lunes, 17 de abril de 2017

Demasiado pronto

Empecé escribiendo esto cuando todavía tenía esperanza y lo repaso cuando apenas quedan minutos. Ha sido todo tan inesperado e increíble que sigo esperando a despertarme del mal sueño. Pero es la puta realidad. Esa patada que no esperas porque no tenemos años para pensar en que uno muere cuando siempre ha sido un tipo sanote, currante y tan familiar como tú… parece que estas cosas deben pasar cuando eres un crápula de mala vida o ya tan viejo que has debido realizar al menos tres cuartas partes de tus planes… Llevo tres semanas contigo en la cabeza, llorando a ratos porque aunque no lo imaginases has sido un gran trocito de mi vida.

Escribo esto sabiendo que no lo vas a leer. Pero yo necesito escribir. Escribirte. Es como la canción 20 de abril de Celtas Cortos… Una gran parte de mis recuerdos de niñez y adolescencia van ligados a ti y a tu familia…
¿Recuerdas aquel verano en la playa jugando a darnos pepinazos con esas plantas asquerosas que salían al final de la arena? Siempre pringosos y cabreados porque algunos hacían daño y en la cara no valía.
¿Recuerdas aquellas noches saliendo a pescar con las linternas en las que os quitabais el bañador y lo agitabais cual bandera? ¡Culos blancos!, gritábamos desde la orilla. ¿Recuerdas la vez que tenías a Isabel sentada encima y la bajaste blanco como la leche porque se te había meado encima? Para ti no, pero para los demás fue desternillante.
¿Recuerdas aquellas excursiones hasta la playa de los nudistas? Nos quedábamos arriba en las rocas mientras alucinabais con una teta mientras nosotras estábamos hartitas de acompañaros.
¿Recuerdas cómo nos ponías de vigilantes en el local de videojuegos para que avisásemos si tu madre venía? Y aún así, nos pillaron…
¿Recuerdas jugando en la zona de recreo del camping en la que no se podía tocar suelo y solamente podíamos ir cual monos del columpio al arco o al chisme infernal ese que quemaba con el sol, jugando a perseguirnos?
¿Recuerdas jugar a achicar agua de la vieja zodiac gris mientras tu padre o el mío la aguantaban con fuerza donde rompían las olas?
¿Recuerdas los agujeros en la arena donde metíamos a tu hermana?
¿Recuerdas ir a buscar cangrejos a la hora de la siesta? Nos parecía ir lejísimos, con nuestras cangrejeras y los cubos de plástico. O atrapar y enterrar medusas cuando invadían la playa.
¿Recuerdas jugar al escondite y ver pasar continuamente a nuestros hermanos y que no nos encontraran? Mientras nosotros venga a hablar, que si del cole, de chicas, de chicos… tontunas adolescentes que nos parecían conversaciones sesudas.
¿Recuerdas que aparecía todas las mañanas mientras estabas con tu libro Santillana de verano y tu madre me hacía sentarme en silencio hasta que acababas?
¿Recuerdas la vez esa que intentábamos limpiar la playa del chapapote?
¿Recuerdas cuando encontraron la barca a la deriva?
¿Recuerdas jugar a las tinieblas en tu casa? ¿Al ordenador en tu casa cuando nadie más tenía? ¿Jugar a saber qué la temporada esa que a nuestros padres les dio por el frontón?
¿Recuerdas jugar en mi casa al tragabolas? ¿Y en el jardín de mis abuelos con los viejos caballos y los vaqueros de mi padre?
¿Recuerdas nuestros enfados, riñas y conversaciones adolescentes?
¿Recuerdas que te presté El señor de los anillos y no había manera que lo acabases?
¿Recuerdas las mañanas de julio en la piscina echando la última carrera para secarnos hasta llegar a la trampilla ardiente? Luego montábamos en el coche rojo viejuno de tu madre y nos dejabais en la esquina de casa.
¿Recuerdas cuando nos colamos en el bungalow de al lado trepando por la terraza? Estaba lleno de polvo y limpiábamos nuestras  huellas cual ladrones… Entramos, curioseamos y nos fuimos orgullosos de nuestra proeza…
¿Recuerdas esas batallas que montabas en un folio con un boli Bic y cuando te cansabas, tu hermano seguía? Jamás lo entendí pero flipaba viéndoos jugar y haciendo el ruido de los aviones, los disparos y demás.

No imagino no verte más con esa gran sonrisa tuya, charlando de cualquier cosa o riéndonos de las ocurrencias de los críos.
Qué injusto, qué mierda, qué pena… Creemos que tendremos tiempo, que nos queda tiempo.


Adiós primo. Contaré alguna de nuestras batallas más vergonzosas a tus chicos para que se rían de nosotros. Tenlo por seguro… Demasiado pronto. Demasiado rápido. ¿Imaginabas que te quería tanto? Yo me he dado cuenta estos días. No era consciente. Te quiere, tu prima. 

1 comentario:

  1. Tú necesitabas escribir y yo necesitaba llorar, ya ves, a mis casi 70 años y necesitaba llorar, sin complejos, sin miramientos..... necesitaba desahogarme y este puñado de lineas salidas de lo profundo de tu corazón lo han conseguido.
    Gracias, tus palabras me han supuesto un alivio inmenso, un beso enorme.

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