martes, 24 de mayo de 2011

Lo de siempre, para variar

Todavía hay gente que no entiende que la limpieza de una cocina de un restaurante es lo más importante y fundamental…

Y allí estaban los restos del bautizo del fin de semana (el lunes fue día de descanso semanal)… A la dueña del establecimiento ya la tenemos más vista de otras cocinas en las que ha trabajado… que siempre estaban al borde de la sanción… ahora que es propietaria, la mierda se está adueñando del lugar… así de claro, eso no eran restos de suciedad… ni siquiera restos del fin de semana.

Aun flipaba cuando le recriminaba (de buen rollo) que no limpiase. Sí que limpio- me dice- el domingo por la noche limpié el suelo del comedor y los baños del público… Ya y hoy martes a las doce de la mañana siguen en el suelo de la cocina restos de algo que parece mermelada, que sospechosamente es similar a los restos de tarta que hay pegados a la cámara frigorífica, a los restos pegados y chafados de un estante de la cámara y a los restos que quedan en algunos platos pendientes de fregar.

Por no decir nada sobre las decenas de moscas (y no exagero) que se pululaban por la cocina. Tienes que hacer algo con las moscas- le digo.- Se posan sobre las superficies, sobre los platos “limpios”, sobre los cuchillos que tienes en ese imán, sobre las sartenes del estante… “Y qué más da, no hay comida”- me contesta. Y ante semejante respuesta, ¿qué le cuento? Seguro que si le digo que las moscas se cagan por todo, no me va a creer… Y de verdad, que es una chica que apenas pasa de los cuarenta años…

Es triste que una cocina que va a hacer su segundo verano parezca ya vieja con las paredes amarillentas, las uniones entre la pared y el suelo tengan adherencias negras requetepegadas y huela a rancio que mate.

Pensaréis que no tengo paciencia, pero es que día tras día repetir a la gente que tiene que limpiar, acaba cargando. Yo no sé cómo será en otras partes pero por aquí todavía escucho a gente que se jacta de que jamás se lavan con jabón y que se duchan cada diez días… Es predicar en el desierto.

Cuando le cuento estas cosas a mi madre me llama exagerada, pero de verdad, que todos los días me encuentro algo con lo que alucino… como digo siempre, si alguna vez no flipo, sacadme de aquí que habré perdido la cabeza.

2 comentarios:

  1. Genial!!!la ilustración, ja!ja!

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  2. Desde luego que la paciencia es una de tus virtudes, definitivamente!

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