lunes, 20 de agosto de 2012

El retorno de los malditos

Hemos regresado. Ayer, entre nubes oscuras que escupían más polvo que agua y la radio con sus tontadas futboleras (un día analizaré los anuncios porque el de Elpis me dejó anonadada) llegamos a nuestro nada añorado Mordor.

El chucho se quedó en su paraíso de la “Riviera Maña” ante la insistencia paterna (nota uno para mis hermanas: creo que necesita nietos), así que el viernes retornaremos para que el trauma de la vuelta se matice un poco (nota dos para padres no lectores de blog: me llevaré una barquilla de tomates y algunos puerros y berenjenas) y nos traeremos al perrucio que seguro, se pasará un par de días deprimido.

No he hecho nada en estas vacaciones… las más largas que recuerdo en años y que se han pasado en un suspiro. Cuando digo nada, es nada… he leído menos de lo que pensaba (voy por la novela 75 del año), he nadado algo menos de lo que quería, he bebido poca cerveza y menos cubatas, he visto pelis malísimas, me he clavado horas y horas de Juegos Olímpicos, me he relajado mucho más de lo que podía imaginar y sorprendentemente, no me he cabreado con nadie… es lo que tienen unas vacaciones planificadas para dormir, dormir y dormir de tirón, que hacía once meses que no sucedía.

Eso sí, hoy me he despertado unos segundos antes de que sonase el despertador.

Lo que tengo que agradecer es que mis compañeros se han encargado de distribuirse entre ellos las tomas de muestras, realizar varios informes e inspecciones nada agradables, solventar alguna alerta sanitaria y dejarme hasta explicaciones por escrito de las cosas pendientes. Así que la mañana ha sido para organizarme la mesa, leer papelotes y quedarme de piedra ante las malas noticias que no paraban de llegar sobre interinos cesados sin previo aviso… todo se basa en “donde dice x plazas,  nos cargamos x-1 “… vamos,  que luego seguirán diciendo que la administración no funciona porque somos unos putos vagos… cuando se están cargando servicios simplemente porque hay plazas cubiertas con interinos, independientemente de la carga de trabajo… ole, ole y ole la sabiduría de esos que dicen llamarse políticos…

Y cómo no… no tenemos gasolina… lo que se está convirtiendo en una mala costumbre… cualquier día de estos tenemos que llamar a los del matadero para que nos recojan para cubrir el servicio (espero que entonces les rebajen las tasas de inspección para compensar)… claro que, para poder pagar tanto puesto de nivel alucinante de coordinador de a saber qué sin personal al que coordinar que se está creando, el dinero deben sacarlo de cargarse a los curritos y del material que no se nos proporciona… qué tremenda mentira es esto de la administración…

Bueno, que empiezo “nuevo curso”. Aunque no lo parezca, espero no despotricar y volver a mis andadas inspectoriles que son las que me dan vidilla y me hacen creer que todavía son muy necesarios los inspectores de sanidad. Quizás este curso tenga sorpresas (buenas, me refiero).

2 comentarios:

  1. Nota 3 para padres que no leen el blog: A la pequeña el miércoles le preparáis unas berenjenas, unos higos y alguna cervecica de esas raras, gracias.
    Hermana, sabemos que acabarás despotricando, es como la canción de Alfred J. Cuack, pero tendrás toda la razón para hacerlo

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  2. Bienvenida de nuevo a tu blog... Ya pensaba que no ibas a volver. Un saludo
    Nota 4 para padres que no leen el blog: tampoco me vendrían mal unos tomates

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