A veces planteo dudas que no son tales… sé lo que debería hacer pero soy una mindundi y mis jefes me venden al mejor postor…así que yo, vieja zorra, hago consultas por escrito esperando que las contesten de la misma forma… claro que me van a salir telarañas de tanto esperar… cuánto cuesta poner unas instrucciones por escrito (claro que lo que dicen verbalmente poco se parece a lo que deben poner por escrito)… Pongamos un ejemplo….
No voy a entrar a normas y artículos de reglamentos que son un rollazo… pero siendo objetivos y rigiéndonos por el sentido común, cabe contemplar que si un establecimiento lleva ocho años con las mismas deficiencias, sin corrección y sobre las cuales se ha dado traslado a la asesoría jurídica para la apertura de varios expedientes sancionadores (que ni sé si los han abierto o si les han puesto o no sanción), no puedo certificar que el producto que expide ha sido elaborado, transformado, obtenido, almacenado, etc. cumpliendo la normativa alimentaria vigente… es decir, me puedo negar a emitir un certificado de exportación porque el establecimiento no me ofrece las garantías necesarias para poder estampar mi firma y mi nombre en un documento… ¿esto lo tenemos todos claro? Yo lo veo como el acto de responsabilidad del inspector en el que ni la autoridad sanitaria, ni el político de turno pueden poner en tela de juicio.
Pero en fin, sigo… obviamente si yo no firmo un certificado de exportación, estoy jorobando el negocio de la empresa, pudiendo hacer que pierda una pasta… La empresa amenaza con denunciarte, con llevarte a juicio, con pedir indemnización… y tus armas son un porrón de inspecciones con la enumeración de las mismas deficiencias una y otra vez… Si fuera a juicio, se me caería la cara de vergüenza ante la incapacidad de la administración de adoptar medidas adecuadas para actuar ante la pasividad de las industrias alimentarias… pero parece que esto importaría más bien poco… pasta, pasta, eso sí… pero si me cuesta hacerle entender las deficiencias a la asesoría jurídica de sanidad, dudo mucho que un juez en un juzgado entienda nada de lo que digo… pero vamos, que lo de ir a un juicio sigo viéndolo lejos (menos mal).
Puedo “amenzar” con negarme a emitir el certificado… no hay nada más sencillo para el gerente de la empresa que llamar al político de turno, al consejero o al jefe de parques y jardines… oye, la petarda esta no me firma el certificado… seguro que en dos segundos tengo llamada al canto y no hace falta ni un grito, basta decir, o firmas o firmas… te puedo expedientar, te puedo denunciar por dejación de funciones, x, y, z, k…
Entonces, ¿en qué quedamos? ¿Que lo firme su “fruta” madre?
Seamos objetivos, seamos responsables, seamos fieles a los criterios establecidos por la norma, seamos sinceros… es mi nombre el que aparece allí como supervisor de una mercancía, es mi firma, es mi trabajo, mi honor, mi pundonor, mi responsabilidad, mi profesionalidad… eso debería ser… y debería ser respetado y si no, que firmen ellos, ¿no?
Es lo que debería, pero no será lo que acabe siendo en realidad… mucho me quejo de la falta de formación de los manipuladores, pero la falta de formación de los políticos también es una gran asignatura pendiente…