lunes, 26 de septiembre de 2011

Saltad, saltad… cabritos y allí os rompáis la crisma

Todos los títulos que se me ocurren son horrorosos, así que tras desechar putos adolescentes, mecagüen los niñatos de la eso, salta sobre tu orco padre, saltad-saltad cabritos me ha parecido el menos malo.

Con la mañana puta que presagiaba, toma, jódete y baila (lo siento también pero hoy me sale la vena faltona y malhablada)… llego pronto para salir pitando entre una niebla de la porra y chof, algo así me encuentro:

No me ha dado tiempo a hacer fotos pero ésta es casi clavada, salvo que el coche todavía tenía cristal. Hundido por completo y por dentro casi me doy con la cabeza en lo abollado.¿Y cómo? Pura teoría pero parece que, vistos los indicios, los niñatos subieron por el todoterreno que estaba aparcado al lado (con el capó hundido también) y desde el techo, que también tiene algún bollo se tiraban o saltaban sobre el coche que suelo conducir… ole con el entretenimiento de los adolescentes… si quieren saltar que se tiren por la ventana sobre el coche de su padre…

Miro el resto de coches y parece que no hay más destrozo y de allí al cuartelillo a poner la cuarta denuncia… y eso, que lo flipante es que aparcamos en el interior del recinto del centro de salud y que a dos metros hay casas… pero nadie ha visto nada.

Tres cuartos de hora para poner una denuncia que no sirve para nada y ya son tres cuartos de hora perdidos… vete a hacer la inspección postmortem de las reses del festejo taurino del domingo y como no, algo ha pasado con los papeles y hay incidencias de los inspectores de plaza y falta documentación… a perder más tiempo escribiendo y pidiendo los papelotes.

Ahora, a perderse por la sierra… como la antena del coche la robaron y la sustituta también, o me llevo un cd o conduzco en mis pensamientos y con la niebla que había, casi mejor cd… las diez de la mañana y parece que conduzco entre la nada, ya no me sorprendería si sale la chica de la curva. La chica no, un pedazo san bernardo caminando por medio de una carretera. Todo pachón se para en mitad (es una carretera sin marcas de carril ni arcenes) y ale, a parar… sin peligro de que nadie te dé un golpe porque vas sola durante 70 Km… y el chucho tan campante guau, guau, pasando del pito… Venga bonito, le decía por la ventanilla, vete a tu casa…

Y el otro, viejo superviejo con andares a lo Fraga empieza a andar, llega hasta el coche, levanta la pata, se mea en la rueda y se mete por el bosque. ¡Qué cabrón!

A todo esto, la niebla quedaba genial, con el sol intentando traspasarla, hilachos de bruma que parecían ser sólidos, las sombras de los pinos y la carretera angosta y serpenteante, siempre hacia arriba, subiendo y subiendo hasta de repente, zas, encontrarte un sol deslumbrante… con los Opeth sonando, parecía que estabas en algún bosque escandinavo.

Al menos el paisaje hace que se te pase un poco la mala leche pero no te puedes descuidar que la carretera es un asco y empieza el descenso… de nuevo inmersión en la niebla… y así toda la mañana, sierra arriba, cuesta abajo, curva y recurva, desvío y cambio de carretera, para llegar a pueblos que no llegan al centenar de habitantes… en uno solamente he visto gatos merodeando por las calles, parecía el pueblo fantasma hasta que ha aparecido un señor mayor no, lo siguiente, que me ha dado un poco de conversación mientras tomaba las muestras de agua y hacía mediciones.

El regreso ya ha sido con sol tras cinco horas de carretera-pueblo-fuente/casa particular/ayuntamiento-carretera-pueblo… lo que pesaban las neveras cuando he llegado a descargarlas.

Un pis corriendo que mi vejiga ya no aguantaba y a mirar la carga para una exportación… ya se iban a comer cuando he llegado. Menos mal que siempre tienen todo listo y preparado y es llegar, ver y emitir el certificado.

Por fin llego al despacho. Ni encender el ordenador ni ver el correo que ha llegado que me han apilado sobre la mesa… directa a la botella de agua con una sed terrible… Cierro y salgo… ya no me acordaba de lo del coche pero a plena luz del día aún parece más gordo el destrozo, es como llevar una bañera incrustada en el techo. ¡Qué hijos de su madre! Me toca buscar un taller que quiera arreglarlo sin saber si cobrará en un mes, en dos o en diez…

Hay veces que deseo que “el inminente holocausto zombie” llegue ya y que estos gilis no dejen huella genómica de su paso por este mundo… porque hoy es un coche pero mañana se cargan esos bosques en los que me he perdido hoy.

1 comentario:

  1. Luego dirán que la culpa es tuya por aparcar allí y no de los valores que les inculcan en su casa. Adolescentes capullos siempre ha habido pero ahora son una plaga. En mi calle se cargaron todos los retrovisores de los coches aparcados y cuando un hombre se puso a llamar a la policía lo insultaron y trataron de pegar. Ya veo que ni en Mordor os libráis de estos indeseables. Muy bonita tu excursión pero prefiero playa y hamaca

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