lunes, 21 de agosto de 2017

Un mojito, dos mojitos... clávame ya un cuchillo en los oídos

¿Cuántas versiones de "Despacito" existen? ¿Es una plaga? ¿Un bucle sin fin? Y con esta duda meditabunda cerré los ojos y traté de dormir... cagándome en el vecino de atrás que puso seguidas tres de esas malditas versiones en idiomas dispares...
Un día de estos amaneceremos a las seis y media de la mañana con Taake a todo volumen y ya os daré despacito, ya... pero, no lo haré, lo sé... porque otros no tienen la culpa y no es plan de despertar así de brusco... pero desde luego mejor que con la puñetera Despacito o lo de un mojito, dos mojitos... clávame ya el cuchillo en los oídos... que estoy de las canciones veraniegas hasta los mojitos, los ojitos y la madrequelosparióatodosyloanchaquesequedócuandoselargarondecasa 
 
Así de vengativa y asquerosa estoy este verano... harta de que en mi patio aparezcan huesos de melocotón, mecheros, papeles, chicles, basura... en algún alfeizar de la ventana bolsas de infusiones utilizadas, restos de comida y otras lindezas de esta gente tan educada con la que tengo que malvivir.
Ayer, La Rubia le gritaba al de atrás para que bajase la música, porque hasta con las ventanas cerradas (torrados por el calor) se oía el chumba-chumba... Con lo majos que son los de al lado que solamente les oigo cuando bajan al trote las escaleras o coincidimos haciendo pis... pero siempre hay un par de destalentados que amargan la existencia de cualquiera... Uno de ellos es tan listo que se ha puesto una barbacoa con una chimenea tan baja que hasta se ahuma su casa... y la de todo el vecindario... además el olor a plástico quemado es estupendo... parco consuelo pensar que en unos años a lo mejor desarrolla un cáncer por tanta mierda que fuma y come... pero a este paso, seguro que nos pasa a los que tenemos que aguantar sus olores... muchos y variados al cabo del año... y ninguno agradable.
El otro, es que debe ser sordo, además de lanzador de basura al vecindario... solamente espero que lo manden a chirona la próxima vez que lo vuelvan a pillar sin carné y con tragos... y que le toque a La Rubia tramitarle la historia y anunciarle su nuevo hogar...
 
Así que fomentando mi desempatía... si tengo que ser capaz de ponerme en el pellejo o en la situación de esta tropa, jo... sería terrorífica... así que, mejor desarrollo mi desempatía. Bastante estoy tratando de no montar pollo y organizar viajes a las cuatro de la mañana para apretar sus timbres y jorobarles el sueño... o lanzar cáscaras de melón a sus ventanas... no sé... no soy de venganzas y se me ocurren ideas muy tontas... que ni un adolescente de mis tiempos...
 
Y del trabajo, ¿qué voy a contar? A veces espero que el escape de cloro sea en una piscina de mi zona, que la intoxicación toque aquí o que las cagaleras las notifiquen de una dichosa vez y no callárselas porque el agua lleva una de mierda que ni mi váter... Pues sí... hasta los cojones... ¿Queda suficientemente claro?
 
Pues eso, que mejor desempatizo, me dedico a la introspección y a mi micro-micro hábitat en el destierro... así que vivan las lecturas, las magdalenas de La Rubia, Netflix y el doom metal. Siempre quedará la esperanza del viernes y el retorno de finde a casa...

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