sábado, 7 de julio de 2012

Pronto olvidan la calle

El viernes cogí tal cabreo en el curro que además de hacer del “atomarporculo” una letanía durante media tarde, no sé por qué diablos me sentía culpable… culpable, ¿de qué? ¿de tener unos superiores que han olvidado la calle? ¿de unos ayuntamientos mentirosos? ¿de irresponsables que no creen que los accidentes ocurren?

Si una piscina no tiene nada en el botiquín, NADA de NADA y sus responsables han firmado que tienen TODO, ¿es culpa nuestra decir que es desfavorable? Si los salvavidas están rotos o faltan, ¿es culpa nuestra decir que no cumplen con las medidas de seguridad? Que no ponemos una pistola en la sien del secretario del ayuntamiento para que diga que cumplen una serie de condiciones mínimas para abrir la piscina… Y ¿si pasa algo? Claro, recemos a San Potato por si acaso…

Si se va a una piscina y la bomba de la depuradora revienta, los dosificadores automáticos de cloro no funcionan, no tienen los elementos mínimos que marca la norma, ¿acaso es culpa nuestra? ¿Por qué vamos a tener que ir día tras día, gastando una gasofa que no tenemos, para decir que siguen sin hacer la reparación? No me jodas, ¿para que están los teléfonos? Y, ¿por qué tenemos que ser nosotros los que llamemos todos los días? A mí me la pela si no lo arreglan… total, que aunque los mindundis consideremos que no se bañe la gente, ni el ayuntamiento ni nuestros jefes están dispuestos a cerrarla y ni tan siquiera van a avisar a sus usuarios, pues que se llamen entre ellos y se digan lo que quieran o comenten sus viajes vacacionales… y cuando el agua esté verde y los sapos salten y retocen entre las ovas, la culpa ya sabemos que la harán nuestra…

Alucino con alguna gente que crece políticamente… sobretodo con los que empezaron en la calle, como estamos nosotros… qué pronto olvidan lo que cabrea cuando te dan instrucciones contradictorias, por supuesto, nunca escritas, y lo jodido que te sientes cuando no te respaldan para nada, nunca, jamás y si se puede, eres el culpable de cosas que no son tu responsabilidad… no se vaya a encabronar a algún miembro del partido… qué pronto se creen que ya no son unos tristes mindundis... La caída de algunos va a ser dura de cojones, pero para qué regodearnos con ella, la venganza será la suya propia, el haber olvidado lo que es hacer tu trabajo (ni bien ni mal, solamente tu trabajo, que ya es bastante)

Y ya. Punto. Bastante que ha tenido la historia que se lleva una entrada del blog, inmerecida completamente. A empezar el libro 58 del año…

2 comentarios:

  1. ¿Pudiera ser que los sillones de despacho vengan de fábrica con un vibrador oculto que hace que posaderas que lo prueban posaderas que se aferran a él pase lo que pase? Eso o un virus mutante que borra la memoria..........y la vergüenza

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  2. Es por la forma que adquiere el asiento... se encastra de tal forma que ya no pueden levantarse de él...

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