… Ni del hambre (salvo que alguno esté con la
operación bikini, de la que es evidente que paso), ni del Mundial (del que
también paso), ni de la final de la Liga Endesa (señor Beabouis, sonría un
poco, alguna vez, que mire que llevo partidos viéndole y no le veo sonreír
jamás… y eso que merecía una sonrisilla al menos, tras el atracón de entradas seguidas que se
clavó ayer)…
..Comienzan los juegos de hundir la flota…
Empieza la época más odiosa del año y no
porque vaya a empezar el calor, los pajaritos se caguen sobre ti cuando sales
de casa o la gente salga de paseo como las moscas acuden a una atractiva boñiga
(con lo reconstituyentes que son los paseos invernales cuando el frío te muerde la cara, pero entonces ni
persona ni mosca pulula). Ni por culpa de YouTube y sus algoritmos que hacen
que Behemoth salga continuamente cuando buscas death metal o te salen
recomendaciones de sus canciones (además de recetas de tartas de queso…
malditas cookies, aunque no recuerdo haber buscado al señor polaco raruno y su
banda).
Bienvenidos a los juegos de cómo hacer
desesperar al pringado al que le toca inspeccionar una piscina… y
lamentablemente, aquí nos toca pringar a casi todos… y ya no cuelan los
cambios, permutas y cambalaches para quitarse uno de encima la piscina odiosa
que todos cargamos, ni jugando al piedra, papel, tijera o a su versión
extendida con el lagarto y Spock.
Acabas sudoroso, cabreado, mosqueado,
desmoralizado, asqueado, sediento, malhumorado, colorado, idiota, abochornado…
y te vas a casa pensando, "menuda manera tonta de perder el tiempo"… toda esa
agua allí invitándote a un chapuzón o a un ahogamiento voluntario (propio, que
conste) según el nivel de imbecilidad al que crees haber llegado tras tu buena
actuación de creerte todo lo que te cuentan… sabiendo que la mitad o más puede ser verdad, pero, no en esta dimensión...
… Y como es algo que llevas tratando de no
pensar gracias a este tiempo tormentosamente primaveral, pues cuando ves asomar
la patita, chof, se acabó el dormir bien y comienzan los sueños absurdos que se
reanudan en el punto en el que te despertaste… el de esta noche, la evaluación
de un programa de autocontrol, valorando sus puntos críticos, revisando sus
límites y medidas correctoras… nada nuevo, pensaría uno… ya… si no fuera porque
estás evaluando el funcionamiento de la lavadora doméstica de la casa de una
con la que juego al pádel habitualmente… qué genial… ale, venga, tonta,
levántate y vete a dar un paseo… y eso es lo que he hecho…
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