martes, 27 de agosto de 2013

¿Volviendo al punto de partida?

En nuestras casas, al menos yo, antes de meterme en la cocina me lavo las manos y mientras trasteo me enjuago y me lavo con jabón continuamente. El simple hecho de tener las manos pringosas, restos de un alimento pegado a los dedos tras pelar, cortar, salpimentar, rebozar…. como que no…

Ya no es por higiene, es por simple comodidad… entonces, no lo entiendo… ¿por qué me estoy encontrando a tantas personas en cocinas cuyas manos el agua no la ven ni de lejos?

Ayer, que tenía una toma de muestras, el cocinero, muy educado y simpático, con su gorrito fashion pero poco práctico para evitar caídas accidentales de pelo, tan pronto estaba cortando gruesas rodajas de panceta, como dando vueltas al guiso, como metiendo tapers en la nevera, pasando la fregona y finalmente troceando lechuga tras haber cortado unos tacos de queso sin haberse lavado las manos en ningún momento. Como para darse cuenta de que no había jabón en el lavamanos… y como para darme cuenta de que la lechuga no se desinfectaba ni por el forro y descubrir el por qué de la pegajosidad de los accionamientos de la nevera.

Eso si, manos al mandil todas y más… y así estaba… acartonadillo y adoptando diversas tonalidades…

Como ya ha llegado un punto en que no me callo. Se lo digo como tal cosa, la crisis, la corrupción, no hay jabón en el lavamanos, ganó Marquez en GP, estás usando el cuchillo con el que quitabas no sé qué a la panceta para cortar queso, puede que llueva esta tarde… Desde luego sulfurarme no sirve de nada… a ver si metiendo estos mensajes “subliminales” en la conversación consigo taladrar alguna neurona y que integren estas cositas.

Muchos me tildarán de exagerada, pero mi consuelo es pensar que esto solamente pasa en Mordor y aledaños. Para mí que alguien sepa dosificar el desinfectante es casi una proeza y encontrar alguien que hable de actividades de agua o de Fo es casi milagroso (jo, iba a poner orgásmico pero me sonaba fatal).

Así que casilla número 1, agua y jabón, esos grandes aliados… a ser posible agua caliente y a ser posible secarse con papel y tirarlo (no guardarlo para la siguiente “secada”) y no, no me vale una pastilla de jabón de la abuela ni un envase pringoso de Mistol que tenga que coger y dejar y seguir guarreándolo…

Hurra!!!

jueves, 22 de agosto de 2013

Contraproducente

Definitivamente ya estoy en condiciones de seguir escribiendo… estamos en Mordor, la casa está ya limpita, hemos vuelto a los madrugones, a comer tarde y a la vida en modo ahorrativo (así nos va luego en vacaciones que no paramos de gastar y salir).

Gracias por los mails de algunos que me estaban echando un poco de menos… el no escribir en el blog y el estar desconectada han tenido como efecto leer 13 novelas en tres semanas de vacaciones… y sí, he hecho más cosas… reconozco que leo muy rápido… anoche comencé la novela 82 del año…

Todavía no hace una semana de mi regreso y ya tengo “cosas” que me gustaría comentar… las voy a llamar “CCQTC”- Cosas Contraproducentes Que Traen Cola… es decir, cosas que pasan que hacen que el inspector esté dando la brasa/vara/matraca al inspeccionado… iba a poner pobre como epíteto a inspector e inspeccionado pero no siempre seria acorde a la realidad…

Por ejemplo, no atiendas al inspector desde una ventana y no le abras la puerta… no digas que no encuentras las llaves o que el suelo está mojado… ERROR… o te levanta acta por obstrucción a la inspección o lo vas a tener allí dando la murga semana tras semana…

Otro ejemplo, abrir pero no encender la luz por más que te lo pida… excusas como que la luz solamente se enciende por la tarde o que no se sabe dónde están los interruptores no se las cree ni Heidi… y no tengas la guasa de prestar un mechero para que el inspector haga su trabajo… ERROR… el inspector no inventará porque no somos de inventar pero va a ser riguroso de cojones… y sí, aún con mechero por narices se tratará de hacer el trabajo… para chulo, chulo…

Otra CCQTC es no identificarse o inventarse el nombre, el número de teléfono y demás… que me da igual si te llamas Paco o Francisco, Mona o Ramona… que ya volveré… y volveré… y regresaré… y al final seré como una aparición en una historia de Charles Dickens (sí, mucho siglo XIX en mis lecturas veraniegas).

Que he vuelto de vacaciones, pero no he venido con sentimientos de bondad subida ni se me ha olvidado hacer mi trabajo… y no, ni yo soy más lista ni más tonta y los demás tampoco… así que espero que algunas ideas peregrinas de esas de cerrarte la puerta en las narices, escenificar un “algo” que se asemejase a un ataque epiléptico o soltarme al perro no se repitan en lo que queda de año… porque son CCQTC y lo que pasa es que es más trabajo para todos… y al final, acabamos todos cabreados.. y no, no puedo estresarme, que queda mucho para las vacaciones.

domingo, 11 de agosto de 2013

Verano 2013

Está claro que este año estoy vaga con el blog. Espero ponerle remedio en esta segunda mitad del año. Como también espero darle un empuje a alguna de las historietas que tengo a medias… de todas formas esperar si no le pongo esfuerzo y trabajo como que mal…

Necesitaba desconectar. De hecho hasta ayer había pasado de Internet... dos semanas sin encender el ordenador;  guasapear no cuenta… además eso, una vez al día y listo… paso de estar todo el día pendiente del dichoso telefonito.

He leído, mucho y de todo tipo y condición… algunos no merecieron pasar de la página 60 y como libros hay un mundo, ya no me preocupo de tratar de acabarlos… no tengo tiempo de vida suficiente para leer todos los libros que tengo ahora mismo (en papel y en ebook)… así que hay que ir seleccionando.

He dormido, no como otros años… apenas alguna siesta y de diez minutos. Pero al menos he tenido tres o cuatro noches de dormir de tirón. De todas formas una de las noches de insomnio la pasé viendo y oyendo una tormenta en el Pirineo y era un gustazo ver los relámpagos, oyendo el retumbar de los truenos y su eco en las montañas.

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Hemos viajado. Poco pero suficiente para conocer sitios magníficos en los que a lo mejor nos volvemos a escapar. Me encanta eso de no oír un coche, ver el cielo cuajado de estrellas y que me preparen un desayuno estupendo. Hemos revisitado joyas románicas… Según La Rubia hemos hecho la ruta de Sancho Ramírez;  lo que hace la perspectiva de ver un sitio de niña o de adolescente a ver las cosas de adulta… me encanta eso de perderme en un castillo e imaginar cómo se vivía en esos tiempos… seguro que olería a pis y a col, como poco. Geniales las guías de Loarre y de San Juan de la Peña… merece la pena hacer visitas guiadas si te lo explican con tanta energía… Raquel, la guía de Loarre era total, se nota que disfrutaba contando la vida del castillo.

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Hemos comido. Demasiado. Hemos aprovechado que Zaragoza se vacía en agosto para poder ir a los sitios en los que siempre tenemos que esperar o estar como piojos en costura. También comida rica de mami… hay que aprovechar… ya me tocará volver a cocinar durante el resto del año.

Se nos acaban las vacaciones. Así que voy a disfrutar de los desayunos en el jardín, de las mañanas de vagancia lectora, de los largos en la piscina… y a seguir desconectada un poco más. Nos encontraremos un día de estos, de vuelta a la rutina en Mordor… ¿Mordor? Sí, me suena… del Señor de los Anillos, ¿no?