jueves, 24 de julio de 2014

Es la inercia

Esto de no escribir se está convirtiendo en costumbre… ahora la excusa es la redacción del trabajo que tengo que exponer en septiembre… me lo estoy currando como si lo fueran a leer, cuando imagino que ni de coña lo harán.

En el trabajo seguimos llevándonos por la inercia, la maldita o bendita inercia. El bucle sigue avanzando para retroceder continuamente en un movimiento sin fin. No hay principio ni final, simplemente no debes olvidar que tienes respirar.

He hecho inspecciones a porrillo este mes y me da la sensación de que todo y nada sigue igual (ay madre, cuántos trozos de canciones de Las Novias… mejor eso que Hong Kong Phooey, que ayer no había manera de dejar de tararear)

Ya he perdido la cuenta del número de  muestras que se han anulado… y otras sigo sin entender por qué las hacemos una y otra vez en el mismo lugar… ¿todavía no se han dado cuenta?

Llevamos buena marcha de coches estropeados… bastante buenos han salido, pero es la ley de Murphy, a uno le sigue otro y así hasta el de La Rubia que esta mañana se ha negado a arrancar.

Debo estar en crisis precuarenta… estoy criticona, cínica y a ratos bastante gilipollas. Vino mi hermana a intentar hacer una cura de sueño en tierras mordorianas y me acabó dando la razón de que Mordor es un lugar especialmente terrorífico si uno no está acostumbrado a oír un exabrupto tras otro y cientos de patadas al diccionario… es algo que llevo diciendo desde hace 11 años, 3 meses y 11 días… por fin alguien se compadeció de mí, la maniática de la gramática.

No tengo ganas de repetirme como el ajo… sigo encontrando sitios llenos de mugre a doquier, sitios destartalados y muchos desesperados porque no hay manera de remontar. Sigo encontrando gente preocupada y atenta por su negocio y en la puerta siguiente, todo lo contrario… está claro que necesito vacaciones para desconectar, resetearme y regresar con la paciencia y la esperanza cargada al menos hasta la mitad del depósito.

Voy a descalabrarme algún día de la semana que viene… espero no dejarme la barbilla (sigue intacta a pesar de los porrazos infantiles y adolescentes)…  me voy a dedicar a esto… Una que se ha vuelto majara.

Ah, enhorabuena al waterpolo femenino que han vuelto a ganar a Hungría… Ahora a por la final… Sí, friki, lo sé… ya os contaré mis peripecias con el cross skating… a lo mejor en el próximo post vendo unos patines a buen precio con casco, palos, protecciones y con freno también en el patín izquierdo…

viernes, 11 de julio de 2014

Dobles raseros

Hay días en que me quedo a cuadros con las peticiones de los jefes… Resulta que si una gran cadena, alemana, vende productos etiquetados en alemán y ni por asomo aparece el castellano, no pasa nada… hombre son productos de marcas conocidas, decid que los reetiquete (con una cutre pegatina fácil de perder), pero si resulta que el producto, a pesar de ser conocido, aparece en un pequeño comercio minorista hay que inmovilizarlo porque el etiquetado está en francés.

Cuando era en la plataforma logística, rápido te paraban los pies, pero si es un almacenito enano en un remoto pueblo, a saco a inmovilizar…

Está claro que en territorio español deberá ir el etiquetado a la venta al menos en el idioma oficial de todo el territorio (estoy cansada de ver productos en catalán, que las colonias antiguamente aragonesas, quedan distantes de Mordor… es una puñetica mía por leer sobre la Corona de Aragón, sin maldad)… así que siendo justos, pongámonos en el criterio más restrictivo, inmovilicemos… pero todo y en todos sitios…

Lo que pasa es que si es el tonto de sanidad el que detecta esto, como que no se mueve la cosa rápido… es el compañero de consumo y ale, a correr… De nuevo doble rasero en el trato… acta de consumo, sanción al canto… acta de sanidad… ups, o has sido pesado hasta la saciedad o es que la mierda ha llegado a las rodillas…

Hoy día de quejarme…. pero es que me crecían los enanos por momentos… que si productos químicos etiquetados como la imaginación quiera (es un mundo por descubrir, y por ahora parece que juego a resolver un pasatiempo con las etiquetas y las fichas de datos de seguridad… mola, pero al final acabo haciéndolo en casa fuera del trabajo), que si actas para procesar, que si pasando las inspecciones al programa, que si informitos de bienestar animal por aquí que si informitos de abastecimientos de agua por allá, que si un APPCC de una heladería que parece un culebrón, cuadrar vacaciones de las peticiones tardías, que si un festejo taurino para el finde (busca el cuño desaparecido), que si una consulta sobre etiquetados de chorizos, que si el otro con el etiquetado de vacuno, la otra con el dichoso artículo 14 del real decreto de piscinas, las inspecciones a ambulantes por la feria del finde y unos certificados de exportación que piden como no a destiempo cuando les han parado la mercancía en la aduana… y mi trancazo con fiebre, tiritonas, mocos y ojos pitongos… un viernes entretenido…  Muchos frentes abiertos y dispares, vale que mi memoria es la porra para recordar normativas (es de lo único que puedo echarme el pegote) pero necesito un poco de calma para poder atacarlos y con la gente casi cogiendo número como en el mercado a la puerta del despacho, como que no termino jamás si no me llevo la faena a casa… Si es que me sale más apañado el día en que me voy a recorrer la comarca haciendo inspecciones…

Para los opositores, 2 tristes plazas en el BOE de hoy de Cuerpo Nacional Veterinario…

lunes, 7 de julio de 2014

Nos quedó pendiente un café

Uno se hace a la idea de que llegará  el momento en que desaparecemos… un día estamos y al siguiente no queda nada de nosotros, una cáscara vacía, unos recuerdos para algunos, vacío para otros, nada para muchos.

La última vez que lo vi fue en la OCA. Tenía que firmar un informe conjunto que había hecho con su compañero. Hablamos como siempre, como si nos hubiéramos visto ayer y no pudimos tomarnos ni un café rápido porque teníamos mucho curro los dos.

La última vez que hablé con él fue por teléfono y me daba igual preguntarle a él o a otro veterinario sobre un tema de guías que habían llegado al matadero. Un qué tal, seguido de un bien y poco más. Al meollo de la llamada y  ya nos veremos, tenemos un café pendiente… que parece que no hay manera de encontrarnos sin prisas. Un saludo para todos- otro de tu parte.

La primera vez que lo vi me dio buen rollo, quizás porque se parecía al personaje de una de mis pelis favoritas de la niñez; un tipo pausado en gestos que no ponía pegas al curro y resolvía sin aspavientos. Sin un mal gesto, con una sonrisa, cínica a veces, y con el que enseguida hablabas de cualquier cosa intrascendente al principio hasta acabar sabiendo de nuestras miserias. Pasó por las mesas de mis compañeros en sustituciones… no hacía falta decirle lo que tenía que hacer, tenía experiencia para rato y se adaptaba a la forma de trabajar del que sustituía. Si necesitaba ayuda la pedía sin más y si lo necesitabas bastaba con decirlo.

Tuvo mala suerte con las opos y le costó aprobarlas un mundo… como suele pasar con aquellos que tienen tanta experiencia que buscan los tres pies al gato en un test o dan tanto dato en un tema, que queda embarullado. Al final aprobó y nos alegramos de que por fin colgase los apuntes y pudiera disfrutar. Poco tiempo ha durado la vida apañada en lo laboral.

Un día y zas, tu cuerpo aquí y tu mente a años luz. Me impresionaba eso de que respirases pero ya no fueras tú, que no quedase nada salvo unos ojos mirando más allá y que eso se prolongase semanas y semanas, quizás años. Creo que si nos dieran a elegir todos pediríamos algo fulminante, ahora respiras, ahora ya no… eso de que así la familia se ha podido despedir, de que a lo mejor hay un milagro… no, gracias. Qué raro se hace. Uno espera que sus compañeros de trabajo vivan su vida, se jubilen y poco a poco pierdas el contacto por la distancia… por el olvido… eso de ¿qué fue de…?

Nos quedó pendiente un café