambiente en pleno mes de julio… o que encontré productos caducados hacía más de dos años bajo un cartel de rebajas en Navidades… o que tiramos ni sé cuantos kilos de carne putrefacta … o que durante una inspección me fue acosando un abogado… o que en una inmovilización dos tipos grandes y gordos se pusieron detrás nuestro para ¿amedrentarnos?… o que durante una inmovilización mientras la hacíamos, cargaron la mercancía y se dieron a la fuga mientras “amablemente” nos despachaban del establecimiento (los mismos dos anteriores)…

Para que luego digan que nuestro trabajo es sencillo y cómodo… no, para nada peligroso… según los evaluadores de riesgos laborales, no se considera que tengamos trato al público… no, ya… Apenas nos quitaron horas de sueño… vamos, los retortijones que tenía cada vez que tocaba inspección… nada, nada, que soy una exagerada

… Finalmente… tardamos cinco años… no, no pagaron las multas… se mudaron al pueblo de al lado y ese pueblo ya no es de nuestra competencia… Triste consuelo, la verdad.

miércoles, 27 de octubre de 2010

Con perricas… chufletes

Ya sé que para gustos, los colores, pero, hay cosas que no acabo de entender.

Por ejemplo, el gastarte una pasta en una bodega para embotellar tus tres hectáreas de viña y pensar que va a ser rentable venderlas por internet a 30 euracos la botella… claro, por soñar… pero no acabo de ver el negocio. Allá ellos. A lo mejor el vino que producen está de muerte y el negocio les va viento en popa… A mí, plim, es una actividad más en el censo a la que programar inspecciones.

Como esa bodega tenemos un par más; hay una en la que jamás he visto descargar una mísera uva, ni he visto trasiegos, ni mangueras ni ná… ¿blanqueo de algo? pues es nuestra sospecha… o que en los depósitos puede haber sorpresas macabras… (es que nos gusta mucho eso de montarnos películas gore en el despacho)

Después, tenemos una almazara en una finca de esas en las que la gente se mueve en helicóptero… claro, que con el camino de cabras que tienen, es lo más útil (salvo nosotros, mindundis con cutre todo terreno que botamos más que una pelota durante un partido de baloncesto). Si te descuidas ves un coctail con trajes largos y orquesta al ir de inspección (jo, nunca nos invitan a tomar nada). Como no querían hacer el  aceite con la plebe en la cooperativa montaron su propia almazara para envasar aceite y distribuirlo entre sus amistades. Ale, con perricas chufletes.

Que conste que por mí, perfecto. Es su hobby y su entretenimiento. No son sitios problemáticos, gastan cuartos sin pensar y de paso, incrementan el censo de actividades. Si les apetece, como si quieren montar un horno de pan, si les gusta y les mola, es su pasta, pero no puedo evitar alucinar en colores. Cuando sales de esas inspecciones, a veces te sientes cual mosquito insignificante, otras, acabas hablando con deje pijo y mucha otras das gracias por ser tú mismo y tus circunstancias, preocupándote de si queda leche en la nevera o si tienes que poner gasolina al coche…. a mí, eso de pensar en un vestido largo con tacones en mitad de una estepa como que no me va; buf, y preocuparme si la ama de llaves ha puesto las sábanas de 500 hilos y los Ferrero Rocher no se han derretido… deja, deja, dame un libro y un sofá y soy la mujer más feliz del mundo.