jueves, 31 de mayo de 2012

El pseudotrajeado

Además de los “trajeados molones” que he comentado en otras entradas, existe un pequeño grupo que podríamos denominar como “pseudotrajeado”. De hecho, ayer, tuve el mejor ejemplar a la vista:

- pelo repeinado intentando disimular las entradas, ese en plan cortinilla, que cuando sopla el viento se desbarata y deja ver mechones que casi alcanzan la altura de la barbilla;

- chaqueta colocada de forma descuidada en una percha, pasando de si quedan marcas que la afeen; no llegué a ver si a la altura de los hombros había motitas de caspa, pero, con mi exagerada imaginación, me hago la idea de que sí;

- camisa para llevar con corbata, pero sin corbata; en este caso la llevaba un tanto remangada sin llegar a los codos;

- pantalones que tienen pelotillas en las zonas de roce y marcas en la zona de las rodillas;

- zapatos ya curtidos del uso, no demasiado cuidados ni lustrosos.

Estos no llevan pulseritas de cuero ni calcetines con rayitas o dibujitos. Seguro que guarda la corbata, sobria y discreta en el cajón de su mesa de despacho. El reloj no es tamaño maxi ni moderno.

El aspecto no llama la atención. Es su trato. Debe creer que somos sus esclavos y que a cualquier llamada suya debemos dejar nuestro trabajo y acudir presurosos a su presencia. Cuando va mi compañero, raro es el día que no acaba diciéndome que ese tipo es un gilipollas… cuando voy yo, ratifico su opinión, pero lo que nos diferencia es que a él aún le mira a la cara para hablarle (en mi caso, depende del escote  que lleve o la, digamos, voluptuosidad, que marque mi camiseta). Eso sí, a mi siempre me trata como si yo fuera tonta y para colmo, tiene que tratar de esos temas con una mujer (el mundo se va a acabar, debe pensar)…  Creo que en el otro blog hablé de él, es el tipo que nos metió en su despacho “para ver cómo podemos arreglar el asunto sin tener que hacer nada… ¿qué proponéis?” y que cuando le contestamos que acometiera las obras necesarias, seguía con su erre que erre de ¿cuánto queréis? ¿qué os gustaría? Hasta que harta le dije que lo que quería era que cumpliese la norma e hiciera las obras… Hacha de guerra desenterrada de por vida.

La historia es que siempre que van a exportar nos avisan con menos de 24 horas de antelación- hay ocasiones que incluso con un par de horas. Creo que ya he comentado que tenemos un territorio extenso kilométricamente y que andamos bajo mínimos. No me digas que para preparar 24 palés, de 750 cajas, con 6 botellas de vino por caja, que además has debido embotellar, no necesitas unas cuantas horas… avísame con un par de días… pues no… al señor no le da la gana. Además, muchas veces vas corriendo, a última hora y chof, se ha anulado y el tipo ¿te ha avisado? ja

Ayer el tipo empezó con lo que dicen todos, que les dejes hojas del taco de certificados de exportación ya firmados y sellados para que los rellenen ellos. No. Simple y llanamente me niego a darle más explicaciones. Pues menuda mierda para ti porque vas a tener que venir cuando yo te diga. Si hay personas disponibles, se vendrá pero si no avisa con al menos dos días de antelación, puede que no se pueda venir a emitir ningún certificado. Entonces, hazme el de la carga próxima para dentro de quince días. No. Vete a la mierda. Bien, gracias, buenos días.

Y me doy la vuelta para salir de la industria sin hacer el certificado… ya sé que es una tontería porque si este tipo llama a algún político/jefe/alguien  me toca bajarme los pantalones y de todas maneras sé que lo voy a hacer aunque este tipo no se merezca ni pisarle el juanete. El enólogo, que por contra es un tipo simpático y agradable, me empieza a pedir perdón en nombre del pseudotrajeado. Que tú no me tienes que pedir disculpas y ya sé que este señor no va a pedirlas. El pobre estaba agobiado; es que se ha pasado un pelo, está nervioso, no sé qué, qué se yo…

Obviamente lo hice y el otro no se disculpó (al menos ya no apareció por allí). Es lo que tienen los pseudotrajeados, que no saben tratar ni con la gente, ni con la escoria, ni con los perros, ni siquiera con las cucarachas… no son conscientes de que Torrente a su lado es todo un gentleman.

domingo, 27 de mayo de 2012

Desvariando en Mordor

Iba de paseo dominical con mi perro por Mordor y, para variar, mi cabeza dando vueltas a ideas peregrinas y surrealistas: en caso de una invasión zombie, lo tendríamos jodido… no es como en USA que casi todo “quisqui” tiene un arma metida en el armario, dentro de una caja de zapatos y hay una armería al lado del McDonalds, encuentran búnkeres y sedes militares en cualquier puebler y consiguen colarse dentro con una navajita suiza y como no, encuentran agua potable, generadores, visores nocturnos, un lanzagranadas y tachán, el diario del coronel aislado en la base antes de convertirse en un zombie (que digo yo, que si está solico, cómo diablos se ha convertido en uno de ellos)

Aunque, si consiguiéramos las armas del cuartel de la Guardia Civil o de las casas de los cazadores, me temo que lo de apuntar a la cabeza del muerto viviente no es igual que atinarle a botellas vacías de leche con la escopeta de perdigones como hacíamos de pequeñas… usar girasoles, calabazas, guindillas y demás plantas como en el juego de ordenador de Plants vs. Zombies no resultaría en la vida real. Además, ni La Rubia ni yo tenemos un generador de electricidad ni sabemos cómo funcionan, tengo una linterna vieja en casa sin pilas y unas cuantas velas… menos mal que tengo un camping-gas de cuando me mudé aquí hasta que me pusieron la cocina… joer,  habrá que ver cómo está la bombona, porque lo de comer macarrones sin cocer…

Mientras al chucho le daba por perseguir a algún bicho por el campo, yo pensaba en lugares donde abastecerse de comida. Tal sitio al principio, pero una vez fallase la luz todo se echaría a perder, al menos olería tanto a podrido que atraería a los bichos esos; se podría ir a tal almacén, que tiene dos salidas y los muelles de carga y descarga… en tal restaurante la despensa es pequeña, no almacenan mucho, pero en tal otro, si consiguiésemos llegar, hay alimentos no perecederos para pasar unos meses- claro que, dependiendo del grupo que formásemos… De todas formas, lo mejor sería que nos trasladásemos a algún otro pueblo cercano, de esos que apenas llegan a 100 personas o ir a una de esas fincas inmensas en las que únicamente vive el guardés, seguro que allí tienen un generador, pozo de agua propio, placas solares, una bodega supersurtida y hasta una habitación del pánico… uy, se me acaban de ocurrir cuatro aisladísimas, con pozo y valladas… (jajaja, qué alivio)

Al llegar a casa se lo he comentado a La Rubia… se carcajea pero ya no se sorprende de mis elucubraciones mentales… me pregunta si en el libro que me he leído, los zombies son los que buscan cerebros para comer o comen cualquier cosa, porque en el primero de los casos… según él, si buscan cerebros, lo tendríamos jodidísimo porque seríamos los primeros en caer (vamos, lo modesto que se ha levantado esta mañana).

Me dice que escriba una historieta corta sobre una invasión zombie en Mordor… sigue pensando que un día de estos seré capaz de acabar alguno de mis escritos y que se convertirán en best-sellers… jejejejejeje, él, que me mira con buenos ojos a pesar de mis locuras…

Mañana me pongo “seria”… de todas formas la invasión zombie comenzó hace tiempo, y estamos rodeados de podridos que todavía no parecen muertos vivientes… será mejor que nos preparemos… desde luego, si acabamos pareciéndonos a Milla Jovovich, que la invasión comience ya, ¿no?

viernes, 25 de mayo de 2012

A locas con los bares

Y seguimos abriendo locales… no es normal, de verdad, que no se puede abrir todas las semanas tanto bar y pensar que va a funcionar. Que por mi y mis compañeros, estupendo, que abran y abran y que no demos abasto para que no digan que sobramos y que nos rascamos la nariz o la barriga, pero no es lógico que en un pueblo de unos 7000 habitantes que cuenta ya con sus cuarenta y tantos establecimientos de hostelería sigan abriendo bares, restaurantes y locales de comida para llevar… que en dos semanas pasamos de los cincuenta… y si ya digo que en uno de 1500 habitantes en una semana se han abierto: un supermercado, una carnicería, dos bares y una panadería, cuando ya había dos supermercados, cuatro carnicerías, ni sé la de bares y tres panaderías… que no, que no me salen las cuentas para que sobreviva tanto negocio. Y no cuento los traspasos que es un chorreo constante de ahora lo cojo, ahora lo dejo, ahora lo coge otro, ahora lo deja…

Ya sé que la cosa está jodida y que la gente busca un negocio para sobrevivir pero:

a) los locales por aquí siguen hipercaros, más que en una capital (sin exagerar) y poner mil y pico euros en cafés para el alquiler es mucho café;

b) la luz está por las nubes y mantener las cámaras, arcones congeladores, vitrinas y demás es un coste que no se plantean al empezar y luego que si apago esto, subo el termostato para que no se encienda tanto el motor… la cadena de frío ha pasado a ser cadena de calor…

c) muchos creen que con saber hacer unos huevos con patatas se sabe cocinar y que porque les gusta hablar, saben del trato con el público… y muchos no han limpiado en su casa el fregote de una cocina tras una comida familiar como para saber apañárselas con un servicio de comidas… también es cierto que empiezo a encontrar a personas que se preocupan por aprender, buscan cursos y te llaman para que les atiendas en algún momento y aparecen con sus preguntas y dudas escritas en un papel… y en cuanto a carnicerías, miedito me da el dedo de alguno (tengo en la cabeza a un chico que era albañil y que me decía que no debía ser tan complicado descarnar… yo por si las moscas le he aconsejado un guante de cota de mallas… ya veremos cuánto tarda en meter la mano en la picadora… que este año llevamos tres, que yo sepa, por la zona)

Esta mañana, mientras hacía un par de informes pendientes, han venido dos personas a preguntar sobre bares y otro a preguntar cómo se hacen las gestiones para organizar un festejo taurino porque han cambiado a toda la junta de una peña taurina encargada de las fiestas de un pueblo y no saben por dónde les da el aire. Al final todos se han llevado sus correspondientes impresos, instrucciones e información y todos han preguntado: ¿Cuánto te debo? Nada. Y te miran extrañados hasta pensando que estás chalada. No hay tasa por facilitar información ni por dar y gestionar unos tristes impresos… todo se andará, supongo, porque a lo mejor deciden tarificar el minuto de información, o el sentarse en una silla en el despacho, quién sabe… aunque a este paso, a lo mejor ante esa pregunta, tengo que contestar que la voluntad, o que me traigan un folio para poder imprimir el impreso, o un boli o que hagan una colecta para un cartucho de tinta…

jueves, 24 de mayo de 2012

Pelotas, desgracias, desastres y delincuentes…

Esta mañana he cogido mis cachivaches y haciendo de “choferesa” he llevado a dos compañeros a uno de esos pueblos que ha quedado sin servicio veterinario. Compartimos coche más que nada por ahorrar gasofa pero también es cierto que no está de más que haya alguien cerca al que pedir ayuda en un momento determinado.

Para los del pueblo debe dar la sensación de que vamos de batida… Una vez que hemos llegado, cada uno se ha dispersado hacia sus inspecciones.

En la primera, el dependiente de la pescadería sabía hasta mi nombre (he alucinado) y me cuenta que se había informado sobre mí preguntando a unos conocidos de su pueblo (en otra provincia cercana)… toma ya… peloteando dice que me hará caso porque le han dicho que sobre el tema del pescado sabía bastante y que era durilla… ups, debo ser peor que la bruja Avería… pero lo que no sabe es que a mí lo del peloteo me la pela y mucho.

La verdad es que estaba mejor de lo que esperaba, con el etiquetado más o menos bien, el pescado cubierto de hielo y no nadando en el agua de fusión, fresco (el pescado, me refiero)… había muchas cosas a mejorar pero visto el histórico le han debido meter miedo conmigo…

En la carni- charcu, que ya había estado hace unos meses, había hecho casi todas las correcciones y las deficiencias son de esas de “cuando tengas un rato repasa tal cosa”, “ordena esto un poquito”, “vigila esta cámara que parece que la temperatura está un poquito más alta”… vamos, que las pones para que la historia no se desmadre en un momento dado. A nivel de inspección, bien, pero a nivel “social” he pasado un rato fatal. Cuando se ha ido la clientela me dice “ay, te voy a contar una cosa porque tengo que desahogarme y contársela a alguien y como tú no eres de aquí, no creo que lo vayas a cotillear” y me he contado una desgracia familiar sobre una enfermedad terrible y una niña… uf, yo no soy de tocar/abrazar al prójimo y menos cuando no los conozco, y que se me echen a llorar por historia de la inspección, lo capeo bien, pero para estas otras situaciones, lo de “dar esperanza” me cuesta porque por mi cabeza se pasea mi vena científico-enfermiza, mezclada con el “tía, no tienes corazón o qué, idiota, ¿tú cómo estarías?” y me siento torpe de cojones. Ha acabado agarrada a mi cuello llorando y yo intentando calmarla… Pobrecica, de verdad, que nadie merece un trago como ese. Al cabo de un buen rato (a lo mejor era menos pero a mí se me hacía enorme) me ha dado dos besos de esos de ruido a lo mi tía Pili y me ha dado las gracias y unos chorizos para que los pruebe, que por más que he insistido e insistido en que no los quería se ha emperrado en ello casi volviendo a llorar, “por las molestias”, decía, y que he repartido con los compañeros. La verdad es que casi prefiero que me griten o me lloren por la inspección a que me cuenten esas cosas… y lo de que me den algo lo llevo también fatal, porque hay gente que te lo ofrece de verdad, y si no lo aceptas se cabrean y lo toman como algo personal, así que esta vez he aceptado.

En el último sitio, un restaurante de esos de carretera, el encargado me suelta nada más llegar que un fulanito le había dicho que estaban los de sanidad por el pueblo y como hacía un tiempo que nadie iba por allí, que por si acaso, había apuntado temperaturas, limpiado no sé qué, ordenado no sé cuantas… con las prisas, ya había anotado las temperaturas de mañana y de pasado mañana (muy veraces, la verdad, no te digo) y lo de limpiar y ordenar con prisas, ya se sabe, arrastro y disperso la suciedad formando una capa uniforme de grasa y acumulo trasto sobre trasto para que parezca todo más apañado… vamos, un pequeño desastre…

De todas formas, como lo de ayer, nada… para un tipo de mantenimiento de un hostal que lleva medianamente el tema del agua, su pozo, el clorador, las temperaturas de los acumuladores, las purgas y demás de la legionella y del agua de consumo, van y lo detienen por varios atracos a mano armada… manda narices… y yo tan panchita con el tipo este que no salía del hostal porque como lo vigilaba de noche y de paso hacía el mantenimiento de las instalaciones… y el “jodío” era apañado…

martes, 22 de mayo de 2012

Atardece, que no es poco…

Si hubiera una segunda parte de “Amanece, que no es poco”, Mordor sería una localización inmejorable, aunque también valdría para “Dos tontos muy tontos, parte 7” y ya tengo protagonista para un remake de Mr. Bean.

Una de las inspecciones que tenía prevista para hoy era en el lugar más antihigiénico que he visto en la vida. Ni con cierres, multas y demás se ha conseguido nada de nada, con lo que, cuando toca inspección vas con la mente abierta a encontrar cualquier cosa horripilante, desde trozos de lomo descongelando en el suelo del patio de vecinos a comida podrida en la nevera, lavavajillas con agua marrón y tropezones de no desaguarla nunca, grasa impregnando todo… ya sabes que de allí vas a la ducha y la ropa, a pesar de la bata, a la lavadora sin remedio… hasta se te pasa el apetito.

Una vez mentalizada… visita al baño incluida (en el fondo vas nerviosa) consigo aparcar en la misma plaza. En la terraza ya hay gente tomando unas cañas con unos aperitivos. Me acerco y por las ventanas ya sale olor a fritanga. Trato de entrar empujando, tal como dice el cartel de la puerta. Nada, cerrada. Dentro se oyen ruidos de vajilla entrechocando y la tele puesta. Llamo. Nada. Los de la terraza me miran. Miro por una de las ventanas y dentro está la mujer del titular, mirándome. Ya empezamos… Decido darme la vuelta y hacer otras cosas antes de volver. Así, ya siendo buenísima, les doy un pequeño lapso de tiempo para que limpien. Luego me dirán que tuvieron que salir corriendo porque la madre se había escapado, o el perro se había encerrado… ¿o era al revés?

A la hora, regreso. Dos mesas ocupadas en la terraza, bebiendo y comiendo. Mientras llego a la puerta, sale el titular, que me ve y cree que yo no lo veo (será por mis gafas de sol que me deben hacer parecer una ciega). Hace algo en la puerta y se esconde entre los coches hasta llegar a su chatarra de furgoneta. Se mete y con unos papeles se tapa la cara… coño, como si no conociera su destrozo de coche (hasta la matrícula de memoria). Llego a la puerta del establecimiento y trato de abrirla. Nada. Dentro se oye ruido. Miro hacia el coche y como si fuera un cutre-espía, me está mirando por debajo de los papeles. Me entra la risa, más mental que en la cara, porque lo que me pide el cuerpo es partirme el pecho descojonada. Sigo en la puerta… en algún momento alguien saldrá… el tipo pone el vehículo en marcha… todo discreto, con el ruido a escape roto de su chatarra y sale quemando rueda…

Casi me ahogo aguantando la risa cuando se le ha abierto la puerta del conductor al coger la curva mientras con la mano seguía cubriéndose la cara con los papeles. No se ha llevado otra terraza por delante de churro.

Me he ido al ayuntamiento a buscar a un poli local para que me hiciera de testigo. Mientras llegábamos al bar hemos visto salir a la mujer, que al vernos, se ha metido corriendo con unos platos en la mano y ha cerrado la puerta con llave.

-¿La has visto?- le pregunto al poli.

- Y la he oído cerrar la puerta. – Me contesta.- Con llave.

Trato de abrir la puerta. Llamamos y esperamos.

- Has tratado de abrir la puerta. Has llamado. Hay clientes.- Me dice.- ¿Dónde te firmo?

A todo esto, los de la terraza mirándonos flipados. En la puerta del Ayuntamiento había dos trabajadores que me habían oído hablar con el poli y no querían perderse el espectáculo.

Me he metido en la oficina de policía, he escrito el acta y el oficial me la ha firmado. Fax para los jurídicos y que siga acumulándose el expediente.

Qué ridículo, de verdad… y que este antro siga abierto por más que existan reportajes fotográficos mejores que una peli de zombies, un archivo cual enciclopedia, denuncias y demás… Me quedo con la huida a lo “Fast and furious, versión Renault Express”

Habrá que estar pendiente de su venganza, ¿echará salfuman sobre el coche de La Rubia? ¿nos romperá el buzón? ¿nos pintará en la fachada? ¿nos soltará al perro? No lo digo por decir, que ya lo conocemos y lo  sufrimos… otra noche a la escucha de cualquier ruidito por si es él o su prole…

El mes que viene lo vuelvo a intentar… y así mes a mes… hasta que se le hinchen los morros y me los hinche a mí de un guantazo… Señores jurídicos, seamos serios de una vez por todas; no es sólo mi cara la que peligra, es que ese lugar no quedaría desinfectado ni con un incendio que calcinase todo. Lo que me sigue alucinando es que tenga clientes a pesar del olor rancio que sale por la puerta, los tenedores con los dientes unidos por los restos pegados mal limpiados y los platos con comida pasadita…

Atardece, que no es poco…

miércoles, 16 de mayo de 2012

Entre mordorianos

Alucino con algunas cosas… por ejemplo, leo en el boletín oficial de la comunidad autónoma que a una empresa de hostelería, un asador, le dan una subvención de doscientos y pico mil euros y nosotros andamos de actas y expedientes porque no tienen lavavajillas… no me jorobes, que con el dinero que les han dado racanean poner un lavavajillas… además de esa subvención había otras de esas que te chirrían como la construcción de una piscina en un pueblo en el que no hay abastecimiento suficiente de agua y toda una zona del pueblo se queda sin suministro de agua a diario… ya me contarán cómo llenan la piscina… como no sea a escupitajos… ¿No puede mirarse antes de soltar la pasta si la instalación o infraestructura cumple las normas o va a poder ponerse en marcha?

Alucino con un tipo que me tiene hasta las narices de consultas sobre el bar que está montando… que me parece estupendo que me pregunte y me diga aquí he pensado poner esto y aquí lo otro… pero, yo no soy un catálogo de precios de productos, no tengo mano con las comerciales y no, no estoy tan bien informada como el comercial ese que te visita para decirte que en dos meses cambian la legislación y prohíben el uso de insectocutores, aparatos antiinsectos de naturaleza no química o parrillas achicharrantes o adhesivas o como diablos quieran llamarlas y en cambio permiten el uso de cualquier insecticida rociando los alimentos, las superficies de trabajo o los comensales… es como Sheldon, no entiende el sarcasmo… y ya lo de la formación de manipuladores, que si le puedo falsificar una acreditación, certificado o lo que sea eso… anda y que te zurzan, pero me tengo que morder la lengua, pensar eso que dice mi tía de espera pollo que aún no te pelan y educadamente quedar como toda una borde (según su parecer).

Luego me tocará hacer unas cuantas preguntas chorras para poder demostrar que no tiene formación y solicitarle en un plazo inferior a un mes a que presente la documentación que acredite la formación recibida, incluyendo los temas tratados en esa formación… véase preguntas del tipo:

- ¿Cómo descongela los alimentos?

- ¿Qué medidas toma para controlar Anisakis en los boquerones?

- ¿Cuántos días/horas pueden conservarse las comidas preparadas en refrigeración?

- ¿Cómo hace la mayonesa?

Para rematar, el tipo de mantenimiento de un hostal me cuenta que está controlando la “salmonela esa del agua”… cuando el agua caliente sale por el grifo a la ideal temperatura de 37ºC… ole, ole, ole, la “salmonela” va a estar en la gloria… y se supone que es el tipo que sabe porque ha recibido formación específica en control y prevención de Legionela… supercreíble el diplomita de marras.

Le daré unos cuantos pelotazos al cristal para descargar y luego ya, si eso, me pongo a jugar “en serio”… buf, tengo que controlar el “mieeeeerrrdddaaa” y el “noooooooooooooooo qué cagada”, que parecen mis expresiones favoritas… escatológica a estas alturas de la vida…

lunes, 14 de mayo de 2012

Protestamos poco y mal

El otro día compré masa para hacer empanadillas, de esas que tiene una señora de color azul y que están en la zona de refrigerados… Le tocó hacerlas a La Rubia que se cabreó porque se cuarteaban… yo le dije que era porque se había roto la cadena de frío… un par de días más tarde su compañera de trabajo dijo algo así como “qué mierda de empanadillas que me salieron”… ¿Hemos protestado al super?… pues no… no nos van a creer y para qué… las próximas se compran en otro sitio… Mal hecho, lo reconozco…

El otro día fue uno de mis compañeros a comprar a una frutería en la que no lo conocen… la mitad de las manzanas acabaron en la basura porque estaban podridas desde el corazón (a simple vista no se veía). Solución de otra compañera: la próxima vez que vayas a comprar, vamos juntos que a mí me conocen… ¿qué pasa, que si no le conocen le dan mal género? Bueno, en Mordor, sí… aunque supongo que no es el único lugar en el que si no te conocen, te cuelo lo que sea… con muy poco conocimiento porque en vez de ganar un potencial cliente, lo pierdes y además lo cuenta a sus allegados…  Cuando voy a una carnicería que tiene un género bastante bueno (nada barato), muchas veces no me dan lo de la vitrina sino que se meten en la cámara y supongo que escogen algo mejor… una vez, uno de mi calle estaba detrás de mí y dijo “yo de la misma pieza que ella, de esa de la cámara”…

En cambio mi madre, debe ser porque ya le importa todo un huevo, protesta y bien… la última fue esta semana pasada… en una panadería, que las dependientas para abrir las bolsas de plástico y de papel se chupan los dedos… me preguntó si se había pasado un poco, pero a mí me pareció bien… ¿por qué vas a tener pan con aroma a baba? Ya en tiempos protestó en otra por algo parecido (soplaban en la bolsa para abrirla)… La historia es que lo hizo a través del mail de la empresa y le han contestado de buenas maneras e interesándose de las tiendas en concreto… claro que parece que es que van a acuchillar a las pobres chicas de la tienda, pero yo más bien, colgaría por los pulgares a su formador…

De todas, la mejor sigue siendo la de un veterinario de la comarca vecina… 250 gramos de jamón de york en filetes finitos… la dependienta ponía la mano tras la cuchilla y cada loncha caía en la palma y de allí la depositaba en el papel de envolver… cuando ya llevaba los 250 gramos, él le pidió 250 gramos pero sin mano… el problema es que la pobre muchacha no sabía hacerlo de otra manera y le costó un disparate hacerlo sin toquitear el dichoso jamón cocido.

Protestamos poco, y cuando protestamos, salvo en contadas ocasiones, el dependiente/gerente/titular no acepta la queja y nos sulfuramos y aún es peor… quizás porque el otro piensa que no queremos pagar o le estamos engañando y nosotros porque nos sentimos engañados e indignados. Existen las hojas de reclamación pero parece que molestarse en rellenarla y remitirla es demasiada complicación para tan poca cosa… también es porque somos como somos y preferimos discutir en vivo y en directo… cosas de nuestra idiosincrasia… (diablos qué palabrejo que me ha salido)

A lo mejor comienzo hoy por quejarme vía mail a la cadena de supermercados de las empanadillas… de buen rollo y buenas maneras…

jueves, 10 de mayo de 2012

Sobre cabezones…

Había un chico en mi clase que tenía el cabezón más grande del mundo… era un cabezón descomunal, no,… superlativo… aunque era alto y grandote, su cabeza era como una sandía enorme… cabezaperro, cabezabuque, cabezón, era lo normal para referirse al ahora un comisario de policía… al menos al irnos haciendo mayores el cuerpo creció al compás de su cabezoncio y aunque grande ya no canta tanto…

Me he acordado de él durante esos ramalazos surrealistas que le dan a mi cabeza en mitad de las inspecciones… más bien ha sido alguno de sus apodos, pensando del tipo al que inspeccionaba que era un cabezabuque.

Que a estas alturas tenga que discutirle a un tipo que la fecha esa gorda del frontal de la bolsa de acelgas es la fecha de caducidad… y que el tipo me lo rebata una y otra vez diciéndome que es la fecha de envasado… y las acelgas pa´verlas oiga, pochas, pochas, con la zona de las pencas amarillenta exudando liquidurrio y las hojas blandurrias perdidas… coña y que no las retiraba de la venta… Y yo allí dando explicaciones como una gilipollas… “mire, ésta es la fecha de envasado, ¿lo ve?”- le decía tomando como muestra una bandeja de verduras para cocido… pues erre que erre… que no, que estoy equivocada… como dice La Rubia, para ti la perra gorda…

Después he seguido con los yogures, algunos caducados de hace unos días y otros con la fecha de caducidad de hoy… que no, que no los quita del expositor porque va a venir el chico de Danone que se lleva los caducados… Perdone pero no los puede exponer a la venta, debe retirarlos y conservarlos si así lo tiene establecido con su proveedor pero mejor será que los quite… nada que no, como si hablara con un sordo…

Ya cuando me ha negado que había moscas a mansalva me he acordado de cabezabuque y lo injusto que resultaba ese adjetivo al pobre chico… he encontrado el cabezón mayor del reino… y el tipo aún se mosqueaba porque claro, si nadie le dice lo que tiene que hacer en su recién inaugurado supermercado… puñetas que llevo tres meses visitando el que iba a ser el primer local, el que iba a ser el segundo local, le he fotocopiado unas guías del año la pera sobre manipulaciones en minoristas que me parecieron superdidácticas para un peón de albañil que ahora se mete a gestionar un supermercado, me he molestado en visitar las obras, en contestarle las llamadas telefónicas…. que no soy profesora ni su madre, ni la gerente de su empresa… pero que no me venga con que nadie le cuenta… ¿para qué? si no va a hacer caso de nada de lo que le digan…

Buf y demostrarle que una vitrina a 18,5 ºC es que no funciona bien, por más que haya venido el del frío a hacerle una revisión… con su salmoncico ahumado a mantener entre 0-5ºC por ejemplo… como darme contra el muro de las lamentaciones…

Aunque mil años tarde aprovecho para pedir perdón a mi antiguo vecino y compañero de clase por llamarle cabezón (a pesar de que el otro día en el feisbú hacía comentarios al volumen de su cabeza con los que nos tronchamos de risa). Perdona Javi, el cabezón no eras tú….

…no… estaba equivocada…

…. muy equivocada….

…. para cabezón, el señor de hoy…

miércoles, 9 de mayo de 2012

Oliendo mal

Esta mañana, acatando órdenes de no sé muy bien quién ni para qué, he cargado el coche oficial con material para toma de muestras… como me habían dicho que no sabían qué podían encontrar, llevaba un poco de todo: botes estériles de 2 litros y de 500 ml, bolsas estériles, bolsas grande, precintos a saco, guantes, mascarillas, calzas y hasta unas batas de papel que me agencié en las prácticas de algún curso…

Como siempre, por si las moscas, ropa que no me jorobe destrozar o apestar, véase los eternos vaqueros, camiseta y botarracas… menos mal, porque tras más de tres horas rodeados de mierda, con tacones como que no y cogiendo muestras con faldita entre las montañitas de guarrería, como que tampoco… bolsillos para cargar boli, precintos, plastiquetes varios de romper las bolas estériles…

Me he llevado a mi compañero de penurias, que se apunta a todas y menos mal porque sino, aún seguía allí de muestras con la señora secretaria del juzgado dando fe y unos señores que parecían sacados de Splinter Cell… al menos cuando se han bajado del coche y han echado a correr para evitar que la gente del sitio ese saliera por patas… luego han resultado unos tipos simpáticos (al menos con nosotros).

Nosotros sin saber muy bien qué pintábamos allí; los de la nave preguntando si estaban detenidos y si no lo estaban por qué los trataban así, la secretaria pensando en que vomitaba por el olor… un cuadro, vamos, que de escena de CSI nada de nada.

He llenado bolsicas de cochinería como los voluntarios rellenan sacos de arena en las riadas… cuida no chupes el boli le decía a mi compi y cuando me he querido dar cuenta, entre los labios llevaba yo el boli agarrado (hay veces que uno desearía tener tres brazos)… puaggg… pero sin baba, que conste…

Cuando hemos llegado al despacho, con los restos esquilmados de nuestras ya exiguas reservas de material de toma de muestras, la auxiliar ha arrugado la nariz… apestáis… Nosotros directos al baño: cara, brazos, manos, narices… nada, el olor con nosotros como una sombra… La otra remojando las neveras portátiles donde llevamos el material sobrante y la bolsa con los restos para tirar…

Menos mal que quedaban un par de horas de trabajo; las ventanas abiertas… entraba una compañera y decía “huele como a pies”, otro, “huele raro” y eso que está resfriado… apesto, decía yo… y antes de entrar en casa ya iba descalza para no atufar (el perro pegado a mis botas como si olieran a lo mejor del mundo)… pantalones fuera, calcetines, camiseta, ropa interior… madre, ni corriendo una maratón y no duchándome en dos meses sería capaz de oler tan mal…

Las botas siguen fuera… en un barreño con agua y vinagre (no sé si eso es efectivo) y yo me voy al padel a sudar este olor asqueroso… que ducha tan buena que me espera…

martes, 8 de mayo de 2012

De seguros y recibos

Al llegar al despacho a eso de las dos y media para papelear un rato tras las inspecciones, me encuentro sobre la mesa un fajo de papeles de una conocida empresa de seguros que corresponden a copias de los seguros de los coches que tenemos para nuestro trabajo… hasta allí parece normal… pero, ya tenemos un seguro con otra aseguradora para cada coche desde el 1 de enero al 31 de diciembre de 2012, entonces ¿por qué tenemos un segundo seguro desde el 1 de abril de 2012 al 1 de abril de 2013?

¿Es posible tener dos seguros vigentes para un mismo vehículo? Ni idea… es una tontería, ¿no? y más ahora que no nos dan ni folios, ni tenemos impresos, ni tóner ni ná de ná… Entonces, ¿hemos estado el primer trimestre del año sin seguro? A los mindundis si nos queremos cambiar de seguro a mitad pagamos lo contratado por el año… ¿pasará lo mismo con los seguros de la administración? Porque si lo hacen con unos coches perdidos en la nada, ¿qué seguros no habrán cambiado antes de acabar la vigencia y con ello, habrán pagado o deberán casi el doble?

Y luego que nos apretemos el cinturón… Gastos absurdos pero con empresas afines a los que rigen nuestra vida a modo de dioses, que se siguen llenando la boca de lo buenos que son sus ajustes y recortes en beneficio de todos nosotros…

A todo esto, mis inspecciones de hoy han ido bastante bien… nada que no sea insistir en lo de todos los días… mañana con los amigos de verde que no sé para qué me quieren…

Ya no sé ni para qué le doy al coco y me ofusco y escandalizo… total mientras sigamos mirando cada uno nuestro ombligo y bajando la mirada rezando que no me toque y me quede como estoy… como en el cole…

Ale, señor Phil Anselmo, felicidades porque 20 años más tarde aún se oye hablar de su Vulgar display of power… lo que sufrió mi madre oiga, con tanta música estruendosa… ostras y qué será del que me grabó esa cinta allá por el 92… ainss qué tiempos adolescentes"!!!!…

domingo, 6 de mayo de 2012

Una nueva forma de exterminio

Hoy estoy apocalíptica perdida (hasta musicalmente me he saturado de Apocalyptica y sus violonchelos)… domingo de ida del bolo…

La señora Lagarde lo comentaba el otro día (Catalunyapress 11/04/2012):

El FMI ha avisado de que si el promedio de vida para 2050 aumentara tres años más de lo que se espera actualmente, "los costes del envejecimiento, que ya son enormes, podrían aumentar 50%".
La institución apuntó que una longevidad inesperada más allá de lo que recogen las previsiones constituye "un riesgo financiero" para los gobiernos y las entidades que ofrecen prestaciones definidas, que tendrán que pagar más de lo esperado en pensiones y prestaciones de la seguridad social.”

Y es que vivir de más conlleva mucho coste… y para colmo cada vez hay más mayores y menos jóvenes (aunque da igual, no hay curro para nadie) y más población consume más y los recursos no son eternos…

Luego te enteras por los compañeros de ambulancias, que les quitan los servicios de traslado de personas a los grandes centros hospitalarios para recibir la quimio o la diálisis… y más tarde, uno de los especialistas que todavía pasa consulta por el centro de especialidades, te cuenta que le quedan los días contados y que la gente tendrá que irse como sea (que en bus no, porque han quitado prácticamente todas las rutas) a los centros a los que los deriven… y aún tienen que estar contentos los de por aquí que el hospital que queda con algunos servicios está a 85 Km, que los de la sierra tienen más de 200 Km…

Si eres mayor, no puedes conducir y no tienes a nadie que te pueda llevar, y para colmo con tu exigua pensión tienes que pagar a un taxi… ¿cómo diablos vas a ir tres veces por semana a la diálisis?

Mucha reestructuración, reasignación, efectividad y eficiencia… en el fondo es una forma moderna de exterminio… a tomar por saco aquellas personas que representan mayor gasto sanitario… al final la ficción nos alcanza y de nuevo me viene a la cabeza la peli esa de Soylent Green…

Hay días que espero que este mundo se vaya ya al carajo… pero rápido que así todavía quedarán esperanzas de intentar su reconstrucción, porque si agonizamos lánguidamente, acabaremos como las pelis del planeta de los simios… uf, exterminio o esclavismo, qué disyuntiva nos espera… uy, no, ya es el presente…

Ale voy a ver si me acabo el libraco que estoy en mitad de la guerra entre los Sachakanos y los Kyrilianos… al menos en los libros no siempre ganan los malos…

jueves, 3 de mayo de 2012

Tira a cascala!!!!

Reconozco ser una pesada en mi trabajo… mil veces repetiré que no debe romperse la cadena de frío de los productos y mil veces más lo diré y seguiré sin conseguir que cale el mensaje… coño, que no es cosa mía, que viene hasta en los envases… y yo vuelvo a escribirlo en mis hojas de inspección y lo repito y recalco, únicamente me queda recomendar al inspeccionado que se mire la vista y el oído porque ni ve ni oye… y a mí misma debería recomendarme grabar mi perorata para ahorrar saliva y meterme en mi cabezota el mantra de “no lo vas a conseguir por más que lo intentes… nadie hace caso a los de sanidad y el mundo gira igual”

Si yo no pido que se lean los resultados de mi inspección, que lo habitual es que acaben en un cajón o en una carpeta olvidados o incluso sirvan para hacer dibujos por detrás (buena forma de reciclaje)… es que no se leen ni las indicaciones del fabricante… y luego me achacan que no les he avisado, cuando ya hartita levanto un acta o en función del producto que sea y de lo que medianamente entiendo como un análisis de riesgo, les recomiendo tirar a las buenas o si prefieren a las malas, inmovilizárselo… ¿Qué no he avisado? Ni siquiera debería avisarlo, porque ya lo hace el fabricante, marquista o envasador… pero es que además, en tropemil inspecciones está dicho y escrito… ya, ya… soy la mala, ya lo sé… la que no deja trabajar y para colmo, la tiene tomada con tu establecimiento…

Porque esa es la segunda parte… que fíjese usted que solamente hago inspecciones a los de tal partido, o a los establecimientos de la familia Trucutú, que ya saben que voy dirigida por el alcalde, por la tía Paca o por la vecina de enfrente… De verdad, que cansinos y pesados… presenten un escrito de queja ante el abuso y acoso que dicen, cuando hace más de un año que nadie pasa a hacer inspección por su local, que digan y cuenten lo que quieran… que ya cansa… cuando mandan unos y cuando mandan otros…

Y la última ya es que me controlen mi horario y mis permisos los que no son mis jefes… que si voy pronto, porque es pronto para haber limpiado… que si voy tarde, es que está sucio de la faena… que si me llaman al despacho y no estoy es porque me habré ido a casa, que si estoy de permiso es por la cara… ya, ya, si es que soy lo peor y además de inspectora de pacotilla para colmo soy funcionaria… y ya se sabe, no doy chapa, no madrugo, cobro un huevo, tengo mil días de vacaciones y me dan la baja con dar un par de toses… eso, por no hablar del secadero de jamones que debo tener por casa…

Como dicen por mi tierra: ¡Tira a cascala!