sábado, 5 de marzo de 2011

Ocurrencias de unos listos

Mi espalda sigue tocada, supongo que más por los nervios nerviosos que sigo haciendo día tras día; nada, que tendré setenta años y seguiré poniéndome nerviosa… que conste que quién me ha visto y quién me ve, pero por más que disimulo, no puedo evitar que salgan siempre cuatro granos demostrando que he pasado más nervios que un friki en un casting para entrar en la casa de gran hermano.

Cuento un poquito la movida que llevamos desde diez días. Una inspección normal en un restaurante en el que hemos tenido movidas durante varios años (que a base de multazos y de ser pesados hasta la saciedad hemos conseguido solventar). Ni nosotros somos del agrado de su propietario ni él nuestro pero hemos llegado a una “fase de equilibrio” consistente en ser pesado cuando vemos que se vuelve dejado y dejarle tranquilo cuando se endereza… el bucle sin fin de siempre…

La inspección iba regulín; ya hacía unos meses que no íbamos a dar la brasa… nada que no se arreglase con un par de visitas en poco tiempo y algún “conato” de acta de inspección… ya, suena a amenaza pero es que hay sitios que entienden a base de ellas. Pues nada, que todo se eclipsó en cuanto se le preguntó por de dónde venía la carne… del matadero X, que es mi pesadilla casi siempre… Pues no puede ser, la carne está fatalmente faenada y tiene restos de contenido esofágico… y la marca de la carne no es el número del matadero (porque otra cosa no, pero algunos números parece que los llevamos tatuados a fuego de tantas veces que los anotamos, puede ser un DNI, un número de Registro… ).

¿De quién era la marca del sello? Para flipar, de un lugar imposible… el número existe pero no es de un matadero, con lo cual no puede ir marcando unas medias canales… Ale, a inmovilizar. Al pedirle documentación como una factura o un albarán, lo de siempre, que fulanito todavía no me lo ha traído. O sea que fulanito, archiconocido porque mata en el matadero de mis horrores… Dejamos en la cámara del restaurante la carne inmovilizada y rápidamente fuimos a mandar la documentación mientras el del restaurante llamaba al fulanito para que le contase de qué iba la movida.

El fulanito se pasó por el despacho como si fuera Godzilla (como se escriba). Esas canales son mías, matadas en el matadero… Que no tío, que no, serán tuyas pero no matadas en el matadero, que ese sello no se pone en las canales… Pues la culpa será de la veterinaria que está allí que no comprueba los sellos…. Que no, imposible, que ese sello no debería existir y como aparezca en el matadero en algún rincón olvidado de donde sea, montamos la de San Quintín….

Pues la movida sigue…. Son tan “listos” que en vez de duplicar un sello con el número del matadero, cogen y se hacen un sello con el número de otro tipo que nada tiene que ver, que jura y perjura que no sabe de qué va la movida y si cuela, pues cuela…. Y ahora que… Hemos destapado que se mata clandestino pero no tenemos capacidad de saber dónde (no somos polis y no podemos entrar en casas particulares), al menos sabemos alguno de los implicados… esperaremos… porque la cosa se va a poner interesante esta semana que viene… cuánto “listo” hay suelto; menos mal que sigo creyendo que a todo cerdo le llega su San Martín

4 comentarios:

  1. Haz tu trabajo como sabes hacerlo, piensa que esa carne no la ha analizado ningún veterinario y podrías ser tu quien se la acabará comiendo o tus hijos o tus sobrinos.

    Joder es que parece una historia de miedo.

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  2. Joer, a mí nunca se me había ocurrido comprobar si el número que aparece en la canal es real o no. Veo que hay un número(a veces se intuye, más bien) y lo doy por bueno. A partir de ahora estaré más al loro, gracias, maestra:-)

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  3. Esto tiene indicios de salir en un capítulo de CSI-La Mancha, jejeje

    Os sigo en la sombra... estoy en un curso de Joomla, muy pronto veréis mi nueva web totalmente reformada

    Buena semana y cuida tu espalda.

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  4. eso, ¿qué es lo que es? ¿se come? ¿es una terapia? y luego dicen que hago cursos raros, jajaja

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