Por fin es viernes; como dice La Rubia, viernes por la tarde, el día favorito de la semana... es la cancioncilla que suena desde primera hora por la mañana.
Ha sido un viernes un tanto atípico intentando conseguir que funcionaran dos ordenadores del trabajo; cada vez que falla uno, como el servicio de informática pasa de venir hasta aquí, primero intento solucionar el problema... es a base de probar y enredar, no porque sepa mucho de ordenadores... pero me atrevo a toquitearlos y a veces, como hoy, parece que doy el pego (pegote para mí).
Pero hoy no voy a hablar de cosas de mi trabajo... voy a volver a la historia del trabajo de La Rubia, ya que no pueden hacer nada más que tragar y tomar pastillas para la ansiedad, al menos, que queden estas líneas de apoyo.
Creo que lo he contado varias veces; un juzgado que iba al día, con jefes que a lo mejor parecían no muy simpáticos pero que hacían sus funciones, compañeros que se llevaban bien y que incluso tenían tiempo para los viernes irse a tomar una cañita a las dos. Para La Rubia, que venía de un Registro Civil, sin tiempo siquiera para ir al baño, era la compensación a tantos años de mucho curro.
Pues nada, se fueron juez y secretario y aparecieron dos interinos. Uno de ellos conocido por retrasar el funcionamiento de otro juzgado, de esconder expedientes en cajones y de tener un enchufe más que importante. El otro, inicialmente daba el pego pero como no pudo redirigir al secretario, decidió rendirse y pasar.
Empezaron con retrasos de sentencias, de retrasos porque el secretario no les repartía el trabajo (no entiendo eso de que se guarde los expedientes), de errores garrafales, de malmeter a todo el mundo... vamos, que de ser el paraiso, se transformó a la tortura eterna.
Han abierto expediente a un compañero de La Rubia porque los dos tipejos mintieron y se inventaron una agresión a otra compañera. La otra con unas contracturas musculares se fue de baja y vino a sustituirla un encanto de mujer que acabó con crisis de ansiedad. La Rubia con jaquecas y con hipertensión, sin poder dormir, rechinando los dientes y ojeras perpetuas. El otro con bajas intermitentes y también con tratamiento; otra más con tratamiento psiquiátrico y otro que con los problemas físicos que ya arrastra, cualquier día de estos le dará una apoplejía o algo así.
Es decir, todos y cada uno de los trabajadores de ese juzgado presentan problemas físicos y mentales que de desarrollaron a las pocas semanas de tener a estos "grandes" jefes.
Se dedican a ir diciendo a cada uno de ellos, que el resto de sus compañeros se quejan de su trabajo, que si los procuradores les han puesto quejas, que si han perdido expedientes, que si son vagos, que si la culpa del retraso es de tal o de cual...
El secretario se dedica a vociferarles, que si han perdido tal expediente, que lo busquen y el tipo lo tienen en su mesa, pero claro, como no sabe qué debe hacer, lo esconde o pasa... misteriosamente aparecen cajas con escritos de hace más de seis meses que nadie conocía de su existencia... Ahora incluso están probando la técnica de intentar provocar a que los funcionarios les contesten mal para expedientarlos.
Es alucinante que además no se pueda hacer nada... solamente van guardando pruebas para cuando la situación explote definitivamente... cosas como que el juez trabaja a la par en un bufete de abogados (algo complétamente incompatible), que tuvieron a un tipo detenido durante más de 72 horas porque el juez se quería ir a pasar su fin de semana de guardia a la playita... o como cuando una chica se colgó de su balcón, que el señorito no estaba para el levantamiento del cadáver porque se había pirado en su guardia... y más y más documentos que ni entiendo ni pretendo.
A pesar de que han intentado recurrir a sindicatos, éstos dicen que no hay nada que hacer, que se cubran las espaldas y que dejen pasar el tiempo. Se les ha pasado por la cabeza coger la baja todos de golpe; yo digo que recurran a un periódico, pero vamos, no creo que les hicieran caso, porque lo que mola es decir que la justicia va mal porque los funcionarios son unos vagos que no cumplen el horario... que se lo digan a alguno del juzgado que a las seis de la mañana están allí y a las once de la noche puedes encontrar a alguno trabajando.
Lo que más me cabrea es ver que una que lleva trabajando es el mismo puesto desde hace más de treinta años ahora se vea vilipendiada y completamente destruida por culpa de dos gillipollas que no saben trabajar ni dejan trabajar a los que saben. Dos imbéciles que se dan aires de grandeza cuando son dos tarugos que han conseguido su trabajo por enchufe y que no se molestan en aprender y mucho menos en intentar tratar a la gente con educación.
Luego nos echamos las manos a la cabeza cuando dicen que la justicia no funciona... es la injusticia de la justicia, los intocables de jueces y secretarios (son como los trajeados con calcetines molones, los que se creen que ellos solos sacan el trabajo, ya, claro).
Me sorprende ver que al menos siguen siendo una piña intentando capear el temporal como pueden y alucino al ver que siguen siendo capaces de arrastrarse de sus camas e ir voluntariamente a una sesión de insultos, gritos y desprecio constante, esperando que además les claven un expediente basado en mentiras e injurias.
Rubia, por fin es viernes, tu mejor día de la semana.
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