miércoles, 27 de julio de 2011

Marchando una de inspecciones…

Ya he comentado que en verano el curro se multiplica con campamentos, piscinas, terrazas, establecimientos de temporada, ferias, festejos y denuncias… y la acumulación del trabajo de los compañeros ausentes por vacaciones y bajas (toquemos madera que llevamos una rachita sin enfermedades entre las filas).

Entre las curiosidades de la semana:

- Por fin la piscina que estaba a 13 ppm de cloro ha bajado… a 3,61, que sigue siendo alto pero desde luego no apestaba a lejía… claro que, el vaso infantil que estaba a 0 de cloro ahora está a 4… según el socorrista que eso baja a las seis de la tarde porque hay dos niños que se suelen mear en el agua… me entró la risa; tiene su punto de razón pero hasta que los niños meen, casi mejor que abra el desagüe, vacíe un poco la piscina y la rellene de nuevo para disminuir la concentración.

(qué profesional, yo siempre acabo salpicada, los papeles me medio vuelan y no tengo esa pinta de interesante…)

- Tienda de pueblo en la que martes y viernes venden pescado, los sábados carne de encargo y durante toda la semana lonchean fiambres y embutidos, venden pan, pasteles, fruta… vamos de todo lo que necesites para comer… ¿Por dónde empiezo? Venga, el guante… un guante de esos de fregar en origen debía ser verde, pero ahora está renegrido… que usan para el pescado pero que si te tiene que vender la barra de pan, pues ya sabes, baguette al aroma a sardina… además tenían cerrada la llave de paso del agua al fregadero, total, para qué si no se lavan ni limpian el pescado tras su manipulación (que en esto no caemos pero los pescaderos- pescateros en Aragón- tras la manipulación del pescado como cortar, eviscerar, etc., deben lavar el pescado y en muchos sitios no lo hacen o le enseñan el agua como a los gremlins, es decir de lejos y que no salpique mucho). El pescado nadaba en el agua de fusión del hielo y desde luego las etiquetas de aquellos que tenían etiquetas no se correspondían con el pescado expuesto.

En estas que llega un abuelo de esos de la gayata encogido que van a paso tortuga con esas manos arrugadas llenas de manchas enormes, vestido con manga larga a pesar del calor y que huelen a eso indescriptible que terminas definiendo como olor a viejo (que no todos huelen así ni mucho menos, pero este sí). Se acerca al mostrador pasito a pasito ayudado del bastón, arrastro el pie, arrastro el otro pie, muevo bastón. Levanta el bastón y …

… con la punta del bastón esa de goma negra que arrastra por el suelo…efectivamente la usaba como mano para “toquitear”… sí, seguro que habéis acertado, el pescado, los caracoles… y aún barrunta por lo bajini cuando le paras. Y el de la tienda te mira con cara de haba cuando le dices que vale, que se lleve el pescado ese si el viejo lo quiere que para eso lo ha “bastoneado”, pero lo demás que ha tocado ese bastón paseado por a saber dónde que lo retire de la venta… ¿por qué? coño porque no sé si se ha apoyado en un pis de perro en una cagada de una cabra o sobre una mancha de aceite de un camión.

Tengo más pero para otro rato.

Un ruego sobre el uso de guantes… por favor, se lavan, se sustituyen y se cambian todas las veces que haga falta. Dan una sensación de higiene que es falsa. Prefiero mil veces las manos desnudas que al notarse pringosas se lavan a unos guantes. Además en la página de la AESAN hay un tríptico sobre recomendaciones en el uso de guantes que me parece sencillo para que se entienda, especialmente los de látex.

http://www.aesan.msc.es/AESAN/docs/docs/cadena_alimentaria/gestion_riesgos_biologicos/Latex.pdf

martes, 26 de julio de 2011

Depende de los ojos

No, no me he perdido ni ido de vacaciones. Estoy vaga para escribir en el blog... será el calor, será que estoy harta de pasar el cepillo o aspirador dependiendo de las ganas para quitar la alfombra de perruno que se forma a diario, que me he metido dos novelas entre pecho y espalda desde el jueves, o simplemente que no se me ocurre nada nuevo que contar.

Esta mañana, tras pelar y cortar patatas y calabacines para hacer una cremita (según mi madre) y un puré (según yo) me preparo mi desayuno hoy a base de jamón cocido y queso y cojo como todas las mañanas el libro de turno. Hoy el ebook, y me empiezo un libro nuevo que tengo por allí aparcado desde hace meses en que, en un taller de lectura, lo recomendaban y lo ponían como estupendo.

Empiezo a leerlo y en la página 4 ya flipo... coño, está hablando de Mordor, de su avenida y de su parque... no me lo puedo creer, manda huevos, con la centena de novelas que leo al año voy y encuentro una que habla de Mordor y sus habitantes... me ha dado un poco de mal rollo porque cuenta su idílica imagen del lugar con sus ojos de niño pequeño comiendo una rebanada de pan con nocilla y yo desde luego, no tengo esa idea tan bondadosa de este lugar... así que le he leído un par de párrafos a La Rubia para que alucinase y me he ido a hacer las cosas habituales que uno hace para ir al trabajo...

Como todo, depende de los ojos con que se mire, con el cristal, el filtro... lo que uno ve perfecto el otro lo ve torcido, lo que uno ve marrón el otro lo ve verdoso, lo que uno ve bonito el otro hortera... lo que uno ve limpio yo lo veo sucio...

De vez en cuando imagino que tengo un establecimiento alimentario, pongamos un restaurante chiquito y me viene la pedorra de sanidad... ¿vería ella la suciedad cuando yo lo veo limpio? ¿me sacaría muchas pegas? A lo mejor me mandaba una de esas cartitas con plazo en plan pseudoamenazante de o hace esto o paga una multa... ¿Temblaría como el tipo que vino ayer al despacho a hablar del futuro de su restaurante si no acomete las reformas que desde Sanidad se le han pedido? Sigo sin entender el por qué de su tembleque y Parkinson no es... pero tras siete años con la misma cantinela sin hacer ni puto caso y haciendo lo que le da la gana e intoxicando a algunos comensales, ese tembleque me parece más la tensión por no soltarme un bofetón.

Esta tarde, antes de yoga y tras las labores habituales de poda de pelo de perro del suelo, volveré a retomar la historia del libro, que me da que Mordor no deja de ser una ilusión infantil como yo recuerdo la enorme tienda de campaña medio inundada tras una tormenta veraniega como una aventura fantástica trepando a lugares altos, en la que acabé durmiendo en la caravana de mis primos  (aunque fue la última vez que fuimos de tienda de campaña y al año siguiente comenzamos con las caravanas y tras una noche huracanada en la que desmontamos el avance, mi madre dijo que se habían acabado también las caravanas y que no había nada mejor que un techo y unas paredes)... ya os contaré qué tal el libro y si lo recomiendo o no

jueves, 21 de julio de 2011

In mist she was standing

Definitivamente he llegado a una conclusión… estoy chalada… Seguro que alguno ya lo habríais notado, pero a mí me ha costado darme cuenta, jejeje… debe ser que la niebla se ha dispersado y veo las cosas con más claridad.

Todas las mañanas al despertarme una chispa debe prender en mi cabeza y amanezco tarareando o recordando una canción o una melodía de una canción. A veces es oír una palabra en la radio y a partir de ella recordar un estribillo o una canción entera. Pueden ser canciones de series de dibujos como “los diminutos nadie sabe dónde están…”  o  “en Laponia hace frío pero yo me río, el abuelito Yulupuki es amigo mío”…

Esta mañana era Sabina con “desde que te pintas la boca en vez de don Juan, te llamamos Juana la loca”. El otro día era una de Duncan Dhu, antes fue Mescalina de Los Rebeldes… pero vamos que puede ser desde “él vino en un barco, de nombre extranjero, lo encontré un puerto, al anochecer…” a mi versión infantil de “mueve tus caderas” (muerte buscaneras, se canta en mi familia desde entonces) o la mañanita que me da por cantar Layla con punteos incluidos del Clapton….

Hasta aquí más o menos porque entonando mejor o peor (más bien esta segunda opción) las canciones son reconocibles y solamente parezco como la tonta que a las siete menos cinco de la mañana está canturreando mientras prepara el desayuno.

Pero, ay del día en que, en vez de cantar, me da por nananear que no tatarear. Esto es bien a base de lalalas, nananas o tiririrs, solos o combinados, canturrear una melodía de una canción. Y esto me doy cuenta de que lo hago hasta cuando estoy delante del ordenador escribiendo un informe… a lo mejor es porque estoy sola en la oficina o a saber, pero da igual, también lo hago mientras cocino o mientras me ducho.

Llevo desde el domingo, cuando oí por última vez la canción viniendo en coche, nananeando, manda narices, un trozo de una melodía de una canción de Opeth pero no la melodía principal sino una que aparece y desaparece en trocitos de la canción… eso sí, no me digas como se titula la canción que ahora no caigo.

Creo que esto viene de familia porque mi padre le da por silbar entre juramento y juramento cagándose en tornillos y en el inventor de herramientas varias cuando está de bricomanía o huertomanía y mi madre canta cuando cocina (me encantó cuando le dio por tararear el Under the bridge de los Chili Peppers sin darse ni cuenta de tanto que la debía oír sonando en mi cuarto)

La Rubia nananea poco y canta entre dientes pero cuando le da por la guitarrita en plan melodía y no ruido desafinado, da gusto.

Como siempre en google encuentras cosas curiosas… para nananear, tararear o directamente hacer gorgoritos:

Jejeje… ahora estoy con el “nunca di mi brazo a torcer, todos me llaman Juan Antonio Cortés, aquí nací y en esta tierra moriré”… definitivamente chalada.

miércoles, 20 de julio de 2011

El rival más débil

Hace unos años se puso de moda este concurso… a mí me hacía gracia la cara de borde de la presentadora cuando despedía a los concursantes.

Esto viene, como siempre cogido por los pelos, por las situaciones que me estoy encontrando en los últimos meses, véase cierre de establecimientos al convertirse en los rivales más débiles.

En algunos casos los que cierran o están al borde del abismo intentan agarrarse a cualquier cosa para mantenerse a flote. Otros, directamente se apuntan al lema de si yo caigo, caemos todos.

Entre los ejemplos que tenemos hay dos que me tienen hasta más arriba del moño (si llevara cual señorita Rottenmeier)

Uno es la ya conocida guerra del pan; uno monta una tienda, comprando el pan en alguna panificadora o en un obrador de otro pueblo y vende el pan más barato que el resto del gremio de panaderos del pueblo. No es que haga dumping, que es vender por debajo del coste de producción, sino que pasa de los acuerdos que suelen tener en los pueblos carniceros, pescaderos y panaderos para poner unos precios casi iguales por no decir calcados… todavía me río de los intentos de negociación con una megacadena de supermercados que obviamente tenía precios más baratos de pan (aunque sea un pan igual de malo que el del resto).

Por aquí tenemos varios pueblos con la guerra de precios a toda mecha, que si de 0,90 a 0,80, que si el otro ya los vende a 0,65… creo que van por la barra a 0,50… y el pan sigue siendo malo y ahora ya, no esperemos que el pan mejore… La cosa es que hay pueblos en los que una mísera barra de pan cuesta 1,30 euros y a diez kilómetros te encuentras que cuesta 0,60 y a  veces proceden del mismo obrador.

Me vienen a mí a protestar, como si yo tuviera algo que ver en los precios. El siguiente paso que toman es el de denunciar que si por cucarachas, que si por suciedad, que si el vehículo lo usa para llevar a la suegra a que le lijen el juanete… el otro contradenuncia, que si moscas, que si usa productos caducados, que si le huele la axila…

Y yo a hacer inspecciones e informes perdiendo el tiempo miserablemente… eso sí, por si acaso, parece que están reparando esas deficiencias chorras que llevamos meses y meses indicando… es lo único bueno que le estoy encontrando a este embrollo.

Hoy la cosa ya ha sido de traca, pero no por el pan… por unos teléfonos… lo que me ha jorobado es que el tipo que ya presentó una denuncia en el ayuntamiento, que ya contestamos mediante un informe motivado con toda la meticulosidad posible, haya tratado de engañarnos al identificarse. Menos mal que jamás trato de estos temas por teléfono y menos cuando no conozco a mi interlocutor por más que me diga que es concejal del ayuntamiento… que eche un paseo y se venga por el despacho y cara a cara hablamos pero telefónicamente como que no… y como soy como soy, siempre con el boli y el papel en la mano, ya había anotado su nombre y voilà, el susodicho es el dueño de un locutorio… al que obviamente le están haciendo la competencia… pero no es culpa mía si el que le hace la competencia no presenta ningún problema higiénico-sanitario en su establecimiento.

Es que vende alimentos… joer, y tú también. Es que eso es pequeño. Pues depende de como lo mires, para su actividad no veo que esté mal dimensionado, pero desde luego es un aspecto que trataría con el establecimiento y no con el tercero en discordia. Es que…. es que… es que trabajan personas sin papeles… Pues entonces no entiendo por qué protestas a la veterinaria.

Esta claro que a todos nos jode la competencia pero compite con honorabilidad… yo qué sé, no bajes los precios si no puedes pero ten más calidad en lo que vendes y ten mejor trato con la gente… yo tengo una práctica habitual que es la de no volver a las tiendas que me han tratado mal (a algunas que me gustan algunos productos que no venden en otras, va La Rubia, ssshhhhhh que no se enteren que la lista de la compra la hago yo).

Y si no quieres entrar en una competición, pues la llevas clara en este mundo de marras…

lunes, 18 de julio de 2011

Otro lunes de nuevo…

Tras un fin de semana agotador en Zaragoza, de esos que no te da tiempo a hacer nada de lo que tenías previsto (para variar, salvo ver a Faemino y Cansado que no lo teníamos pensado) y que acabas durmiendo cual bella durmiente (quitando el bella y dejémoslo en ceporra durmiente) vencida por el cansancio y el calor… aunque con una decena de picaduras de mosquito tigre y/o mosca negra a pesar de ir embadurnada en repelentes …

… y con viaje de regreso a Mordor con “aventuras” varias desde perros con tres patas y media (entiendo que le faltara una mano por lo kamikaze) cruzando la carretera en el momento en que pasas, abuelos dinosaurios a 35 Km por hora en su eterna R4, flipados que no entienden que hay que ir por la derecha y que se adelanta por la izquierda y la gota ya, el control de la guardia civil (ocho años y pico pasando por esa carretera de mierda y jamás había visto parar a nadie en todo ese recorrido y mira tú por donde me toca la china y me tienen allí un rato para únicamente conseguir que me pusiera atacada de los nervios…)

… el lunes ha sido un lunes odioso de esos que te tocan cuando la mitad de los compañeros están de vacaciones,  con el teléfono sonando sin parar, con faxes de perros y gatos mordedores, solicitudes de certificados de exportación, problemas de cloración y enterobacterias en no sé cuántos pueblos, piscinas que decían que ya estaban arregladas para reabrir los vasos infantiles… y además me toca ir a ver unos scouts al quinto pino para hacer unas encuestas surrealistas para dar el visto bueno al campamento, cuando de lo que te dan ganas es de prenderle fuego.

Niños de moco, de seis o siete años con monitores con la cara todavía con acné y pelusa en vez de bigote y al menos uno con carné de conducir, en una explanada polvorienta barrida por el viento con unas zanjas cavadas a modo de letrinas a las que echan zotal cada 3 días con moscas a doquier… según una niña de esas deslenguadas que se acercan a hablar con cualquier extraño, un aburrimiento… aunque viendo el concurso de eructos, la juerga promete… y más cuando ves lo que ellos llaman cocina y almacén de intendencia, eso debe ser la juerga padre a la hora de intentar cocinar encima de un palé… nada, que de aquí salen todos inmunizados y endurecidos por la vida en pleno contacto con la naturaleza… y con una capa de roña que ni rascando con un nanas

Y me pregunto yo, ¿por qué esa fijación por lugares polvorientos con matojos resecos y  ni una puñetera sombra? Año tras año parece que buscan el peor sitio posible, será que así ganan más insignias, pero manda narices cuando todo está rodeado de bosque y praderas.

jueves, 14 de julio de 2011

¿Dónde viven?

Vive en una piña debajo del mar…..

Vive en un árbol junto a su raíz…

Y siguiendo con sus moradas/ viviendas/ urbanizaciones:

Vive bajo la mesa de trabajo en la cocina de un bar….

Viven en la grieta de una cámara de fermentación de bizcochos…

Vive en el falso techo de una industria cárnica….

Viven en muchos sitios pero las últimas habían montado su hogar tras un reloj de pared en la barra de un bar…

Vive en el alcantarillado y sale de excursión por un matadero…

No sé dónde viven pero están en cualquier lugar…

¿Por qué nos vamos a extrañar si de repente nos encontráramos a Ratatouille trabajando en un bar?

lunes, 11 de julio de 2011

Raticos de aluCINE

En verano nos llegan más hojas de reclamaciones de lo habitual. No son un montón pero suponen echar unas cuantas horas de trabajo. Muchas tardan en llegarnos un tiempo por las vueltas que dan en la administración hasta que a alguien se le ocurre que quizás eso lo lleven los veterinarios o los farmacéuticos de sanidad… (aunque una vez que llegan a esa conclusión, nos endiñan todo lo demás, por si acaso o por si cuela, supongo).

En ocasiones nos llegan cosas rocambolescas que ni entendemos la historia que nos cuentan como la de una señora que escribía que comprando en un supermercado con su marido, a la hora de salir del super, deslumbrada porque el sol se reflejaba en una cristalera en el edificio de enfrente, no vio las puertas y chocó con el carrito en el escaparate, que obviamente no se abría y su marido acabó con la dentadura dentro de la rejilla del alcantarillado del parking del super… además de reclamar el dinero de la dentadura y de unas gafas solicitaba una inspección de sanidad porque sus alimentos se habían estropeado y una indemnización porque había tenido que hacer el boca a boca a su marido porque se había quedado inerte, inconsciente o a saber….

Y sí, fui a comprobar cual doctora Brennan dónde estaba la dichosa alcantarilla y realizar una especie de reconstrucción mental de la secuencia descojonándome de risa por el tiro parabólico supuestamente ejecutado por los dientes del señor y la capacidad mágica de los dientes para desaparecer en un agujero que no cabe ni una moneda de 1 euro.

Las teorías que barajaba eran:

a) Los alimentos se estropearon porque la dentadura postiza les hincó el diente y rompió el vacío del envase

b) Los alimentos, deslumbrados por el sol y doloridos por el choque entraron en estado febril y lamentablemente pasaron a mejor vida.

c) Tras las maniobras de reanimación cardiopulmonar la lechuga pereció por la halitosis del señor desdentado.

Tres veces se nos presentó la señora contándonos ideas sobre montajes e intentos de agresión del supermercado… hasta vino con la factura de las gafas.

Los del super flipaban. Nadie había visto ni choque de carro contra cristalera, ni dientes volando, ni mucho menos un boca a boca en el aparcamiento… eso sí, habían acompañado hasta la puerta a una señora a la que habían pillado sisando… y qué casualidad que se parecía a la señora que se nos plantaba en el despacho…

La que ya nos va a llegar es la de un grupo de 25 personas que fueron a celebrar una comida en un restaurante que tiene una zona de aparcamiento cerrada. Parece ser que ellos dicen que la comida estaba estropeada y el dueño cerró el aparcamiento y no podían salir del recinto y el dueño dice que cerró el vallado y cruzó su coche porque no le pagaban la comida… A saber pero me temo una historieta de alucine… no sé por qué pero me creo más la versión del sinpa…

Menos mal que aunque pocas, nos llegan reclamaciones racionales y coherentes, que pueden ser más ciertas de lo que a veces nos parecen a primera vista, pero desde luego, con las que más disfruto son con las historietas majaretas de los jetas… Marchando una de palomitas para la próxima peli!!!

jueves, 7 de julio de 2011

Costumbres de julio

Una de las costumbres que empieza el 7 de julio es la de ver el encierro de San Fermín. Mi madre siempre lo veía pero claro, cuando era estudiante o estaba como un ceporro en la cama o perdida en alguna tienda de campaña en un festival rocanrolero…

¡Qué buenos tiempos con mi L en el R 5 de  mi madre! Sin un duro, con lo justito para ni siquiera poderte comprar una camiseta. Y lo que costaba tener la pasta para la entrada, la gasofa y los litros de cerveza… la de horas de clases particulares para reunir dinerillo…

 

Cuando empecé a currar, antes de salir escopetada al trabajo, me ponía con mi madre a ver el encierro. Que si el de verde y blanco, que si el de amarillo y negro, que si el calvo de los aretes en las orejas, el otro calvo, el del 8 en la camiseta negra, que si esos que parecen del Betis… Vale, llegaba un poco más tarde al trabajo pero a cambio salía más tarde.

Desde que me vine a Mordor he seguido con la costumbre. Y hoy he empezado de nuevo. 7:58, enchufo la tele. 8:00, el canto habitual de los mozos, cohete y el tolón-tolón de los mansos. Echo de menos la publicidad de conservas de espárragos, la voz profunda del señor que retransmitía el encierro hace unos años y los anuncios de kukuxumusu . 8:05 salgo de casa y como están todos en los bares viéndolo o en sus casas, a las 8:08 La Rubia me deja en la esquina del trabajo (uf, suena raro) porque no hay nada de tráfico.

Las nuevas costumbres de julio en Mordor pasan por toros y ferias en los pueblos, los campamentos de los niños y como no, los cloradores de agua que se estropean y el alguacil como se va a largar una semanita de vacaciones, capuza a chorro el cloro para que dure lo máximo posible, aunque el agua sepa a lejía que mate los primeros cuatro días.

¡Ay, cuánto me gustaría volver a la costumbre de levantarte en una tienda de campaña recocida, comer algo y a las doce clavarte un concierto de un grupo por descubrir, ir de escenario en escenario, comer algo fritangoso, buscar una sombra, vaguear por los puestecillos, hablar con gente, seguir de concierto en concierto y quedarte boquiabierta con uno de tus grupos preferidos… y darte una ducha mientras Bob Dylan se desgañita (vale, seguro que es pecado pero la recuerdo como una de las mejores duchas de mi vida)!

En cambio mañana me tocará ponerme protección +50, coger mis bártulos y pasarme la mañana al sol viendo puestos de churros y gofres, hamburgueserías y perritos calientes, asadores y kebabs, ¿de degustación? uf, no, qué ardor de estómago… de inspección… que es la costumbre de julio (y de agosto… y de septiembre….)

(bueno, la foto no es que sea de por aquí, pero me ha molado)

martes, 5 de julio de 2011

Descontando canales

Tengo la costumbre, inculcada por mi madre, de usar siempre el mismo bolígrafo hasta gastarlo completamente. Hoy me tocaba hacer inspección en una sala de despiece que deben estar de mí hasta el moño porque cuando no es una tasa es una toma de muestras, una alerta o una denuncia. La jefa, que es una mujer muy observadora, me mira el boli y me dice “¡Qué! Tenemos boli nuevo… ¿no se te gastaría en una inspección el otro día?”

Estos espías son mejores que los forman en el Centro Nacional de Inteligencia…

Antes ya había hecho mi sesión de rallye mañanera perdiéndome por unos campos polvorientos buscando un campamento de niños, hasta que me he cruzado con un señor en un tractor que me ha hecho de GPS: “tira tó tieso, pasa el camposanto, déjalo a tu diestra y tira un ratejo hasta el vallao” o algo así le he entendido con el palillo enganchado en el labio… desde luego tieso, camposanto, diestra, ratejo y vallao me han quedado claras… y he llegado, entre dudas de haber acertado con el camino pero he llegado… parándome para dejar pasar a mamá perdiz con sus perdigoncillos.

Iban todos muy formales siguiendo a su mamá cruzando el camino de marras. Me he sorprendido gratamente con las instalaciones del campamento y con sus responsables… jo, hasta me han besado para despedirse no sin antes insistir e insistir en tomar un refresco, pero esta mañana no he tenido tiempo ni de café ni de hacer un pis hasta que he llegado a casa.

Ha sido un día de esos en los que llegas y sacas de todos los bolsillos del pantalón y del bolso post-it y trocitos de papel con teléfonos y nombres. Al menos no ha ido mal, salvo una plaga de cucarachas en un bar paseándose tranquilamente por la barra del bar como si fueran las dueñas (yo es verlas y entrarme picor de nariz)

Me voy a leer un rato… con esto de la TDT no hay canal que me apetezca ver… aunque menuda siesta en el rato del Tour… ya voy descontando canales, poniéndolos al final del todo, que si de los gritones, que si de teletienda, que si de energúmenos debatiendo o contando chistes que no lo tengo muy claro, que si de adolescentes americanos y sus tuneos de coche, que si superseries que ya no veía ni en mi adolescencia, robinsones crusoes de pacotilla y ya el remate las telenovelas lloronas… vamos que a este paso los dibujos animados serán casi mi primera opción. Está bien esto de ir descontando canales, son la excusa perfecta para leer y leer… eso y retomar otra temporada de Sons of Anarchy, que serán unos macarras violentos pero con corazoncito.

viernes, 1 de julio de 2011

La puta de sanidad

Siento decir que el día no se ha arreglado… y que el fin de semana no va a ser mejor. Así que Javier, disfruta tú por mí de la cerveza y Lidia, gracias por tus deseos pero esta vez no se han cumplido.

A vueltas con el acta de ayer tengo mis habituales comeduras de coco, que por supuesto y aunque muchos no lo crean, no me dejan dormir. Ayer tenía claro que el restaurante se merece ser cerrado y hoy, tras leer el historial, la inspección y ver las fotos, me ratifico en mi opinión: ese sitio no puede estar abierto al público en el estado actual porque supone un riesgo para la salud pública.

Ahora viene el rollo… ayer el “profesional sanitario” dejó caer un comentario al que no presté atención, pero, que por la noche me hizo darle vueltas y vueltas…

Cuando dijo que ya había pagado la multa añadió que había despedido a un par de trabajadores… al principio lo achaqué a que los había considerado responsables de la situación del establecimiento pero después até cabos y efectivamente, mi compañera llegó a la misma conclusión: que había despedido a los trabajadores para pagar las multas. El retintín con el que lo dijo me ha hecho pensar que lo siguiente será mandar a la calle a otros tantos necesarios para pagar la multa y que no le afecte a sus ganancias aunque esto suponga cargar de trabajo al personal… total antes trabajaban 16 personas en cocina y ahora están 4… si se quedan 3 tampoco van a tener tiempo para limpiar…

Hace tiempo que creemos que lo que los socios del sitio quieren es que el establecimiento se acabe hundiendo. Cuando lo compraron ya estaba para hacer una reforma brutal tanto en las instalaciones del hostal como en el resto de las dependencias… pero no hicieron nada. La idea inicial era tirarlo y hacer un bloque de edificios… pero daba tanta pasta el alojamiento y comedor que dejaron seguir la marcha… eso sí, sin poner un duro y así sacar cuartos a lo bestia. Al final se supone que acabará hundiéndose, por ejemplo literalmente con un derrumbe de las instalaciones…

… o bien por derrumbe económico… al perder a diario clientes y más clientes por un pésimo servicio en el hostal y en el restaurante… y en cuanto los gastos superasen a las ganancias, cierre al canto…

… claro es que… casi mejor si Sanidad lo cierra… hacemos un cierre cautelar para que limpien y ya lo chapan para siempre… 12-14 personas a la calle y la culpa ¿de quién? de la puta de sanidad… Pues con esa idea me he ido al trabajo y se la he comentado a dos compañeros… no ha hecho falta convencerlos… de hecho uno de ellos me ha recordado que eso ya lo comentó uno de los encargados antes de que lo despidieran cuando una vez fuimos a hacer una toma de muestras de legionella… me sonó tan mal que no me lo creí pero es verdad que comentó que  los propietarios no tienen intención de reparar nada ni de modernizar nada y que están haciendo tiempo a la espera de que pase la crisis para construir en el solar que quede… De hecho a la hora en que estoy escribiendo, mi compañera de andanzas me ha llamado por teléfono para contarme una conversación que ya tuvo con otro de los antiguos trabajadores… jo, manda huevos que estemos sintiéndonos culpables por una situación que no es responsabilidad nuestra… lo siento pero no puedo cerrar los ojos ni hacer acto de voluntad para considerar que esa cocina es higiénica…

Por aquí aún se acuerdan de una veterinaria que pasó hace casi veinte años y siguen diciendo “Fulanita, la que cerró el restaurante Chispas”… A mí “me da igual” de que se acuerden de mí por algo así…no es eso lo que me cabrea, es la sensación que me da de que me consideren culpable de mandar a la calle a unos trabajadores siendo los responsables reales tres jetas bien considerados a nivel social en el pueblo, representantes de aquellas fuerzas vivas en las que el médico, el boticario y el abogado cortaban el bacalao… y por lo visto siguen haciéndolo… Y también me jode por mi compañera que tiene una buena amistad con las esposas de dos de los socios y que la situación no resulta nada agradable para ella, aunque  diga que apoya la medida de cierre.

Objetivamente la consideración es sencilla: no hacen caso a las actas y vale, pagan las multas pero no subsanan los problemas y la mierda es como los anillos de un tronco, se añade la mierda del 2005, la del 2006 … y la más externa es la del 2011… ¿hay riesgo de intoxicación? pues a lo mejor en un bocata de lomo recién hecho no pero en un gazpacho, en una cremita, en un guiso… por no hablar de esas gambitas…

Siendo coherente con mi trabajo desde que llegué y sin entrar en lo que pensarán los lugareños o en lo que dirán de mí, el lunes, plazo marcado por mi jefe para que lo piense, debo hacer lo que tengo que hacer y es solicitar el cierre cautelar del establecimiento y no proceder a su apertura hasta que se limpie. Ojo, que hablo de limpieza y no de las reparaciones a realizar, que son muchas, pero obviamente no va a darse la ocasión de que el establecimiento presente un plan de actuación con fechas de reparaciones u obras.

Ni será culpa mía que aparezcan personas con cagaleras tras un banquete el sábado ni será culpa mía que cierren el establecimiento… pero no dejo de pensar en esas personas que se irán a la calle quizás más pronto de lo que creían.

Seguiré comiéndome el coco…