miércoles, 27 de octubre de 2010

Con perricas… chufletes

Ya sé que para gustos, los colores, pero, hay cosas que no acabo de entender.

Por ejemplo, el gastarte una pasta en una bodega para embotellar tus tres hectáreas de viña y pensar que va a ser rentable venderlas por internet a 30 euracos la botella… claro, por soñar… pero no acabo de ver el negocio. Allá ellos. A lo mejor el vino que producen está de muerte y el negocio les va viento en popa… A mí, plim, es una actividad más en el censo a la que programar inspecciones.

Como esa bodega tenemos un par más; hay una en la que jamás he visto descargar una mísera uva, ni he visto trasiegos, ni mangueras ni ná… ¿blanqueo de algo? pues es nuestra sospecha… o que en los depósitos puede haber sorpresas macabras… (es que nos gusta mucho eso de montarnos películas gore en el despacho)

Después, tenemos una almazara en una finca de esas en las que la gente se mueve en helicóptero… claro, que con el camino de cabras que tienen, es lo más útil (salvo nosotros, mindundis con cutre todo terreno que botamos más que una pelota durante un partido de baloncesto). Si te descuidas ves un coctail con trajes largos y orquesta al ir de inspección (jo, nunca nos invitan a tomar nada). Como no querían hacer el  aceite con la plebe en la cooperativa montaron su propia almazara para envasar aceite y distribuirlo entre sus amistades. Ale, con perricas chufletes.

Que conste que por mí, perfecto. Es su hobby y su entretenimiento. No son sitios problemáticos, gastan cuartos sin pensar y de paso, incrementan el censo de actividades. Si les apetece, como si quieren montar un horno de pan, si les gusta y les mola, es su pasta, pero no puedo evitar alucinar en colores. Cuando sales de esas inspecciones, a veces te sientes cual mosquito insignificante, otras, acabas hablando con deje pijo y mucha otras das gracias por ser tú mismo y tus circunstancias, preocupándote de si queda leche en la nevera o si tienes que poner gasolina al coche…. a mí, eso de pensar en un vestido largo con tacones en mitad de una estepa como que no me va; buf, y preocuparme si la ama de llaves ha puesto las sábanas de 500 hilos y los Ferrero Rocher no se han derretido… deja, deja, dame un libro y un sofá y soy la mujer más feliz del mundo.

1 comentario:

  1. El último párrafo me ha encantado... la primera sonrisa de la mañana te la he dedicado a tí. Gracias

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