lunes, 1 de julio de 2013

Otros inspectores, otras inspecciones

Ya, ya, ya… tengo abandonado el blog. Pondría como excusa la preparación de un guión para una boda pero también tendría que decir que es cansancio, labores de casa y alguna siesta sin querer…

Hoy podría hablar de piscinas, de niños y campamentos, de esas infinitas charlas que tengo con personas que vienen a montar algo… lo que sea, sin una idea definida, que tras hablar, hablar y hablar se van y sabes que a) no montarán nada; b) montarán algo pasando de lo que les has dicho; c) lo harán de extranjis; d) b + c y en menos de un año cerrarán. Reitero que son los que vienen sin idea definida con la vaga intención de montar algo rápido y que dé dinero… cosa que si rara vez funcionaba, ahora ni de coña… que otros vienen con unas ideas muy claras y concretas, muy pensadas, muy caviladas y con dudas muy razonables…

Con todo este rollo para variar, hoy hablaré de las batidas de otros compañeros de la administración… los inspectores de trabajo… que se están poniendo las botas por toda nuestra comarca mordoriana. Estos no se andan con chiquitas ni tontadas- para que luego nos digan que los de sanidad somos los peores. Han cazado a un montón de establecimientos con trabajadores sin dar de alta, personas trabajando mientras cobraban paro u otro subsidio y cosas así…  Alucino con algunos sitios en los que te enteras que la cocinera no estaba dada de alta cuando llevas una década dando vuelta por allí y la cocinera siempre presente…  Luego decimos de chanchullos de politicuchos y de corrupciones varias, de empresarios tramposos de los que salen en la tele… pero no hay que irse tan lejos… a lo mejor en el bar de la esquina o en la panadería de enfrente tenemos esto mismo… si nos ponemos cabrones como cuando me increpan por ser funcionaria y por tanto dando por hecho que soy una vaga y que mis paradas de café duran tres horas, podría pensar que todo mini-empresario es un tramposo que defrauda… pero no sería justo ni acorde con la realidad…

Alguien me ha llegado a decir que hemos sido los de sanidad los que hemos denunciado a trabajo la existencia de personas sin contrato. Claro, claro, claro… también soy la culpable de que se derritan los helados en verano, no te fastidia… Vamos, bastante tengo con lo mío como para meterme en berenjenales.

Por el momento ya tenemos un sitio cerrado. La multa ha debido ser de órdago y la guinda para rematar una actividad que se mantenía en la cuerda floja.

Entiendo que hay sitios en los que pagar seguridad social y todo el porrón de impuestos, la luz, los proveedores y demás, se las vean putas pero uno se arriesga a que lo pillen y más cuando la administración va justita de dinero y otra gente pone denuncias para quitarse competidores… Pero clama al cielo que tengas un camarero siete años sin dar de alta, un repartidor como extra que hace jornadas maratonianas… ellos no van a quejarse porque se irían a la calle así que me parece justo que pillen de cuando en cuando a un tramposo o a un estafador… hoy viene que ni pintado eso de cuando veas las barbas de tu vecino pelar…. De todas formas, es batalla perdida porque nos gusta con avaricia ser tramposos y rastreros… es algo innato a nuestros genes…

1 comentario:

  1. Cuanta razón, basta hablar con la gente, todos dicen si yo fuera político a mi no me pillarian, somos así :(

    un saludo :)

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