El título es una canción de Opeth que suena mientras escribo… el otro título que pensaba era “Extraños efectos de la melancolía infinita”… ya sé, un poco transtornada… esa soy yo.
Ya hemos comenzado a rascar hielo por las mañanas… me gusta este tiempo casi invernal con nieblas o vientos helados, con el sol luchando por asomar entre las nubes… esa sensación de que las orejas se van a caer en trocitos y que los mocos se congelan sabiendo que luego entrarás al calorcito de la calefacción… tardes de mantita en sofá con libro gordaco cogiendo calorías para salir a la oscuridad a dar el paseo al chucho, música pareja al tiempo, de The cure, Opeth, Smashing… volviendo loco al Spotify seleccionando las canciones más melancólicas y tristonas… Y todos los años igual, no cambio.
Después, cuando el invierno nos azote con la nieve, las heladas con los chupones de hielo amenazando en el tejado, las patinadas del coche y demás, me entrará esa morriña, hasta cierto punto cursi, por no poder ir a casa, salir con mis hermanas o discutir en persona con mi madre… comenzará la época de escribir más y más (espero que un día de estos consiga acabar mi historieta), de leer y leer y ver series en el dvd.
Espero que este invierno La Rubia vuelva a su guitarra… ya no tiene excusa para su falta de inspiración, han cambiado de juez y secretario en el juzgado y nadie puede ser peor que lo que se ha ido. No pensaba que había tanto caradura e inútil suelto en la administración y sobretodo en las plazas con cierto poder… claro es, que necesitan que existamos los mindundis (orgullosa de serlo) para que el trabajo salga adelante.
A la espera de que me embargue la melancolía infinita, esta tarde aprovechamos a darnos el gustazo de ir a ver a Les Luthiers… ni sé la de veces que he intentado comprar entradas y por fin, con las entradas compradas hace cinco meses, esperamos descojonarnos a gusto. Mañana viaje de regreso a Mordor, callados y tristes (incluso el perro) como cada fin de semana que venimos a casa… si es que los anuncios de turrón están hechos para nosotros.
Tanta melancolía, tanta añoranza, tanto desánimo, tanta pena que me estabas dando y luego leo que vas a ver a Les Luthiers ¡pura envidia es lo que siento ahora!
ResponderEliminar(Disfrútenlo, con ellos la risa está garantizada)
Todavía me duele la mandíbula de reirme... si es que tengo una capacidad de pasar de la angustia vital a la risotada con explosión de lágrimas...
ResponderEliminar... no obstante, la cuenta atrás para la partida ha comenzado...