Muchos de los establecimientos que inspeccionamos son alquilados, lo que en muchas ocasiones, supone un problema ya que si hay que hacer alguna pequeña o gran reforma o la reparación de x elemento, ni el dueño del local ni el inquilino acomete el arreglo…
No porque un local haya estado abierto 50 años como restaurante y cambie de manos, el local reúne las condiciones mínimas para desarrollar la actividad, y más cuando el anterior titular no ha hecho un mantenimiento en ese medio siglo o decide llevarse parte de la equipación de lugar. Y no veas lo que me cuesta hacérselo entender a muchas personas, tanto dueños como arrendatarios.
Algunos, pocos para ser sincera, aparecen por el despacho para preguntar desde cómo darse de alta en Hacienda y hacerse autónomo a las condiciones que debe tener un local para ser pastelería, bar o lo que sea. A las primeras preguntas contesto lo poquito que he ido aprendiendo y los encamino a donde deben y para los temas de sanidad, además de facilitarles documentación que les puede ser útil, y si así lo piden hasta los acompañamos a los locales para ver cómo están y lo que falta. A veces, los dueños de los locales se cabrean conmigo porque al interesado en alquilar le digo claramente las deficiencias estructurales y de equipación que veo. No les digo que no lo alquilen pero sí les aconsejo que dejen claro en el contrato quién es el responsable de acondicionar el lugar y que siempre es el titular de la actividad el que va a ser el responsable en lo que a sanidad respecta.
El problema aparece cuando abren el sitio sin preguntar ni avisar a nadie. Algunas veces te encuentras lugares que no servirían ni para peña de adolescentes con ansias de fumar canutos y beber hasta caer. Recuerdo un sitio que la cocina era un desastre: lavavajillas estropeado y destrozado, fogones que unos encendían y otros no, campana de extracción sin motores con grasa sólida como si fuera la cera tibia de depilar, sin agua caliente, con agujeros en techo, paredes y suelos, la cámara con un motor que no querría ni un chatarrero y para colmo con una población roedora asentada desde generaciones que habían colonizado el lugar. ¿Cómo coño alquilas eso? Pues sí, alquilado estaba. Y ahora, ¿quién arregla todo eso? Si es que este antro no debería servir ni para corral de burros… ¿Levanto acta?¿Me corto las venas o le doy al tipo dos collejas como Sole de 7 vidas? Desde luego merecería un acta por tonto de remate al firmar un contrato de alquiler en el que deja claramente estipulado que las reparaciones recaerán en el chaval… ¿es que no lee? En dos días se había pirado del local y desde entonces el dueño está que trina conmigo mientras sigue poniendo el cartel de se alquila, esperando que pique algún iluso…
En cambio hay un señor muy mayor que tiene un local en un pueblo diminuto, que cada vez que alquila el bar (prácticamente cada dos años porque el pueblo es tan pequeñín que vivir del bar debe ser complicado) se preocupa en venir con el nuevo inquilino para que comunique el cambio en sanidad, y para que demos un repaso para ver lo que tiene que reparar o qué debe instalar y así dejar las cosas claras antes de empezar. Ojala hubiera más gente así de apañada.
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