jueves, 21 de octubre de 2010

De anginas y otoño

Esta mañana he estado en un pequeño comercio; está montado como si fuera un minisupermercado pero la verdad es que funciona como una mini tienda de barrio con su carnicería, su zona de frutería y despacho de pan. Su responsable se embarcó en esta aventura para salir del paro y de paso dar trabajo a su hija y su sobrina. Al mes ya solamente tenía a su hija a media jornada y a los dos meses solamente quedaba ella que se pasaba la mañana limpiando la tienda (nunca he visto un suelo de una carnicería tan brillante).

Hoy me dice que cierra, que no le da ni para pagar la luz. En la caja ha puesto un gran cartel en el que dice que "YA NO SE FÍA- Perdonen las molestias" porque antes del día 15 de cada mes las señoras mayores ya le decían que les apuntase la barra de pan, la mortadela o la docena de huevos... Luego, dice, que le da cosa pedirles la pasta- viéndole, me lo creo.
Para colmo la gestoría que le llevaba los papeles no le tramitó unas ayudas que daban para la creación de pequeñas empresas, al igual que le dijo que sí había tramitado la autorización para sanidad y jamás llegó a mi mesa. Me parece que se confió demasiado en mucha gente que le ha sacado los cuartos. Me ha dado pena. Hace cinco meses que le tenía que haber levantado un acta para una sanción (de alrededor de 3000 pavos por estar abierta la carnicería sin comunicarlo) pero me pareció de hijadeputa así que le insistí y le insistí para que los papeles los presentase ella y pasara de la gestoría. Al final, me hizo caso, pero para cuando me llegan, va y cierra.

Cada vez quedan menos comercios chiquititos regentados por una o dos personas. Todo son franquicias o grandes empresas ante las que poco o nada se puede competir, porque o no puedes enfrentarte a su horario continuado o a sus ofertas (aunque si comparas salvo ofertas y descuentos, hay muchos productos que están un pelín más baratos en los sitios pequeños- por supuesto otros ni de coña).

Así que hoy, entre mis anginas y el otoño, me ha dado cosilla ver a esta chica con sus apenas cuarenta tacos que se las está componiendo para poder pagar al menos el recibo de luz de su casa.

Hay días que son una mierda.

2 comentarios:

  1. Joder, se me ha puesto un nudo en la garganta al leer tu entrada de hoy... en esta vida tienes que ser un cabrón para triunfar.

    La buena gente nunca consigue nada (al menos a corto/medio plazo)... me da pena ver que cada día cierran las tiendas de "barrio" de toda la vida mientras nos invaden tiendas de chinos y de sudamericanos abiertas 24 horas y con precios con los que no se puede competir...

    Una observación: no estaría de más poner alguna imagen para "decorar" cada entrada...

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  2. ¿Decorar? Anoto la sugerencia, ya veremos... a lo mejor en vez de decorar es cochinear..

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