Como siempre, es coger el coche y que el cielo se caiga encima; si tienes prisa, te encontrarás con camiones en la zona de curvas sin posibilidad de adelantamiento... cuando puedas adelantar, aparecerán coches de frente, con lo cual, sigues tras el dichoso camión... Como molan mis trayectos hacia casa... Al menos, parece que poco a poco le voy cogiendo el tino a la plaza de aparcamiento nueva de mis padres... Ya, ya sé que es mucho morro que mis padres quiten uno de los coches para plantar el mío... es cosa de mi padre y yo, desde luego, encantada...
Siguiendo con esto de los padres; parece que siempre te verán como la niña que no sabe mirar el aceite del coche o el estado de los neumáticos. En el caso de mi padre, se entretiene en cambiarme las ruedas de sitio y alucinante, en llevármelas a cambiar (pago no incluido, que conste). Si las llevo a cambiar yo, malo, seguro que no he puesto buenas ruedas o no he conseguido sacar buen precio... así que para no quitarle la ilusíón (qué jeta tengo) le dejo que coja el coche y se lo lleve al taller donde él cambia las ruedas y mientras yo con mi madre tan ricamente de rebajas.
En el caso de mi madre, me incita a ir de compras. Le encanta no tener que pagarme ya nada y siempre, no sé como nos lo montamos, nos acaban gustando las cosas más caras. Lo que me preocupa es que ya coincidimos en algunas cosas, ¿será que me hago mayor? No, luego siempre me compro algo atroz para sus ojos y que a mí me chifla.
Finalmente, para demostrar el morro que le echo a las visitas a la casa familiar, no paro de decir, que rico está esto, que bueno... esperando que queden sobras y en vez de que se las zampe mi hermana pequeña, me las lleve en un taper...
Para que no parezca que solamente voy a casa por el interés, hoy me he mirado tres manuales de instrucciones: el de la tele nueva, para explicárselo a mi madre; el del coche nuevo de mi padre para contarle como quitar las pijadicas automáticas que tienen los coches y el de la radio del coche, que anda que no tiene chorradicas... Ah, y he puesto y quitado la mesa, jajaja... es verdad, tengo mucha cara, pero es cierto que a veces necesitas cariñitos de mamá y papá...
... y sí, les he dejado el perro para irme de marcha...
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