miércoles, 21 de abril de 2010

Un alegrón, bueno unos cuantos y un ¿y después?

Nuestra novata ha aprobado la oposición... está comprobado que cuando nos traen botas para el matadero, si el que las ha pedido se encuentra estudiando oposiciones, las aprueba. Debe ser la ley de las botas (no vale ponerse a pedir botas como idiotas). Me alegro un montón, se lo merece por curranta... ya me joderá cuando me tenga que despedir de ella y la envidiaré a muerte cuando pueda ir a su casita todos los días y que me joderá más cuando todo el trabajo que se ha currado en el matadero caiga por los suelos en cuanto desaparezca... soy egoista, lo sé... me alegro y me fastidia porque cuando se marche ya nunca más coincidiré con ella (una deseando el sur y otra ansiando el norte)

Uno de mis sustitutos/interinos preferidos por buen trabajador y mejor persona, por fin ha logrado aprobar las oposiciones, tras 12 años de intentar compaginar la vida personal con la profesional y los estudios, enfermedades por medio y mala suerte generalizada... parece que por fin la suerte cambia.

El eterno opositor que parece una enciclopedia humana pero que siempre la cagaba en las pruebas, finalmente ha conseguido demostrar lo que sabe a pesar de que todos ya sabíamos que sabe mucho...

Otros que no conozco ahora a lo mejor están riendo, saltando, llorando o con descomposición en el baño... enhorabuena, el sacrificio ha obtenido su recompensa... (aunque a veces, después, nos caguemos en la recompensa obtenida)

Otros estarán chafados y pensarán en tirar la toalla, echarán cuentas de los días perdidos, del dinero invertido y de la mala leche creada... sé lo que es eso, tenerlo en la punta de los dedos y ver que desaparece sin ánimo ni consuelo posible. Cualquier cosa que diga sonará a chorrada o a cursilada... es una tremenda putada y lo sé, lo he sentido, lo he padecido, lo he llorado, rabiado y... pero termina pasando.

¿Después? Quién sabe... todos pasan por aquí y todos se marchan, menos los que han encontrado aquí su lugar... espero que llegue el día que me toque a mí también hacer las maletas y pueda volver a casa

1 comentario:

  1. No es egoista echar de menos a alguien o echar de menos su forma de trabajar. Ya has hablado otras veces de "tu novata" y siempre me ha parecido que con sensación de cariño. Son los "polluelos" que salen del nido, y sí, es una putada que se vayan para nunca más volver. Seguro que parte de su éxito ha sido gracias a ti y a lo que le hayas enseñado, así que enhorabuena por la parte que te toca

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