jueves, 18 de noviembre de 2010

No tan bonito como parece desde fuera

La Rubia siempre está con la coña de que me paso la vida de bares y bodegas… ya, ya… mucha gente piensa que te vas a una carnicería y luego ya has acabado la jornada, ya, ya… También he llegado a escuchar que trabajamos desde casa… ya, ya.

En la tele ponen a personas con maletín y traje de chaqueta que hace la inspección desde fuera del mostrador o con una escafandra blanca en un matadero señalando con el dedo algo para que otro haga un expurgo… ja, ja, y requeteja. Eso puede que exista pero no lo he vivido jamás. Mi realidad es otra, es esta que cuento a continuación:

Madrugamos… y mucho…. hay compañeros que entran a currar a las tres de la mañana y otros a las tres de la tarde. Haga frío, nieve o haya caído la helada de la primera glaciación, coge coche y despacico, intentando no salirte de la carretera, llega al matadero. Muchas veces has llegado con un par de sustos en el cuerpo y el camión con los animales se ha quedado atascado en alguna cuneta o los matarifes no han llegado porque la nieve les llega a la cintura y el quitanieves todavía no ha pasado. (No voy a decir que soy una experta en trompos pero casi)

Igualmente, tampoco solemos comer a una hora normal… raro es el día que como antes de las cuatro menos cuarto y eso que el despacho lo tengo a menos de cinco minutos en coche. Y ojo no te toque hacer alguna inspección nocturna (que se hacen) o en fin de semana.

Como bien recordaba Anónimo en un mensaje, hacemos de mecánicos- lavacoches. Desde cambiar una rueda a mirar el aceite, poner cadenas, mirar la presión de los neumáticos, pasar la ITV… no, no es mi coche, ni tengo capacidad de elegir el taller ni posibilidad de dar el visto bueno a los presupuestos de reparación; los de Asuntos Económicos deciden si se cambia la pieza de tal por una nueva o si se intenta buscar hacer un McGiver (dícese de cualquier chapuza que dure durante unos meses o kilómetros a la espera de que haya presupuesto para repararlo en condiciones)… así, tenemos la flota con coches con casi veinte años que han pasado las mil y una penurias y asaltos vandálicos (raro es que no cambiemos alguna luna o que aparezca algún neumático rajado con saña, limpias arrancados, matrículas desparecidas, retrovisores a veinte metros del coche…). Eso sí, una de las cosas que aprendes es a no meter tu coche particular en caminos de cabras, nadie te paga la reparación ni agradece el esfuerzo.

Nos toca hacer de chapuzas de todo tipo, desde montar estanterías a montar los ordenadores en red aunque sea churrera (de la que me siento orgullosa porque funciona de coña), hacer mudanzas de despacho conforme el centro de salud necesita consultas y a ti te van llevando a los sótanos hasta que llegas al depósito de gasoil, cambiar enchufes, sustituir los fluorescentes (sí, estamos en un centro de salud pero no hay nadie de mantenimiento o al menos nosotros no entramos en ese mantenimiento); la última fue un farma con el soldador de su padre, arreglando un termómetro (y funciona).

También hacemos mucho guarreo, no voy a describir la que montamos cortando la cabeza a un perro con una mierda de cuchillo que usaba hace tiempo en un matadero… o la que montamos para recoger muestras de orina en cerdos recién sacrificados (joer, reza para que con el aturdimiento no relajen la vejiga)… Hay días que te vas a casa tan ricamente y te encuentras que llevas sangre hasta en las bragas y no es tuya, es que te ha calado la bata, el pantalón…

No somos como Sebastien Loeb pero nos ha tocado sacar el coche de barrizales y nos la hemos jugado campo a través (tú no frenes- me decía mi compañera- no frenes y que no se cale: dale al acelerador a tope y no mires a la derecha…. que no mires, que ya te digo yo que hay un barranco.----- Me sudaba hasta el último poro perdido)

Y a pesar de todo, me gusta…

3 comentarios:

  1. El domingo pasado me encontré con un inspeccionado en un restaurante (comiendo ambos dos, eh, que no todo es inspeccionar). Yo saludo, él que se ve que me saluda por cumplir, sin saber muy bien quién soy, que se pasa todo el almuerzo mirándome de reajo hasta que, al cabo de media hora, se me acerca y me dice......."perdone que es que antes no la reconocí...es que como siempre la veo vestida....bueno así como....que con otra ropa....esto.....joder, usted perdone, que es la primera vez que la veo vestida de mujer y no la reconocí".
    (tampoco me reconocería mi madre si me viera con la ropa de faena, la pobre, mejor le ahorro el susto)

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  2. A mi me pasa algo parecido cuando voy con tacones y a lo loco, lo de ir "vestida de mujer" cuando siempre te ven hecha un adefesio.
    Otras veces es al contrario, voy por la calle y alguien me mira con cara de querer escupirme... no caigo... hasta que me lo imagino con cubrecabezas.

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  3. Por lo menos tienen algun coche..por aqui eso son sueños. A quemar el de uno y a cobrar el kilometraje muchos meses despues.
    Lo de las migraciones intracentros si que lo compartimos.

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