miércoles, 25 de abril de 2012

Desde Mordor…

 

Alucinante la imaginación para hacer tartas. Ésta viene que ni pintada:

Hoy hace 9 años que llegué a Mordor, qué mejor manera que celebrarlo con una tarta con el ojo de Sauron

 

9 años que han pasado en segundos en algunos instantes y lentamente como siglos en muchos momentos.

9 años en los que me he reído hasta llorar y en los que he llorado hasta reventar.

9 años en los que me he arrepentido cientos de veces por estudiar y otros cientos de veces me he alegrado por ello.

9 años que me han hecho conocer a gente fantástica y que me han hecho toparme con personas despreciables… lamentablemente más de los segundos que de los primeros…

9 años que me han hecho dejar a un lado la timidez y la vergüenza, aprender a controlar mi mala leche y sobrellevar mi impotencia para poder cambiar las cosas.

9 años que me han enseñado a poner y quitar cadenas de la nieve y llevar siempre guantes en el coche, a no asustarme ante los trompos en el hielo y a llevar siempre algo de beber y de comer en el coche, por si las moscas.

9 años… ¿cuántas inspecciones pueden ser? ¿cuántas horas de mataderos? ¿cuántos kilómetros? ¿cuántos bolis gastados?

9 años en los que he aprendido a pasar cuando me insultan, me amenazan o me levantan el puño… mi madre es lavable y mis muertos están tranquilos. En cuanto a que me zurren, le he encontrado el lado positivo de que supondrían días en casita con mi familia… pero vamos, que prefiero seguir evitándolo como hasta ahora.

9 años en los que he tenido tiempo para leer hasta el hartazgo, escribir varias historietas que nunca he logrado terminar y estudiar por vicio para “culturizarme”.

9 años echando de menos a mi familia y amigos. 9 años añorando volver a casa y no para un fin de semana o unos días de vacaciones. 9 años en los que he hablado más por teléfono que en el resto de mi vida.

9 años en los que he compartido inspecciones, cursos, lloros, alegrías y cafés con gente que no he vuelto a ver y que recuerdo por su firma en un papel, por una foto, por una frase, por una historieta… con otros muchos seguimos en contacto y logramos vernos de ciento a viento… quedamos cuatro desde el inicio y hace tiempo que cruzamos la barrera de compañeros de trabajo para ser amigos… será lo que más me pene cuando se marchen o me vaya…

9 años en los que he intentado mantener la ilusión por mi trabajo aunque tenga la sensación de que el 85% de mi trabajo ha consistido en educación sanitaria básica consistente en limpia, limpia, limpia y un termómetro se “lee” así…

9 años… 9 años en los que no he encontrado nada que me haga encariñarme con Mordor. Sinceramente no creo que pueda aguantar otros nueve. Siento que cada día las ganas de escapar son mayores. Me da igual comenzar desde cero en territorio comanche… ya lo hice cuando llegué aquí y no imagino que existan comienzos peores a los que encontré, ni lugar más desolado que éste…

9 años… y hoy no es mi día…

lunes, 23 de abril de 2012

No es un zombie… solamente carne podrida

23 de abril, San Jorge, Día de Aragón entre otras  cosas, aunque nos quedemos con la copla del libro y la rosa.

Hacía un poco de rasca esta mañana a pesar del sol. Tras papelear a primera hora, he cogido los bártulos y me he ido a un pueblo a unos 12 Km a pasar el resto de la mañana de inspecciones.

Hacía tiempo que no me encontraba un lugar tan, tan, tan sumamente cerdo. No sabía ni por dónde comenzar… buf, no sabría ni como definir el olor de la cámara, pero es que ha sido entrar y pensar que vomitaba (y eso que soy de las que aguantan los olores- será por mis prácticas en laboratorio y sus necropsias). Un picor que subía por la nariz y casi hacía saltar las lágrimas… Pues que no lo olían… solamente yo…

Pero da igual, la embutidora, la picadora, los tajos… mirase por donde mirase todo eran costras amarillas o pardas pegadas en las roscas, en los tornillos… “ya les digo yo que el sábado después de cerrar hay que limpiar”- decía la madre jubilada… Es de cajón, ¿no? Parece ser que no y un lunes a las once y pico de la mañana los tajos y maquinaria del obrador tienen los restos de al menos el sábado… y luego se quejan de la falta de clientes… No, si clientes bacterianos en biofilms tienen a punta pala…

Me da muy mala espina cuando veo recipientes y recipientes llenos de carne en adobo… tanto adobo, tanto adobo y tan poco movimiento de clientes, me sugiere mucha carne casi pasada o pasada a la que intentan dar salida… eso y congelar (expresamente prohibido y menos en una castaña de arcón de helados).

Ya de paso, trato de diversificar y sirvo pan y galletas, simultaneando la actividad, ahora te corto el conejo, ahora te pongo una bolsa con galletas, sin lavar las manos y sin una pinza que ahorre el sobeteo de las galletas…

Pero… pero… mecagüen mis muelas… por qué diablos se me ocurriría cambiar este sitio a un compañero… hacía seis años que no pasaba por allí y las cosas cambiar, han cambiado, pero a peor…

Y aún se enfadan- tócate las narices- se indignan y me dicen que soy muy dura, con los tiempos que corren… Pues si no tienes clientes, ocúpate de aprovechar el tiempo y limpiar… pero eso lo piensas porque para qué se lo vas a decir si vas a parecer más cabrona… ésta es de las veces en las que te gustaría poner una nota en la entrada con la valoración sanitaria del sitio para que todo el mundo la viera y se atuviera a las posibles consecuencias de comprar en un antro así.

En comparación, el resto de inspecciones han sido como un paraíso de la limpieza y la sanidad… Carne podrida, qué mejor manera de comenzar la semana…

domingo, 22 de abril de 2012

Elijo el curling

Conforme más tiempo pasamos fuera de Zaragoza, más morriña nos entra… tanta, que hasta La Rubia se autotortura viendo los partidos del Real Zaragoza… y eso que si nos dan a elegir entre ver un partido de futbol del bueno (no del Zaragoza que parecen un equipo de alevines) y uno de curling, seguramente nos veríamos el curling… Ya, frikis, que ven cómo barren una pista de hielo…

Además de preferir el curling, reconozco ser de las majaderas que se clavan el patinaje sobre hielo, los partidos de balonmano y de vóley (el de playa no, que no me mola), también la natación sincronizada, los saltos de palanca… con la hípica no puedo, al igual que tampoco con el golf… eso sí, ponme un partido de baloncesto y cualquier día se presenta la policía local a hacer una medición del ruido…

Si me dan a elegir entre un concurso y una recopilación de videos de porrazos y golpetazos, elijo partirme de risa con tanto bobo intentando partirse el cráneo gratuitamente… sigo sin entender para qué intentan cruzar un riachuelo haciendo un salto mortal o colgándose de una cuerda, saltar a una piscina de 20 cm de profundidad de cabeza o bajar unas escaleras haciendo el pino con las manos sobre unos patines…

Al menos ya he dejado mi afición a ver programas de tatuajes… me saturaron al igual que los de callejeros y viajeros, casas fantásticas que no querría si me toca limpiarlas, y ya no digo calentarlas en invierno, las tartas esas que ni de coña comería y los de supervivencia pertrechados con una navajita suiza y un mechero… cosa aparte son los de adolescentes rebordencos que nunca he podido con ellos.

También he dejado ya los programas de tuning, obviamente prefería los americanos porque los españoles daban penica, las embarazadas a los 16, los gordos que adelgazan, los que cantan canciones de otros, los que hacen a saber qué para que les digan que valen para eso…  los hoy cocinas tú y mañana tu prima hermana (y eso que visito la web para buscar alguna receta)

También he dejado las series… estoy desconectadísima… empecé hace años desconectando con la casa y sus vecinos y fui ampliando… reconozco que si en un momento dado encuentro una reposición de 7 vidas me la clavo (también depende de la temporada) y sigo buscando sin éxito “Playas de china” que recuerdo de la 2 en la que salía la guay del CSI de Las Vegas haciendo de puta en Vietnam… Y tengo cientos de episodios listos para ver de Sons of anarchy, House, Fringe, Sherlock… pero nunca encuentro el momento… normalmente porque el libro está interesante o prefiero irme a dormir

También estoy en proceso de desenganche del feis… empieza a importarme una mierda si en Londres llueve, si mi tía cuelga fotos de los nietos o si mi hermana ha regresado molida del gimnasio… y ya no digo de la puñetera ciudad que se me ocurrió comenzar a construir, pozo sin fondo, bucle sin fin de la inutilidad supina.

Estoy en fase asocial haciendo el vacío incluso a la tele… siempre lo achaco a la primavera. Ya sé, soy una intransigente, pero al menos ya no frunzo el ceño permanentemente…

Y sí, qué pasa, prefiero el curling!!!

miércoles, 18 de abril de 2012

Yo que una vez fui y ya no

Con esto de cubrir plazas vacías hoy me ha tocado irme de excursión a tomar por saco… por si acaso iba con varias inspecciones preparadas para no hacer el viaje en balde.

He comenzado con un osado carnicero-salchichero de los que toda norma está para su flexibilización siempre a beneficio propio, que me trataba con ese paternalismo que nunca sé si roza la imbecilidad o el machismo más recalcitrante. Por un lado es de agradecer que todavía crean que eres una novata recién salida del cascarón, eso es que te conservas estupendamente (es el formol ese que  tienen los genes de las arrugas en mi familia), pero por otro lado me agota tener que “trabajarme” esas situaciones. Me parece que no le ha quedado suficientemente claro y mucho me temo que será de esos lugares de acta y cabreo supino por ambas partes. Que conste que he intentado esa castaña de la asertividad y poner en práctica todos mis autoconsejos, pero al final él ha marcado el territorio como los canes y yo lo he olisqueado y meado encima… que comparación más cerda…

Por contra en la siguiente inspección, la 2 de 3, he entrado en otra carni en la que al cruzar la puerta me he retrotraído a épocas en las que ni era un bosquejo de Fanfamús… vamos, que ni en Cuéntame… Al pronto piensas que vas a tener que levantar un acta como un piano pero luego te das cuenta de que está todo relimpio en su antigüedad mate, que la cámara será dinosauria pero funciona mejor que muchas modernas y que hay tan poco género que o lo venden o se lo comen en casa: dos pollos, un par de pechugas, un trozo de lomo de cerdo, algo de bacon, unas morcillas, un poco de chorizo, algo de jamón… he visto casas más surtidas que esa tienda.

Hola, buenos días, soy X, la veterinaria de sanidad, ¿es usted Fulanito de tal?- me he presentado a un señor aparentemente muy mayor sentado junto a una ventana en el extremo más alejado del mostrador tapado con las faldas de la mesa camilla, haciendo un sudoku. Junto a él había tres periódicos diferentes y un libro. Cuando me he acercado me he dado cuenta de que no era ni mucho menos tan mayor, pero sí vivido.

Media hora de conversación mostrándome las instalaciones  y ni un cliente. Media hora de conversación que han borrado de un plumazo el mal regusto que llevaba de la anterior inspección. Media hora de conversación con alguien que ha aceptado su derrota pero que eso no le hace perder la compostura ni buscar excusas en terceros para justificarse.

En un momento dado, ha suspirado y sus ojos han echado la vista a otros tiempos y ha dicho algo parecido a “Yo que una vez fui, ya no soy… fui carnicero, pero ya no, no supe reformarme y adaptarme a los cambios. Fui un gran carnicero en sus tiempos, trabajando desde antes de que amaneciera hasta ya caída la tarde… fui bueno y gané mucho dinero. Pero pensé que eso era suficiente. Yo, que una vez fui carnicero, ahora ya no lo soy”.

Me ha dejado con la duda de si sabe lo que es o lo que quiere ser durante el tiempo que le queda. Su mujer, que ha aparecido a mitad, le apremiaba a que cuando cierren les toca vivir, que no han tenido ni viaje de novios porque se casaron en plena época de matanza del cerdo. Le he dejado acabando el sudoku con boli rojo, con los ojillos brillantes tras recordar los buenos tiempos.

Me ha venido a la cabeza la canción “Días de gloria” de Distrito 14 y la he canturreado en el coche:

Quedaron atrás los días de gloria
el tiempo pasó pero la ilusión
hoy vuelve a brillar en el horizonte
la estrella que no creíste perder
Viajero nunca es tarde si tienes
alguna razón que te haga volver
a amar el olor y el ruido de un coche
viajero no hay mejor situación
El fin siempre esta cercano, ya sabes
puedes esperar, puedes apostar
Una promesa en el corazón
solo y sin una dirección
una parada para recordar
los días que no volverán…

Yo que fui, pero ya no… nos pasará a todos ¿verdad? Me surgen mil preguntas: ¿seré capaz de admitirlo? ¿me resignaré? ¿buscaré excusas para justificarme? ¿no seré consciente de que ya no soy lo que una vez fui? ¿aprenderé a ser?

Yo… que una vez fui… pero ya no soy…

sábado, 14 de abril de 2012

Aspectos a mejorar

Ayer, me tocó calmar los ánimos entre dos compañeros; tenía claro quién tenía la razón pero no quería dejar chafado al otro y hundirlo más en la miseria ahora que ha suspendido un examen que aspiraba a aprobar, aunque por lo que veíamos y la preparación que estaba haciendo, estaba a años luz de aprobar.

Es verdad que la imagen que uno tiene de si mismo no se corresponde para nada con la que los demás tienen de ti… es como cuando te grabas la voz y la que oyes desde el altavoz no se parece en nada a la que te escuchas cuando hablas.

Por eso, mientras le daba a la fregona se me ha ocurrido escribir esta entrada.

Los inspectores deberíamos ser claros en nuestras observaciones, la causa y las consecuencias o los efectos de forma objetiva, explicada acorde al interlocutor- de qué vale hablarle de curvas de enfriamiento si no sabe entender un termómetro; al mismo tiempo, no debemos creernos superiores y tratarlo como si fuera tonto, porque no lo es. Del mismo modo, a una persona con alta preparación en tecnología alimentaria no deberíamos hablarle como a un niño… a veces me da la sensación que es porque no tenemos la formación suficiente para refutar las cosas, o que no hemos preparado bien la inspección. También deberíamos ser más educados en cuanto a que nuestras inspecciones se encuentren escritas de forma clara, con letra legible, sin faltas de ortografía y con los acentos puestos… me chirría ver “vandeja”, “berengena”, "inspeccion”, “camion” o abreviaturas tipo sms.

También deberíamos tener en cuenta que si la medida correctora funciona, funciona, aunque no nos guste la solución. Claro que me gustaría que una empresa tuviera puertas automáticas con sensores de apertura pero si tiene un muelle que hace que las puertas se cierren tras ser abiertas, me sirve… por poner un ejemplo muy sencillo. Tengo algún compañero ultramegapijo que quiere todo en acero inoxidable y panelado, con luces de no sé qué… me resulta muy complicado pararle los pies y cada acta suya que me llega es un suplicio- de cada diez deficiencias que indica, a lo mejor veo clara una y le hago informes interminables con parrafadas de normas, interpretaciones de normas y demás para cuestionar sus observaciones. A veces acaba puenteándome (que casi lo prefiero) y es el jefe el que acaba parándole las actas. Y lleva un cabreo que no puede con su alma, pero los inspeccionados también y no paran de llamar y escribir quejándose y solicitando un cambio de inspector. Esto no quita para que, cuando sea clara la deficiencia, se tramiten sus actas respaldando su actuación hasta el final…

Desde el otro lado, debería quedar claro que la frase esa que usan con nosotros de “no te preocupes” no tiene sentido. Yo no estoy preocupada; te he definido y descrito una deficiencia o no conformidad y la preocupación en todo caso sería del inspeccionado. Me da igual si la corriges o no, seguiré el procedimiento para que acabes corrigiéndola o pagues una sanción y para colmo debas corregirla gastando el doble de dinero.

Aunque en verdad, siendo sincera, no me da igual que no corrijas algunas de las deficiencias, porque me jode por los terceros en discordia en esta representación, que son los consumidores. Yo sé lo que hay, y tengo la ventaja de decidir no consumir en tu establecimiento o no comprar los productos que fabricas, pero ese que me cruzo en la calle no tiene pajolera idea. Obviamente no puedo gritar a los cuatro vientos que tu local está lleno de mierda o que mientes en tus etiquetas y no usas eso ingredientes que motivan la compra de tu producto, pero ganas, en ocasiones, no me faltan…

Lo que tendríamos que dejar claro es que ni el inspeccionado ni el inspector somos tontos, aunque en ocasiones las dos partes lo parezcamos. Tampoco el inspector es ciego y a veces ve más cosas de las que dice, quizás buscando que el otro realice las modificaciones que le indica como prioridades y dejando algunos ajustes menores para otra ocasión.

El inspector no está para hacer favores, aunque en ocasiones existan negociaciones y regateos por los que tratamos de que se subsanen deficiencias que nos quitan el sueño… sí, nos lo quitan, aunque muchos no lo crean.

Tampoco el inspeccionado es el coco al que hay que exprimir y sacarle jugo en forma de multa. Y lo de la chulería por ambas partes deberíamos mandarla a tomar por saco.

Vuelvo a lo de siempre, tengo claro que debo seguir formándome para poder tener un criterio objetivo e incluso científico para poder hacer mis inspecciones… si me quedo de por vida en el limpio-sucio, cualquiera podría hacer mi trabajo. Pero, del mismo modo, pido formación, formación para ser matarife, formación para ser cocinero, formación para ser charcutero, formación para el conservero, para el panadero, para el pescadero…

Buen finde pasado por agua… seguiré con la historia de chinos de “El lector de cadáveres”, menudas tradiciones, torturas y leyes que tenían allá por el 1206… entretenido por ahora, espero que mantenga el tipo hasta el final.

miércoles, 11 de abril de 2012

Una, que es necia y tonta…

Parece mentira que la semana pasada hubiera fiesta… estoy agotada… yo, que siempre había podido dormir cual marmota, llevo una temporada que ni cinco horas de sueño… debe ser que como dormí 11 horas la noche del miércoles al jueves, ahora debo pagar esa afrenta con Morfeo y no dormir en un par de semanas… y anda que no le das vueltas a la cabeza con lo que pudo ser, lo que es y lo que será, o no será… Será la astenia primaveral que como estos últimos años me hace estar sensiblona y delicada cual prímula (qué petulante, qué cursi, qué ñoña…)

Ayer estuve de inspección en un almacén distribuidor en el que se descojonan de la custodia que hago a los bolis… nos quedan ocho… y con la coña, esta mañana me han traído cinco bolis con propaganda de su establecimiento… no puedo hacer ascos a eso, un boli es un boli y como si llevan luces o cantan… ya tenemos trece bolis para pasar lo que queda de año. Como haría una vedette, agradecida y emocionada, solamente puedo decir… gracias por los bolis.

No tenemos para bolis pero en cambio la nueva mutua nos ha mandado 6 “magníficos” botiquines llenos de tiritas, algodón, povidona, vendas, y agua oxigenada… coño, que estamos en un Centro de Salud… además cuando nos hacemos un siete, suelen ser gordos y una tirita no nos hace nada… más bien pasamos por la sección de corte y confección a que nos hagan un bordadito en un dedo, en la barbilla o en una ceja, dependiendo de si nos hemos cortado con un cuchillo o un bisturí, nos hemos caído de boca en el suelo o nos hemos dado un fostión en la cara con un gancho en el matadero… pero nada, que hay que tener botiquines, a los que sumamos los que ya teníamos que no hemos usado más que para alguna tirita casual cuando, por ejemplo, estrenas zapatos… son cosas que no entiendo, pero como mindundi que soy, desconozco los entresijos que nos obligan a tenerlos y en cambio se nos niegue el uso de guantes de nitrilo cuando inspeccionas canales de animales en las que sospechas una zoonosis…

Por lo demás, seguimos como siempre, el campamento de niños con agua sin clorar, la fábrica de repostería haciendo de las suyas para seguir mintiendo en el etiquetado, el chino con el arroz cocido en un plástico en el suelo del almacén, la merluza llena de anisakis, el restaurante sin lavavajillas, el otro con la cámara estropeada desde hace meses, un carnicero con la carne clandestina… lo habitual, vamos, para que no nos aburramos y sigamos con los ojos abiertos de par en par, a pesar del sueño, tanto del susto como de la sorpresa como del cabreo cuando llevas acta tras acta contando la misma historieta, inmovilizando las mismas cosas y que siga siempre así porque el círculo vicioso se rompe cuando el mindundi de sanidad se rinde y decide mirar hacia otra parte… jo, ¿todavía no se han dado cuenta de que soy una maña cabezona?

Yo no rompo el círculo… nací para los bucles infinitos… cansan, de verdad, que cansan, pero no soy capaz de mentirme y apartar la vista… necia para algunos, tonta para otros, ababol para mi madre, chula para bastantes, estúpida imbécil para una gran mayoría…

…ya, pero tengo bolis nuevos…

lunes, 9 de abril de 2012

Welcome to the jungle

Bienvenido a esta jungla, Raúl!

Quizás no sea el mejor momento de este mundo, pero es el mejor momento para los que esperaban tu llegada.

Quizás no seas el niño con más juguetes y con más gadgets de bebé pero todo lo que tienes es fruto de muchos que ya te quieren sin conocerte.

Quizás no seas un eminente científico, ni un filósofo revolucionario, ni un famoso futbolista pero ya aseguro que serás un tipo divertido de risa fácil y sincera.

Quizás seas un poco cachazas o quizás puro nervio, seguro que un rato listo y un poco cabroncete… tus trastadas serán épicas, pero es que tienes magníficos maestros.

Lo que tengo muy seguro es que no te queda otra que ser una bellísima persona, porque naces rodeado de muy buena gente.

Va a ser un gusto conocerte y verte crecer… aunque un poco a distancia. Seré la tía lejana que te lleva cuentos y libros cuando vaya por Zaragoza…

Bienvenido a esta jungla. Sé que sobrevivirás sin problemas… somos unos cuantos los que estaremos pendientes de que así sea.

martes, 3 de abril de 2012

Espacios y dimensiones desconocidas

Llevo unos días de cráneo con las inspecciones, que si de nuevo los bizcochos están llenos de aditivos, que si extrañas mercancías en idiomas desconocidos, que si pescaderías en vigilia y como no, las áreas de servicio a pie de autovía…

Existe un mundo que parece desconocido a mucha gente, definido por “todo aquello que no es frontal”, es decir, laterales y partes traseras de muebles, maquinaria, partes inferiores, partes superiores, cableados, desagües, tuberías… parece ser que no existen más que en mi dimensión paralela y por ello, no merecen ser dignos de limpieza.

Así, por ejemplo, en el área de servicio en la que he estado dos horas y pico de inspección (sin exagerar), no debían existir los laterales y espacios entre los botelleros en la barra, la parte inferior del fregadero, las tuberías, la parte trasera de la máquina de los zumos o el espacio entre las vitrinas expositoras y la barra… tampoco existían las paredes interiores de las cámaras, ni del interior de lavavajillas ni lavavasos, ni los estantes en los que se apoyan los platos limpios… al entrar ya olía a raro, una mezcla de olor proveniente de baño, falta de ventilación y a algo rancio… no me ha extrañado a poco que he agachado la cabeza o me he estirado para ver por encima… si hasta había polvo adherido en forma de estalactita en las rejillas de ventilación que había sobre la barra, fácilmente observables por la clientela…

Otro espacio inexistente es el del interior de los dosificadores, de jabón, de lavavajillas, de papel… casi siempre en el más absoluto de los vacíos…

En cuanto a roturas del espacio, siempre faltan las rejillas, paneles o como se llamen que cierran los motores, dejando abierta una puerta, cual Stargate a la acumulación de todo tipo de cosas, desde polvo a chapas de botellas, azucarillos, palillos y hasta huesos de aceituna en el hueco.

Son cosas que sé que jode limpiar, porque toca mover, levantar, deslizar, arrastrar, cargar, empujar, tirar, de muebles, máquinas, objetos, etc, etc, pero no hay que esperar a que la tocanarices de sanidad aparezca y lo recuerde… y mucho menos que insista inspección tras inspección, al no ser que uno quiera ayudar a la administración con un donativo en forma de multa… (a lo mejor es eso y yo todavía no me he enterado)

Como ya he dicho muchas veces, esto es un bucle… y ya vuelvo a recordar por enésima vez que las temperaturas están reguladas por una norma, con lo cual, paso de las excusas peregrinas que me den: comidas preparadas hasta +8ºC si se van a consumir en 24 horas, si van a durar más, hasta 5 días, +4ºC, que las quieres mantener en caliente, mínimo +65ºC… lo que no quiere decir que el termostato de la maquinaria se encuentre a esa temperatura, sino el interior de los alimentos…

y no, no vale meter cosas frías y calientes en una vitrina refrigeradora, ni algo recién cocinado en el arcón congelador con los calamares y la sepia ultracongelados y tampoco me vale que saques al baño María cosas de la nevera y las metas junto a comidas que acabas de sacar al fuego… ¿solamente me pasa a mí estas cosas? ¿no son de cajón? sigo flipando… y no, no me invento las temperaturas, no me invento las normas y no, no tengo ganas de fastidiar…

Sigo pensando que no hay excusa para que un cocinero, un pinche o un camarero desconozcan las normas básicas que rigen su trabajo… es como el que dice ser entrenador de natación y no sabe nadar a espalda o no sabe coordinar la brazada con la patada… no me digas que eres cocinero si no sabes cosas tan sencillas como las temperaturas de los alimentos… serás un creador de comidas artístico o alternativo pero está claro que la seguridad alimentaria te la trae al fresco… por eso estamos y por eso te visitamos… qué triste…