martes, 26 de abril de 2011

Diferencias abisales

No son diferencias abismales… éstas son como las fosas de las Marianas, incluso con criaturas extrañas (vale, no como las de la foto)

Hablo de las diferencias inspectoras. Por ejemplo de frecuencia de inspección: por aquí como no des una vuelta a cada establecimiento al año ya te llaman la atención… eso sí, al menos al trimestre tienes que pasarte por todas las queserías, por todas las embaladoras de huevos, por todas las salas de despiece, por todos los obradores de carni-salchi… casi cada mes, salvo que lo justifiques por los comedores de coles y las residencias de ancianos… Y un poco más abajo, también más hacia arriba y más hacia el centro, si la cosa está mal se pasará de nuevo inspección a los tres años y si la historia va normal, hasta dentro de casi cinco años ni esperes al inspector.

Obviamente la forma de inspeccionar no va a ser igual… aquí somos como hermanitas de la Caridad: oye, limpia que vendré en un par de semanas (o un mes) y si esto no mejora te levantaré acta… En cambio, nuestros vecinos de provincia, visitan, ven y te enchufan el acta para sanción. Y listo. Yo lo veo así más aséptico, quiero decir que es menos sufrido, para inspectores e inspeccionados, pagas la multa, si quieres corriges o no pero hasta dentro de un montón no volverán a pasar y a lo mejor, para entonces ya se te ha olvidado la cara del cabrón de sanidad o incluso es otro…. y para el inspector lo mismo, ya no se acuerda del chulo del bar o de la pesada de la pescadería.

Claro que… si yo fuera una consumidora pejiguera como algunas, creería estar más “segura” comprando en uno de los establecimientos de aquí y no en los vecinos… pero en realidad, me parece que aquí nos toca hacer eso primero porque tenemos un censo de establecimientos enano y segundo somos bastantes inspectores… lo que me hace llegar a la conclusión (que supongo y espero equivocada) de que pusieron a tanto inspector en su día a idea porque el porcentaje de guarros, chulos y borricos es mayor que en cualquier otra parte de la península…

… obviamente hoy ha sido un día de chulerías y discusiones idiotas (más bien monólogos de los que he sido espectadora)… sigo diciendo que la limpieza no es negociable y si quieren discutir que hablen ante un espejo que yo no entro al trapo…

Ah, la Semana Santa corta y como  para casi todos pasada por agua… al menos La Rubia pudo ver a uno de sus grupos preferidos (con pitido de oídos incluido unas 15 horas tras el concierto), comimos rico-rico y por fin, estrenamos cama en el que será nuestro piso cuando nos jubilemos (si llega ese día)… y solamente me leí un libro…

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