martes, 24 de septiembre de 2013

Preguntas al viento

Hoy una de filosofadas al estilo a qué huelen las nubes… Si alguien sabe la respuesta, por favor, que no se corte…

¿Por qué los hornos de pan suministran el pan en sacos usados de harina? Vale, es reciclar y sale barato… pero ¿no resulta asquerosillo que pidan que se los devuelvan para suministrar el pan al mismo o a otro establecimiento? Que algunos ya tienen el “culo” negro, están grasosos y rotos…

¿Por qué si ven patatas fritas re-re-requemadas que te están oscureciendo el aceite de la freidora, que se escaparon del cestillo hace cuatro, cinco, seis frituras, no las retiran?

¿Por qué si el cloro sale cero en su captación-depósito-grifo de agua, no se molestan en comprobar si es que se ha agotado la garrafa?

¿Qué pintan unos tormos de hielo sembrando el suelo de una cámara de congelación? ¿Acaso quieres hacer un iglú o esperan a ver si se forman estalactitas y estalagmitas? Y, ¿esos cubitos que se han salido por todo el arcón que están pegados a las paredes, los van a poner en alguna bebida?

Ya sé que le tienen cariño pero ¿no han pensado que esa bayeta mohosa y roñosa que anteriormente fue amarilla y ahora es gris-parda-negruza, va a huir cualquier día de estos gracias a los cilios y flagelos de la fauna que la habita?

¿Nadie se da cuenta de que una sepia y un pollo no van a ser amigos? No hablan el mismo idioma por más que se pongan juntos en una nevera… y no, no saldrán sepias-pollo, pollo-sepias chiquititos aunque los pongan uno encima de otro en un taper… eh, pero el taper con tapa… chachi

¿Alguien dice ahora chachi? Yo no, pero justo acaba de aparecer por arte de magia en mi escrito… sí es que no escribo yo, me poseen…

domingo, 22 de septiembre de 2013

A la rica hamburguesa

Estaba dando cuenta de una fantástica hamburguesa de ternera cuando se me ocurrió esta entrada. La hamburguesa, de verdad, buenísima, es de Gonzalo, carnicero en la ribera maña. Al ser de ternera uno pensaría que se queda jasca por dentro, pero no, jugosa y con un sabor rico, rico… he usado una foto de su blog para que os hagáis una idea…

Para ir a su carnicería hay que tener tiempo… no son cinco minutitos y listo… pero es una pasada verlo en acción:

Coge la pieza, le quita el film, se pone el guante de cota de malla, corta los filetes con pulso diestro, se quita el guante, lo lava, coge film y protege la pieza, coge bayeta, limpia la tabla, coge bayeta y la lava, se lava las manos, las seca con papel y a otra cosa…

Al coger dinero igual, se lava las manos siempre, no falla… lo debe tener tan interiorizado que lo hace automáticamente. Y envolver un par de hamburguesas parece un paquete de regalo, con su dobleces perfectas o en una barqueta bien envuelta en film transparente.

Hace cosas rarunas, chorizo de ternasco, o hamburguesa de chorizo, o salchichas con café pero, si a la gente le gusta… como si hace mortadela de fresas… hay que estar abierto a nuevos sabores en productos que parecen tradicionales… resultan curiosos y sorprendentes.

Aunque la crisis le ha hecho daño como a casi todos, sigue manteniendo la calidad en sus productos y en el trato atento… Y ya para qué hablar de la limpieza… siempre digo que le voy a hacer fotos a su obrador para demostrar a los carniceros mordorianos que se puede tener un obrador impoluto por mucho tute que se le meta… y un día lo grabaré en video para enseñarles que los lavamanos de detrás del mostrador se utilizan y que en las cortadoras, el jamón de york  no se queda toda la mañana a la espera de que lo fileteen, que colocar el etiquetado a la vista del público no es complicado y que se puede ser limpio limpísimo mientras se atiende…

Lástima que hayamos acabado con las últimas hamburguesas que teníamos congeladas… tendré que encargarle a mi madre un cargamento para la próxima vez que vaya a Zaragoza.

martes, 17 de septiembre de 2013

Gestores y gestores

Me está costando coger el ritmo y encontrar un hueco para escribir en el blog… vale, me estoy clavando horas de baloncesto… pero también hemos ampliado el paseo canino (no solamente por el bien perruno) y llevo una buena enganchada lectora que hace que ni mire el ordenador.

Hoy hablaré de algunos gestores… lo subrayo y lo pongo en negrita para que quede claro…  Esos que dicen “tranquilo, que ya he presentado los papeles”, y sí, será cierto para algunos trámites y estamentos de la administración, pero no los que corresponden a sanidad. Les facilitas el impreso, el acceso al trámite online… y ni flagüers… mucho sí, sí y la verdad es que no, no… al final o vas con el impreso al interesado y casi lo llevas de la mano a que lo haga o no hay manera. Pero bueno, es normal… ¿quién se acuerda de sanidad salvo cuando uno esta enfermo?

Luego hay gestores que se creen saber más que nadie. “Esto te lo hago yo en un momento y cubres el expediente”. Supongo que de lo suyo sabrán, pero no me jorobes y no le digas a tu cliente que el plan de autocontrol para una conservera lo vas a hacer tú… bueno, si eres un gestor que estudió CTA, pues vale, pero yo no me he topado con ninguno. Cogen algo de internet, lo copian poniéndolo bonito y muchas veces el nombre de la empresa y listo… venga ya… que los leemos (al menos yo)… y pedimos que se apliquen (al menos yo… y a veces con recochineo para que vean que es imposible llevar esa “cosa” a la práctica o para que vean que no vale de nada).

Algunos se mosquean y te vienen al despacho… es que tengo un cliente con un bar y le pedí la documentación del autocontrol… he cambiado el planito pero para la fábrica de refrescos vale, ¿no? Es tenerlo limpio y marcarlo en las casillas… Y allí puedes a) comenzar a soltar un rollo tremendo que no va a ir a ninguna parte, b) rogar encarecidamente que recurran a un profesional, c) intentar demostrar al inspeccionado que lo que le ha hecho el gestor es una cacadevaca o d) todas ellas en conjunto.

Después, lo habitual es que si la empresa cierra, cesa la actividad, modifica sustancialmente su actividad o la amplía, nunca nadie se acuerda de comunicar nada… el uno por el otro, el gestor y su cliente, que te toca a ti informar del cierre (que anda que ahora no me lo complican ni nada) o ser pesada y conseguir que el interesado, el gestor o su primo comuniquen los cambios.

En otras ocasiones, cuando a un sitio le llega la comunicación de que les abren expediente sancionador y que tienen plazo para presentar alegaciones, van directos a su gestor a que les resuelva el marrón… y claro, hacen un escrito estupendo con lo bien que se ha corregido todo… que es lo que el inspeccionado quiere, pero claro, el gestor no tiene ni idea, ni es su obligación saber que el establecimiento va a solucionar algo o no… y te presentas a ver las correcciones y ale, la culpa del gestor… toma ya… lo que le faltaba.

Así que ni todo es culpa del gestor, ni todo es culpa del inspeccionado… desde luego en estos temas, mía no…

martes, 10 de septiembre de 2013

Día de m

Antes que nada, mando un enorme abrazo a mi compa y su chico y muchos ánimos por el varapalo de esta mañana. Otra vez será… triste consuelo, pero no tenemos capacidad para controlar todo y hay cosas que se nos escapan de las manos… no se acaba el mundo aunque hoy lo parezca y cualquier cosa que digamos o hagamos no va a hacer que ni hoy, ni mañana ni pasado os sintáis mejor… es así, grandes ilusiones que acaban rotas de repente de un martillazo…

Duele, se pasa, pero no se olvida, aunque al menos, se puede volver al inicio y seguir intentándolo.

Y con estas, como que no apetece hilar nada más… se me han pasado las ganas de escribir lo que tenía pensado.

domingo, 8 de septiembre de 2013

Filosofadas dominicales

Aunque suene a poco patriota o algo así, ayer me alegré de que Madrid no saliera elegido para los Juegos Olímpicos. Claro que me gustaría que se celebrasen unos JJOO en España, ahora que podría permitirme ir a ver una competición pero no veo que sea el momento más idóneo… el dopaje y su descafeinado juicio (vale, la irretroactividad de las disposiciones sancionadoras, blablabla…), la corrupción que campa a sus anchas, los brutales recortes…

Lo siento por los deportistas de élite que ven complicado el poder seguir entrenando a tiempo completo y seguro que alguno que pudiera llegar a ser un medallista se queda en el camino ante la falta de recursos.

Sí, habría algo de curro pero no solucionaría nada y seguro que se montaba otra burbuja de algo y los de siempre saldrían, como siempre, con los bolsillos más llenos. Vendría un montón de gente, sí, pero en el 2020… y quedarían unas molonas instalaciones cuyo disfrute saldría a precio huevo. Ilusa e inocente de mí, pensaría ahora que la pasta que no se destina para los JJOO se invertirá en reducir recortes, en I+D+I, en becas de comedor, en becas de estudio o de deporte, en sanidad, pero… ya sabemos que eso no será así… y seamos sinceros, fuera de nuestras fronteras opinan que somos un lugar de corruptos con escasa moral y menos integridad… Primero arreglemos los cimientos de nuestra casa y después, ya si eso, hacemos jardín para el disfrute.

Yo como siempre con mis tontadas mentales que no van a ninguna parte. Mañana ya volveré a mis cosas del día a día… entre partido y partido de baloncesto…

lunes, 2 de septiembre de 2013

Gracias a nuestros rescatadores perrunos

Nuestro chucho se ha clavado mes y medio de vacaciones en su paraíso particular; césped donde retozar, comida rica de mi madre, juegos con cualquiera que osase pasar por casa de mis padres, persecuciones a niños para que se lanzasen a la piscina y a algún gato despistado… y fantásticos paseos de quince kilómetros siguiendo a mi padre en bici (mi padre iba en bici, el perro no sabe tantos trucos).

Ayer, aunque había estado un poco tontorrón por una heridilla en la pata, se marchó de paseo con mi padre al punto de la mañana. Es un chucho que ha nacido para correr. Se obceca y sale disparado cuesta arriba, salta cual gacela fuera de los márgenes de las pistas y no hay manera de seguirle ni en bici. Bien por despiste, bien porque le dolía la pata, agudizado además por su ramalazo desobediente cuando se le mete una idea entre oreja y oreja, se largó hacia casa.

Obviamente no pensó que tenía que cruzar una rotonda plagada de coches (sí, creo que algo piensa, pero no llega a tanto). Y allí le perdimos la pista. Un coche rojo, decía una vecina y lo corroboraba otro; tres chicos en un ibiza rojo estaban recogiendo a un perro negro…

Mis hermanas, un primo, mi padre, el novio de mi hermana y sus amigos, La Rubia, la vecina… al bar del pueblo, a la tienda, buscando un coche rojo o un perro negro… mi padre debió hacer el camino por el campo cuatro o cinco veces, tenía espuma en las comisuras de los labios y estaba desfallecido. Una de mis hermanas casa por casa de la urbanización, la otra recorriendo la carretera por si estaba en una cuneta… y yo al puesto de la guardia civil del pueblo de al lado.

Parece mentira pero estábamos todos bien jodidos. Es un chucho, que cogí de una protectora, ni bonito ni magnífico, pero un buen perro cariñoso que se deja querer y que siempre quiere jugar.

A eso de las cuatro y pico, mientras mi padre proseguía la búsqueda llamó una patrulla de la guardia civil, unos chicos habían llevado un perro que podía ser el mío. Salimos disparados. Y allí estaba. Todos como locos (perro incluido). Cuatro chicos y una chica contándonos que lo habían recogido pensando que podía estar abandonado o perdido en un lugar peligroso de la carretera. Le habían dado de comer guiso casero de carne y el pobre se había portado muy bien. Besos, abrazos y hasta lloros compartidos con uno de los rescatadores que se emocionó tanto como nosotros. Y unas horas más tarde, la guardia civil llamando para interesarse por el perro.

Muchas gracias a los chicos de Villafranca por preocuparse por un chucho al borde de una carretera. A casi nadie se le ocurre parar y meter en un coche a un perro y llevárselo a casa y jorobar parte de tu tiempo yendo dos pueblos más allá a preguntar en la guardia civil si alguien lo ha reclamado o incluso ofrecerse a llevarlo a donde fuera. Gracias por todas las molestias. Y gracias a los guardias de Alfajarín que hasta se preocupan por el estado de un chucho rescatado…

Espero que el próximo perro que vague por una carretera, en una gasolinera o en una zona de descanso tenga la suerte que tuvo el nuestro.