sábado, 6 de julio de 2013

El mito del abre-fácil

Cuenta la leyenda que unos seres más evolucionados, que venían de otros mundos lejanos, crearon el gran sistema de apertura para cualquier envase. Ya no necesitaríamos chismes raros para abrir conservas…

Un sistema tan sencillo que hasta un niño pequeño sin apenas ejercer fuerza sería capaz de usarlo con éxito. Y le llamaron ABRE-FÁCIL.

Pero era mentira… lo que habían desarrollado era un arma de destrucción masiva con dos vías de actuación: el desangramiento y la alienación. La primera es simple, o la anilla está tan doblada hacia la lata que te dejas la uña, o puede que al abrir te hagas un corte con el borde.

La segunda vía es la más efectiva. Te sientes idiota, estúpida, lerda, boba, torpe, inútil en definitiva… se desencadena una lucha que siempre has de perder…

Coges la pestaña del abre-fácil y tiras… y tiras… y tiras… Se despegará una banda de pegamento alrededor de todo el envase pero la parte en la que se encuentra el alimento no se abrirá. No queda otra que coger cuchillo o tijeras y a hacer manualidades. Otras veces eres incapaz de separar el cantinto del abre-fácil… Si llevas las manos un poco húmedas no hay tutía, la semiconservas de anchoas se hace fuerte; o coges un trapo o directamente la atacas con la punta afilada de un cuchillo.

Y si ya el producto va superenvasado al vacío… no hay pestaña, canto, asidero o chisme, pijorro o cosa que te ayude a abrir el envase. Directamente sacas tijera y… sí, corta, recorta y requetecorta que hasta que no das con el borde justo en el que entra aire y desaparece el vacío no hay manera.

Da igual, un envase de jamón cocido, los bricks de leche, una lata de atún, un botellín sin chapa, un condón, un envase de pilas, los plásticos que recubren los cds (estos tienen muy mala leche…), los paquetes de pienso perruno, las tapas de algunos yogures, las botellas de aceite, hasta los sobres… Los paquetes de galletas que acaban abiertos a lo largo con todas desparramadas… Si me apuras hasta los plátanos se han aliado… y tema aparte ya son los productos de limpieza y químicos con sistemas que dificultan la apertura a los niños… sí, a los niños, y al resto de la humanidad… aunque te leas las instrucciones… tras una lucha titánica, zas, se abre pero no sabes cómo lo has hecho, así que la siguiente vez volverás a repetir la lucha.

Como dicen por allí, ABRE-FÁCIL, sí, los cojones… es la forma más sencilla de darte cuenta de lo inútiles que somos

3 comentarios:

  1. Como los de Yoigo, VERDAD VERDADERA!!

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  2. Jajajaja, hasta los plátanos... yo soy de las de la punta de cuchillo. No hay envase que se resista aunque su venganza sea en forma de salpicaduras.
    Me he reido un rato. Hacía días que echaba en falta una entrada de estas.
    Un abrazo

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