miércoles, 14 de diciembre de 2011

No me apetece

Me he pasado media mañana atendiendo a gente… no había manera de acabar unos informes; si no era el teléfono era alguien que venía a consultar desde como hacer la formación de manipuladores a si para almacenar alimentos  valía el garaje de su casa…

Hombre mujer (me hace gracia eso), si es para sacar un dinerito… ¿y no habrá necesidad de darse de alta, no? es que sabe usted, es para sacar un dinerito… que ya sabe, están las cosas un poco mal… pero si me toca pagar por tener cuatro latas para dar un servicio al pueblo… es que la crisis… hay que buscarse el pan…

Al principio he pensado que era un cachondo que se venía a descojonar de nosotros, pero no… flipo, alucino y me entra una mala leche… Así que, he cogido aire, lo he retenido hasta que he contado lentamente del uno al diez, y con toda la dulzura que me da la mala baba le he contestado con una sonrisa, que sí, que debe darse de alta y tributar a Hacienda como hacemos algunos… y no, no me vale el garaje de su casa con el tractor, ni tampoco su coche para hacer distribución y me importa una mierda si es que su amigo panadero le facilita pan desde otra provincia para que lo venda a domicilio por su pueblo (obviamente esto último con otras palabras, que una todavía se sabe contener, poco, pero todavía)… bbbbbbfffffffgggaggggaaaaggggggiugiggagaggaag

Para colmo estoy barruntando un jamacuco de los míos, no sé si migraña de esas con auras y olores nauseabundos, sonidos de ultratumba, visión rara e hipersalivación rabiosa o si es que estoy incubando un catarro con fiebres delirantes… tendré que hacer caso al consejo de Javier e ir a la tienda esa de D y comprarme una camiseta de esas… aunque sus calcetines para montaña no han evitado que se me congelaran los pies el lunes.

Con todo esto, y con los primeros copines microscópicos de hoy (era una lluvia flotante redondita que apenas mojaba) como que no me apetece una castaña la comida de Navidad de mañana… además faltarán algunos, por causas ajenas a su voluntad comentadas en la anterior entrada… y ya no es lo mismo si faltan los que dan vidilla a esas comidas… y como que estoy roñosa y me jode gastarme el dinero (si es que los compañeros de la comarca vecina son ricos y comilones y para ellos 40 euros es calderilla)… no me lo estoy gastando en libros que los disfruto como una droga, ni en cubatas para olvidar que sigo en Mordor y voy a tener que apoquinar para que otro se beba un vino vulgar con precio de escándalo como hicieron el año pasado, que la broma salió por un pico y comimos fatal, aunque algunos bebieron muy bien y hubo alguna exaltación a la amistad un poco vergonzante.

Nada, que no tengo espíritu navideño ni de fiestas ni de loterías ni ná… me apetece muchísimo más un café largo, de los de antaño, con los amigos, que comenzaba a eso de las cuatro de la tarde (para algunos con el aperitivo) y se prolongaba hasta la madrugada. Arreglábamos las vidas de los otros, ideábamos trabajos cojonudos, nos montábamos unas vacaciones de miedo y terminábamos con dolor de mandíbulas de tanto reír… creo que ni mi vejiga ni mi hígado aguantarían ahora el ritmo… tendré que hacer la propuesta a finales de mes, aunque ya sería casualidad que cuadrásemos días, turnos, estudios y demás… en la lista de regalos de Navidad sería el primer deseo… uy, estoy ñoña, eso es fiebre…

2 comentarios:

  1. Para los pies hay unos calcetines de seda térmicos majismos también el "D" (Soy fan de esa tienda)

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  2. ¿40 euros la comida de Navidad?????????? pues sí que andan ricos los vecinos.
    Cuídate, que entre la fiebre y ser época navideña te estás volviendo de un sensible...:-)

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