Iba de paseo dominical con mi perro por Mordor y, para variar, mi cabeza dando vueltas a ideas peregrinas y surrealistas: en caso de una invasión zombie, lo tendríamos jodido… no es como en USA que casi todo “quisqui” tiene un arma metida en el armario, dentro de una caja de zapatos y hay una armería al lado del McDonalds, encuentran búnkeres y sedes militares en cualquier puebler y consiguen colarse dentro con una navajita suiza y como no, encuentran agua potable, generadores, visores nocturnos, un lanzagranadas y tachán, el diario del coronel aislado en la base antes de convertirse en un zombie (que digo yo, que si está solico, cómo diablos se ha convertido en uno de ellos)
Aunque, si consiguiéramos las armas del cuartel de la Guardia Civil o de las casas de los cazadores, me temo que lo de apuntar a la cabeza del muerto viviente no es igual que atinarle a botellas vacías de leche con la escopeta de perdigones como hacíamos de pequeñas… usar girasoles, calabazas, guindillas y demás plantas como en el juego de ordenador de Plants vs. Zombies no resultaría en la vida real. Además, ni La Rubia ni yo tenemos un generador de electricidad ni sabemos cómo funcionan, tengo una linterna vieja en casa sin pilas y unas cuantas velas… menos mal que tengo un camping-gas de cuando me mudé aquí hasta que me pusieron la cocina… joer, habrá que ver cómo está la bombona, porque lo de comer macarrones sin cocer…
Mientras al chucho le daba por perseguir a algún bicho por el campo, yo pensaba en lugares donde abastecerse de comida. Tal sitio al principio, pero una vez fallase la luz todo se echaría a perder, al menos olería tanto a podrido que atraería a los bichos esos; se podría ir a tal almacén, que tiene dos salidas y los muelles de carga y descarga… en tal restaurante la despensa es pequeña, no almacenan mucho, pero en tal otro, si consiguiésemos llegar, hay alimentos no perecederos para pasar unos meses- claro que, dependiendo del grupo que formásemos… De todas formas, lo mejor sería que nos trasladásemos a algún otro pueblo cercano, de esos que apenas llegan a 100 personas o ir a una de esas fincas inmensas en las que únicamente vive el guardés, seguro que allí tienen un generador, pozo de agua propio, placas solares, una bodega supersurtida y hasta una habitación del pánico… uy, se me acaban de ocurrir cuatro aisladísimas, con pozo y valladas… (jajaja, qué alivio)
Al llegar a casa se lo he comentado a La Rubia… se carcajea pero ya no se sorprende de mis elucubraciones mentales… me pregunta si en el libro que me he leído, los zombies son los que buscan cerebros para comer o comen cualquier cosa, porque en el primero de los casos… según él, si buscan cerebros, lo tendríamos jodidísimo porque seríamos los primeros en caer (vamos, lo modesto que se ha levantado esta mañana).
Me dice que escriba una historieta corta sobre una invasión zombie en Mordor… sigue pensando que un día de estos seré capaz de acabar alguno de mis escritos y que se convertirán en best-sellers… jejejejejeje, él, que me mira con buenos ojos a pesar de mis locuras…
Mañana me pongo “seria”… de todas formas la invasión zombie comenzó hace tiempo, y estamos rodeados de podridos que todavía no parecen muertos vivientes… será mejor que nos preparemos… desde luego, si acabamos pareciéndonos a Milla Jovovich, que la invasión comience ya, ¿no?
Jajajajajajjajajajajajjaja... como una p-ta cabra... me ha encantado tu desvarío.
ResponderEliminarEn cuanto a Milla "porque yo lo valgo" no puede ser real, debe ser un robot o un holograma, jajajaja (vale, aceptamos que es envidia)
Una invasión zombi es muy poco glamurosa, así que no cuenten conmigo, jajajajjajaja