viernes, 1 de julio de 2011

La puta de sanidad

Siento decir que el día no se ha arreglado… y que el fin de semana no va a ser mejor. Así que Javier, disfruta tú por mí de la cerveza y Lidia, gracias por tus deseos pero esta vez no se han cumplido.

A vueltas con el acta de ayer tengo mis habituales comeduras de coco, que por supuesto y aunque muchos no lo crean, no me dejan dormir. Ayer tenía claro que el restaurante se merece ser cerrado y hoy, tras leer el historial, la inspección y ver las fotos, me ratifico en mi opinión: ese sitio no puede estar abierto al público en el estado actual porque supone un riesgo para la salud pública.

Ahora viene el rollo… ayer el “profesional sanitario” dejó caer un comentario al que no presté atención, pero, que por la noche me hizo darle vueltas y vueltas…

Cuando dijo que ya había pagado la multa añadió que había despedido a un par de trabajadores… al principio lo achaqué a que los había considerado responsables de la situación del establecimiento pero después até cabos y efectivamente, mi compañera llegó a la misma conclusión: que había despedido a los trabajadores para pagar las multas. El retintín con el que lo dijo me ha hecho pensar que lo siguiente será mandar a la calle a otros tantos necesarios para pagar la multa y que no le afecte a sus ganancias aunque esto suponga cargar de trabajo al personal… total antes trabajaban 16 personas en cocina y ahora están 4… si se quedan 3 tampoco van a tener tiempo para limpiar…

Hace tiempo que creemos que lo que los socios del sitio quieren es que el establecimiento se acabe hundiendo. Cuando lo compraron ya estaba para hacer una reforma brutal tanto en las instalaciones del hostal como en el resto de las dependencias… pero no hicieron nada. La idea inicial era tirarlo y hacer un bloque de edificios… pero daba tanta pasta el alojamiento y comedor que dejaron seguir la marcha… eso sí, sin poner un duro y así sacar cuartos a lo bestia. Al final se supone que acabará hundiéndose, por ejemplo literalmente con un derrumbe de las instalaciones…

… o bien por derrumbe económico… al perder a diario clientes y más clientes por un pésimo servicio en el hostal y en el restaurante… y en cuanto los gastos superasen a las ganancias, cierre al canto…

… claro es que… casi mejor si Sanidad lo cierra… hacemos un cierre cautelar para que limpien y ya lo chapan para siempre… 12-14 personas a la calle y la culpa ¿de quién? de la puta de sanidad… Pues con esa idea me he ido al trabajo y se la he comentado a dos compañeros… no ha hecho falta convencerlos… de hecho uno de ellos me ha recordado que eso ya lo comentó uno de los encargados antes de que lo despidieran cuando una vez fuimos a hacer una toma de muestras de legionella… me sonó tan mal que no me lo creí pero es verdad que comentó que  los propietarios no tienen intención de reparar nada ni de modernizar nada y que están haciendo tiempo a la espera de que pase la crisis para construir en el solar que quede… De hecho a la hora en que estoy escribiendo, mi compañera de andanzas me ha llamado por teléfono para contarme una conversación que ya tuvo con otro de los antiguos trabajadores… jo, manda huevos que estemos sintiéndonos culpables por una situación que no es responsabilidad nuestra… lo siento pero no puedo cerrar los ojos ni hacer acto de voluntad para considerar que esa cocina es higiénica…

Por aquí aún se acuerdan de una veterinaria que pasó hace casi veinte años y siguen diciendo “Fulanita, la que cerró el restaurante Chispas”… A mí “me da igual” de que se acuerden de mí por algo así…no es eso lo que me cabrea, es la sensación que me da de que me consideren culpable de mandar a la calle a unos trabajadores siendo los responsables reales tres jetas bien considerados a nivel social en el pueblo, representantes de aquellas fuerzas vivas en las que el médico, el boticario y el abogado cortaban el bacalao… y por lo visto siguen haciéndolo… Y también me jode por mi compañera que tiene una buena amistad con las esposas de dos de los socios y que la situación no resulta nada agradable para ella, aunque  diga que apoya la medida de cierre.

Objetivamente la consideración es sencilla: no hacen caso a las actas y vale, pagan las multas pero no subsanan los problemas y la mierda es como los anillos de un tronco, se añade la mierda del 2005, la del 2006 … y la más externa es la del 2011… ¿hay riesgo de intoxicación? pues a lo mejor en un bocata de lomo recién hecho no pero en un gazpacho, en una cremita, en un guiso… por no hablar de esas gambitas…

Siendo coherente con mi trabajo desde que llegué y sin entrar en lo que pensarán los lugareños o en lo que dirán de mí, el lunes, plazo marcado por mi jefe para que lo piense, debo hacer lo que tengo que hacer y es solicitar el cierre cautelar del establecimiento y no proceder a su apertura hasta que se limpie. Ojo, que hablo de limpieza y no de las reparaciones a realizar, que son muchas, pero obviamente no va a darse la ocasión de que el establecimiento presente un plan de actuación con fechas de reparaciones u obras.

Ni será culpa mía que aparezcan personas con cagaleras tras un banquete el sábado ni será culpa mía que cierren el establecimiento… pero no dejo de pensar en esas personas que se irán a la calle quizás más pronto de lo que creían.

Seguiré comiéndome el coco…

4 comentarios:

  1. Hay que intentar ser justa y objetiva y dejar a un lado las consecuencias que puedan pasar porque no son responsabilidad tuya. Como dices hay que ser coherente y casi prefiero, y es duro porque lo he vivido, que me recuerden como la puta que cerró un restaurante a la idiota que no evitó una intoxicación masiva. Además, si tienes un jefe que te da margen para pensar y te apoya en la decisión que tomes y tus compañeros piensan lo mismo, será porque consideran que tienes un buen criterio y que las muestras presentadas son irrefutables.
    Suerte. Te leo desde hace poco pero me da la corazonada de que te conozco y si no es así, estoy encantada de haberte encontrado y ver que hay veterinarios que son algo más que un inspector.

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  2. ¿Crees ser justa y honrada con tu decisión? ¿Sí? A saco. Y punto.
    Tanto los jefes como los trabajadores son conscientes de la situación seguro. Como siempre dices, la limpieza no es negociable. Míralo desde el punto de vista de un cliente, creo ir a comer a un buen sitio y salgo intoxicada, ¿es justo para mí? Si de algo me doy cuenta al leerte es de que me han engañado y estafado muchas veces. Bastantes oportunidades has dado y no han hecho caso, así que habrá que pasar a la acción y si con eso te llevas mala fama es porque somos bobos

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  3. Hace años mandé a sanción un supermercado porque el dueño, de esos que van en cochazo y cargados de oro, no se gastaba un duro en reparaciones por más actas que le levantara. El encargado del super, que siempre había sido y siguió siendo muy correcto conmigo, me pidió, avergonzado, que no lo sancionara porque su jefe pagaba las sanciones descontándolas del sueldo de los empleados. Con cabrones como esos siempre es dífícil tomar decisiones, pero creo que lo que hay que tener claro es que nuestro trabajo es proteger la salud pública aunque las consecuencias no nos gusten.

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  4. Difícil situación pero yo creo que si la pones en la balanza claramente se inclinaría por el lado del bien y aunque hay decisiones que conllevan unos daños colaterales el fin justifica los medios y al fin y al cabo la responsabilidad del trabajo de esos trabajadores no es tuya sino de sus jefes que no hacen lo que deben.

    Ains! que rica la cervecita aquí en la playa, jejeje

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