viernes, 27 de diciembre de 2019

He vuelto a canturrear

La Rubia dice conocer mi estado de ánimo según canturree... canto fatal, lo que no quita para que lo haga y destroce las canciones a mi manera... y por lo visto tras muchos meses sin cantar, canturreo por todas partes... yo solamente soy consciente de que no me levanto diciendo mierda o mecagüen algo como llevaba un par de años, día a día.

Y obvio, se debe a que por fin, he conseguido un traslado... Ahora soy tropa y no jefecilla de mierda (la diferencia es de setenta cochinos euros... vamos, que no merece ser jefecillo de nada si te lo tomas como yo lo hacía). La novedad es que estoy pendiente de mi curro y de ayudar voluntariamente a mis compañeros que me pidan ayuda... hago mi horario (ya no me sobran horas ni trabajo sin fichar), voy a mi china chana, inspecciones por aquí, inspecciones por allá... En mi primer mes sentí como mis hombros se descargaban, mi cuello recuperaba movimiento, ya no me daban ataques de cagaleras por los nervios... duermo casi cual marmota (aunque creo que lo de despertarme a las 03:03, será ya una constante en mi vida) y hasta se me ha normalizado la regla (ojiplática oiga)

Echo de menos a algunos compañeros; los desayunos locos con la auxiliar, los trayectos en coche camino de inspección y tonterías del día a día... incluso la voz por teléfono de algunos... y aunque parezca una locura, echo de menos algún sitio que inspeccionaba.

Ahora soy de las nuevas del lugar, donde todos se conocen desde hace tiempo y no sabes de qué palo van... aunque enseguida captas que hay bandos y yo, lo siento, soy como Suiza, me hablo con todos. Lo que me faltaba, no conocer a nadie en la ciudad y no hablarme con la gente del curro... Me han dado un montón de censo y curro, un coche mierdero y un par de sitios para inspeccionar de los que nadie quiere... pero... estoy encantada!!- a pesar de tener claro de que no es un sitio perfecto, que hay cosas que se hacen que me estallan la cabeza, pero, que no soy yo la que tiene que discutir, negociar y adoptar las decisiones, para que siempre alguien esté enfadado contigo. 

Ha sido un año raro. Muy raro... con mi primera baja laboral por enfermedad, con mudanzas, coche y más coche, sitios nuevos, gente nueva... Empezó regular, pasó a mal y muy mal, después volvió a un regular y acaba conmigo canturreando y leyendo como en los buenos tiempos. 

Lo sé, no hace falta que me recuerden que dije que si aprobaba la química no me quejaría más, que si me sacaba una plaza no me quejaría más, que si me daban un traslado no me quejaría más... seguro que acabo quejándome, pero por el momento necesitaba este cambio como el respirar.

Feliz año! Seguro que nos encontramos por aquí de nuevo...