Por Mordor y aledaños, como en todas partes, hay personas un tanto originales… además de Cariño, que ya tuvo su entrada particular, tenemos otros curiosos especímenes, por ejemplo:
- Inquietudes es un chico raruno que según nos contó, estudió informática pero que trabaja de vigilante nocturno y en teoría quiere dedicarse a la “miel gourmet”, sea eso lo que sea… la mezcla de ideas fantásticas (mi cuento de la lechera queda en mantillas) más su suegro hippy hacen una combinación espectacular… y sí, hoy también ha llamado por teléfono con sus inquietudes… siempre comienza igual, hola tenía unas inquietudes y te llamo para preguntarte porque me como el tarro y luego me agobio y le doy vueltas a la cabeza y me da la paranoia… y un día me llama por la lejía y su filosofía de si es dañina para la salud, otro para que opine si el tipo de los envases le puede estar timando con el precio, el siguiente es para preguntarme cómo extraer el veneno a las abejas, el siguiente que si la etiqueta queda mejor en color anaranjado o en amarillo clarito, que cuál parece sintonizar más con la miel… si fuese al trabajo con tragos sería genial para pasar el rato, pero con la mesa llena de cosas y pendiente de inspecciones, que se me tire hablando cuarenta minutos me acojona, así, tal cual… y sí, soy educada y le contesto todo lo que puedo y a veces le doy algún teléfono para que se informe o le busco alguna cosa para mandarle por mail… pero no quita para que cuando le oigo me entren ganas de darme al alcohol…
- La familia carcelaria es tal cual, una familia donde todos han pasado por la cárcel… ir a alguna de sus carnicerías da un poco de cosica… no sabes si vas a encontrar algo en la cámara, un alijo en las bolsas de especias o si estando de inspección va a llegar la Guardia Civil y te van a llevar al calabozo… obviamente nuestra imaginación desbarra pero es que te los imaginas con camisetas a rayas y no desentonan con los hermanos Dalton (gondoleros no parecen). Siempre estamos con las teorías de que las carnicerías y las furgonetas de reparto son tapaderas del negocio real, pero, por favor, no quiero encontrar nada que no sea carne de animal doméstico y adobo jamás… y eso de la mesa supongo que es harina…
- Los Piscina, tienen abierto el bar de la piscina aunque estemos a -8ºC. El ambientador es olor a porro día sí y día también. Más de una vez, con los vasos abiertos, nos hemos encontrado al socorrista tirado en la camilla fumando un porrito y tan a gusto. La cocina es un poco de callejeros y sus reportajes, así que ir allí de inspección es una aventura de la que sales con ganas de respirar aire fresco.
- El Ladillas, camarero con más años que un dinosaurio y la maldita costumbre de recolocarse, tocarse, ordenarse o yo no quiero saber, por la zona de la cremallera del pantalón… queda de cojones en el servicio de comidas del restaurante y no merece más comentarios
Otro rato más…
ajjaja, muy bueno
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