sábado, 15 de septiembre de 2012

Retrocediendo a zancadas

Organizamos un viaje a un pueblo junto a una autovía; íbamos dos, con la idea de hacer un par de inspecciones en las áreas de servicio (una cada uno) y luego en el pueblo hacer una par de inspecciones cada uno a algún pequeño comercio… como siempre del dicho al hecho…

Mientras conducía, mi compañero me comentaba un poco el sitio que iba a inspeccionar, y al final, más que nada para agilizar la inspección (por eso de dos pares de ojos ven más) me ofrecí para acompañarlo y así hacíamos las inspecciones grandes juntos… Menos mal, porque si esa cocina le toca inspeccionarla a uno solo, le hubiera ocupado toda la jornada.

Para qué contar… una cocina en la que cabe tres o cuatro veces todo mi piso y dos trabajadores. Todo lo pendiente para fregar de la noche y de lo que llevaba por la mañana en unos carros llenos de moscas. Paredes, mesas, estantes, cajones… una costra de grasa… a mí eso de que escurra a lo largo de los azulejos por debajo de “lo que se ve” me deja muy claro que solamente se medio limpia lo cómodo, hasta donde llega mi mano sin estirarme ni agacharme. También es cierto que todas las cocinas que se montaron por la misma época tienen las mismas deficiencias de diseño, con huecos que no hay manera de limpiar salvo que desmontes las mesas y muevas maquinaria.

El propietario no nos montó un pollo, yo creo que porque era obvio que no cabía excusa. Me daba la sensación de que hacía semanas que no entraba por la cocina y conforme nos acompañaba, la cara se le iba transformando. Decía que este verano, salvo en algunos momentos concretos, la cosa había estado bastante floja (aunque cuando estábamos allí pararon al menos dos autobuses con guiris) y que no había metido personal extra ni para cocina ni para limpieza. De hecho al personal de limpieza les había quitado horas.

La verdad es que este verano, casi todos los establecimientos que inspeccionamos en las autovías y en carreteras concurridas están parecidos; menos personal, aunque con más horas, pero limpiar una cocina ocupa las mismas cocines cien o quinientos menús… y como siempre se ha optado por limpiar lo que el cliente ve y dejar para otro momento lo demás.

Era tal la cantidad de notas que cada uno llevaba que decidimos generalizar las deficiencias y poner algunos ejemplos… a pesar de eso, el documento era extra largo.

Al final, tras esa inspección, cada uno hicimos una en unas tiendecitas del pueblo y el día no dio para más… y regresas con la sensación de que no has hecho nada de nada  y que si no estás dando la brasa, las cosas se relajan y de nuevo vuelves al punto de partida de hace nueve años…

A lo largo de este año veo que salvo contados lugares, cada día los establecimientos e industrias alimentarias retroceden en cuanto a sus condiciones de limpieza, estado de mantenimiento y manipulaciones… ¿Solamente tengo yo esta sensación?

3 comentarios:

  1. En general, por ahora no he notado disminución en la limpieza, pero sí en el mantenimiento. Y también he visto que más de uno, teniendo la misma producción, quita personal y gastos en mantenimiento excusándose en la crisis.

    ResponderEliminar
  2. Pero como escribís tanto... con la crisis debéis economizar bolígrafo y papel... sigo observando desde la sombra del lado oscuro... besos y abrazos para tus seguidoras/es y para ti

    ResponderEliminar
  3. Señor del lado oscuro me alegra saber de usted

    ResponderEliminar