lunes, 11 de julio de 2011

Raticos de aluCINE

En verano nos llegan más hojas de reclamaciones de lo habitual. No son un montón pero suponen echar unas cuantas horas de trabajo. Muchas tardan en llegarnos un tiempo por las vueltas que dan en la administración hasta que a alguien se le ocurre que quizás eso lo lleven los veterinarios o los farmacéuticos de sanidad… (aunque una vez que llegan a esa conclusión, nos endiñan todo lo demás, por si acaso o por si cuela, supongo).

En ocasiones nos llegan cosas rocambolescas que ni entendemos la historia que nos cuentan como la de una señora que escribía que comprando en un supermercado con su marido, a la hora de salir del super, deslumbrada porque el sol se reflejaba en una cristalera en el edificio de enfrente, no vio las puertas y chocó con el carrito en el escaparate, que obviamente no se abría y su marido acabó con la dentadura dentro de la rejilla del alcantarillado del parking del super… además de reclamar el dinero de la dentadura y de unas gafas solicitaba una inspección de sanidad porque sus alimentos se habían estropeado y una indemnización porque había tenido que hacer el boca a boca a su marido porque se había quedado inerte, inconsciente o a saber….

Y sí, fui a comprobar cual doctora Brennan dónde estaba la dichosa alcantarilla y realizar una especie de reconstrucción mental de la secuencia descojonándome de risa por el tiro parabólico supuestamente ejecutado por los dientes del señor y la capacidad mágica de los dientes para desaparecer en un agujero que no cabe ni una moneda de 1 euro.

Las teorías que barajaba eran:

a) Los alimentos se estropearon porque la dentadura postiza les hincó el diente y rompió el vacío del envase

b) Los alimentos, deslumbrados por el sol y doloridos por el choque entraron en estado febril y lamentablemente pasaron a mejor vida.

c) Tras las maniobras de reanimación cardiopulmonar la lechuga pereció por la halitosis del señor desdentado.

Tres veces se nos presentó la señora contándonos ideas sobre montajes e intentos de agresión del supermercado… hasta vino con la factura de las gafas.

Los del super flipaban. Nadie había visto ni choque de carro contra cristalera, ni dientes volando, ni mucho menos un boca a boca en el aparcamiento… eso sí, habían acompañado hasta la puerta a una señora a la que habían pillado sisando… y qué casualidad que se parecía a la señora que se nos plantaba en el despacho…

La que ya nos va a llegar es la de un grupo de 25 personas que fueron a celebrar una comida en un restaurante que tiene una zona de aparcamiento cerrada. Parece ser que ellos dicen que la comida estaba estropeada y el dueño cerró el aparcamiento y no podían salir del recinto y el dueño dice que cerró el vallado y cruzó su coche porque no le pagaban la comida… A saber pero me temo una historieta de alucine… no sé por qué pero me creo más la versión del sinpa…

Menos mal que aunque pocas, nos llegan reclamaciones racionales y coherentes, que pueden ser más ciertas de lo que a veces nos parecen a primera vista, pero desde luego, con las que más disfruto son con las historietas majaretas de los jetas… Marchando una de palomitas para la próxima peli!!!

2 comentarios:

  1. ¡GRACIAS! Lo que me he reido leyendo esta entrada, muy curradas las imágenes

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