sábado, 28 de junio de 2014

Cariño

Cariño es un tipo al que parece que le gusta jugar casi al límite. Mi primer contacto con él fue en el matadero y en menos de cinco minutos ya supe que me iba a tocar hablar clarito y al grano y no tratar de entrar en discusiones y aguantar mucha chulería, pero mucha, mucha.

Creo que a nadie le gusta que le vacilen pero para él es como respirar, si no lo hace, se muere. Pero su problema es que no es demasiado listo, y en cambio se cree que es un auténtico genio… cosa que para su autoestima debe ser cojonudo pero para la inspección sanitaria es una bomba en potencia con las “burradas tecnológicas” que se le ocurren… lo primero que se me pasa por la cabeza es Listeria…

Me da vergüenza ver como trata a su mujer en la carnicería delante de los clientes o delante de cualquiera… como un trapo sucio, le llama tonta, le dice que se calle que no sabe… y, con la inspección más de lo mismo… le han tocado todo chicas para inspeccionar y todas nos hemos hartado del “cariño, cuántas tonterías me pides”, “cariño, me hartas con los papeles”, “cariño, la planta carnívora sirve como medida contra insectos”, “cariño, lo de la trazabilidad es una gilipollez”, “cariño, será que mi mujer ha tocado el termostato de la cámara, pero vamos, que 16º es frío”, “cariño estas cajas en el pasillo llenas de carcasas de pollo son para unos perros y solamente llevan un par de horas aquí, por eso tienen alguna mosca” y miles de excusas, razones, balones fuera, precedidos por cariño… pero cariño dicho en plan guarrete, como relamiéndose el labio inferior cuando está de buenas y en plan de me contengo para no reventarte la cara, cuando se encabrona.

Hace unos años me rendí. Le pedí a una veterinaria que me cambiara el lugar de inspección… es como un bucle, yo se lo cambié a otra que ya no podía más… así que en unos meses ya volveremos a cerrar el círculo.

La actual inspectora es demasiado buena, a mí parecer… me encanta que siempre crea que la gente es buena por naturaleza, debe ser una paz para su espíritu y mente, pero gente como Cariño, no merece tantos plazos, tantos avisos ni tanta oportunidad como le ha dado… cuando ya se harta me pide que le acompañe para poder redactar un acta en condiciones porque es imposible escribir algo decente cuando lo tienes pegado a tu hombro respirando en tu oreja hablando sin parar y tú quedándote con la copla del cariño, cariño, cariño…

Sabemos que a continuación llama para quejarse de nuestra inspección y si no le hacen caso, llega a llamar a su amigo, un senador, ¿para qué? si a mí me llama mi jefe o el senador de marras y les conmino a que vengan de inspección, cosa que nunca consigo… de verdad, Cariño, qué hartura!

1 comentario:

  1. ajjaja, lo que me he reido. Aunque cuando me llaman cariño a mi me da un mal rollo...

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