viernes, 28 de enero de 2011

Mi regalo tardío de Reyes

El retraso ha merecido la pena… me ha hecho más ilusión que el e-book (y eso que el libro electrónico me parece el regalo más práctico que se puede hacer a una lectora empedernida como yo)… como en ambos casos, La Rubia ha sido el artífice.

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Vía Suecia ha llegado el primer y único ejemplar de Vida de un Inspector de Sanidad, todas las entradas y comentarios de mi blog (desde el dimequeesloquesoy a ambarrubia). Será que con la lluvia estoy blandita pero me ha hecho mucha, mucha ilusión y se me han escapado unas lagrimitas.

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Al principio, cuando he desenvuelto el papel de regalo y he visto una caja de cartón he creído que era un disco duro externo (debe ser porque esta mañana había pensado en comprar uno).

Al sacar el libro he pensado, ostras alguien ha escrito un libro sobre un inspector de sanidad y La Rubia lo ha encontrado en alguna web y me lo regala… y al abrirlo, toma, esto lo he escrito yo…

Uf, si metiera las mismas horas a mi libro que al blog ahora ya lo tendría terminado.

Gracias Rubia, pedazo de regalo… me parece superoriginal; a mí no se me hubiera ocurrido ni de casualidad.

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Me mola. Le haré un hueco de honor en la estantería. Gracias Rubia, esta noche te invito a una cerveza rica.

miércoles, 26 de enero de 2011

Cosas…

Cosas que me siguen dejando pasmada… de esas que no sabes si buscar la cámara oculta, reírte o directamente salir por la puerta y echar a andar calle abajo hasta llegar a ninguna parte.

El ranking como siempre al gusto:

Situación 1: A -3ºC en el exterior uno no espera encontrar insectos en ninguna parte, ¿no? (Bueno pulgas en el ganado, cucas junto a la cafetera o un horno es lo habitual). Pues que alguien me explique de dónde demonios han salido tantas moscardas en el obrador de una carnicería… supongo que si tuviera gacheto-olfato habría encontrado el trozo putrefacto de carne que debe esconderse en algún rincón del obrador… Joer, tengo que empezar a arrastrarme por el suelo y mirar bajo los armarios, tendré que buscar mi viejo monopatín o pedir una tabla con ruedas de esas que salen en las pelis americanas cuando aparece un taller de coches

(en los talleres donde llevo los coches- el del curro, el de mi madre cuando me toca recogerlo- no es que yo coleccione coches- nunca he visto estas plataformas con ruedas, pero pon una serie americana en la tele y si sale un taller de coches, hay un mecánico bajo el vehículo en un cacharrillo de esos que o bien asoma los piececillos y te pide una llave inglesa o bien está muerto o es el sicópata de marras).

- lo que me ha costado encontrar una foto…

 

Situación 2: Pub, bar de copas nocturno, en los botelleros esperas encontrar refrescos y botellines de cerveza, algún limón y naranja pochos y poco más. Y en el arcón congelador, hielos o jarras heladas… Ya… ilusa: Perdices, perdices por doquier junto a los hielos… Pero están separados, dice el colega, los hielos están en una mitad y las perdices en otra… Y son para consumo propio… (ya, no espero que prepare cubatas adornando al copa con unas plumitas o con una cabeza de perdiz)… ¿Y mientras se congelan las perdices? ¿Y esa bolsa de hielos que está abierta? ¿Y esa que tiene manchas rojizas…? Llamadme escrupulosa pero no es normal.

Situación 3: Una carni-salchi… cerró; parece ser que por motivos de salud. Ni sé cuantas inspecciones se han hecho. El lugar cerrado. En la última inspección no existe la carni ni nada que se le parezca, porque ya no hay edificio. Directamente. Está claro que no hay actividad de carni-salchi en ese sito… o no??? Hemos hecho papeles de oficio para darle de baja y cuando lo hacemos, aparece la titular para decir que sigue abierta… Coño, ¿dónde? ¿en el solar? ¿No será que está vendiendo carne en su casa o en otro sitio? No me fastidies, ¿es que cuando vamos allá estamos en otra dimensión paralela en la que en mi dimensión no hay nada en ese sitio y en su dimensión hay un edificio con un local de venta de carne? Con lo que me descojono es con la insistencia de que sigue existiendo allí en esa dirección una carnicería- salchichería, ale, con un par…

¿Por qué será que empiezo a pensar que pierdo la chaveta?

lunes, 24 de enero de 2011

Como una cebolla

Que esta mañana hacía frío no se puede dudar. He elegido el mejor día de lo que llevamos de invierno para ir a un matadero… no, no puedo ir a hacer inspección cuando no haya hielo, ni cuando comienza la primavera... Pobres de mis compañeros que aguantan hielos y nieves sin quejarse, hoy me he acordado de muchos de ellos que se quejan de que las botas que nos proporciona la delegación no tienen forro.

Me he vestido cual cebolla. Los leggins hacían que se me resbalasen los pantalones (y las bragas), incómodo pero calentito (dentro de lo que cabe). Tras camiseta, jersey, chaleco de a saber qué material sintético (que abriga un disparate), casi me sentía como la protagonista esa de la peli de Gwyneth Paltrow que parece un muñeco michelín.

Mi mejor elemento del día han sido unos mitones (guantes sin dedos) con forro polar por dentro… me han servido hasta para descongelar el boli bic.

Para colmo, el matadero se encuentra en un pueblo que está a bastante altitud así que a las 8 de la mañana me encontraba a la fantástica y rejuvenecedora temperatura de -8ºC. ¿Mocos? Qué va, siguen congelados allá por los senos. ¿Frío? Ya empiezo a sentir los muslos (el hormigueo es una sensación positiva, verdad?

Al menos, con estas temperaturas las cámaras llenas de subproductos no apestaban demasiado.

Aquí voy  a hacer de mala, porque esta inspección era para eso ya que el veterinario dice que bastante mal rollo hay en el lugar como para que además le levante acta para sanción, así que me toca a mí ir a levantarlas (así la mala soy yo y se encabronan conmigo un par de veces al año). Y como siempre que voy, la tensión se puede masticar.

Que conste que el dueño no me cae mal (tampoco bien, pero ni me grita ni me hace feos cuando me ve, salvo cuando a mi pregunta de que “qué tal” me contesta que “ahora que llegas, mal” ).

Me parece que se metió en un marrón al reformar el matadero sin tener en cuenta que esta inversión necesita de un gran mantenimiento posterior… pero como muchos, se hace el sueco con el tema del pagar… y así le va, sigue con las canales decomisadas en la cámara de consigna porque no le retiran los decomisos ni los subproductos hasta que no pague lo que debe, no le hacen la DDD porque no paga, no le arreglan no sé qué porque no ha pagado, no le dan los resultados analíticos de superficies ni canales porque no paga… de hecho se le fue el matarife porque no le pagaba… Los del Cobrador del Frac deben estar escondidos en alguna cámara del matadero.

Con este panorama no puedes esperar que las cosas estén bien. De cara a los demás, el tipo hace que no le preocupa y que la culpa la tienen los albañiles, los electricistas, el anterior matarife, el arquitecto que le diseñó los corrales, etc, etc.. No me creo que nadie sea tan borrico, pero claro, tampoco va a admitir que este negocio es ruinoso.

Si no tiene pasta para pagar a sus empleados, difícilmente se va a gastar el dinero en lejía, en arreglar tal o cual. Lo siento, ese no es mi problema. Y lo siento de verdad porque cada actividad que puede cerrar supondrá la disminución de los censos y con ello la posibilidad de eliminar alguna plaza de un compañero. Pero así no se puede seguir, con escapes y fugas de agua en los corrales, con goteras, cosa que se rompe cosa que queda rota. Si fuese una cosa, dos, tres, si solamente fueran pequeñas cosas de mantenimiento que no deberían afectar a la higiene del sacrificio, si fuese un par de chorradas de manipulación… pero no, ya de perdidos…, para qué va a quitar las amígdalas a los porcinos, para qué va a quitar los bazos a los ovinos, para qué va a esmerarse en faenar a los cerdos o para qué va a enchufar los esterilizadores o rellenar los dispositivos de jabón.

Está claro que para este matadero se ha cumplido la fórmula 1/8C+(D-d) 3/8xTI MxNA = 24 de enero de 2011. El peor día del año para que esta pesada que escribe se presentase a hacer inspección. 

sábado, 22 de enero de 2011

A mis inspeccionados

Siempre me refiero a ellos en tercera persona contando historietas que me pasan en el día a día. Hoy va dirigidos directamente a ellos.

Sí, soy vuestra inspectora de sanidad. La veterinaria esa que aparece, y a  veces esperas porque hace tiempo que no pasa por tu local y otras sabes que mi aparición es por algún motivo que no te va a gustar nada o que te va ha hacer papelear más de la cuenta.

Algunos sabéis que lo mío es un trabajo y que tengo que rendir cuentas como cualquiera. Otros seguís emperrados en que mi función es joder al prójimo y sacaros cuantos cuartos pueda mediante tasas y sanciones. Muchos me decís que me debo a vosotros, que sois mis jefes porque trabajo en la administración y al final mi sueldo sale de vosotros (toma y de mis impuestos también). Algunos pensáis que me llevo comisión por las multas y que me pagan en función de los expedientes que se abren por mis intervenciones… (uf, sería casi rica)

Unos pocos no os preocupáis por mi aparición. Lleváis vuestro negocio lo mejor posible y sabéis que siempre encontraré algún detalle a mejorar porque la perfección no existe y porque mi trabajo es detectar esas cosas. Me gusta ir a vuestros establecimientos, no me paso la noche dándole vueltas al coco de por dónde me podéis engañar. Supongo que lo haréis de vez en cuando pero muchas veces contáis cosas que si las viera en una inspección sería un acta directa. Algunos de vosotros hasta agradecéis que vaya y eso me sigue sorprendiendo… claro que también repercute a vuestro favor cuando los de sanidad compran en vuestro establecimiento, cenan en vuestro local u os ponen como modelo de lo que puede ser una actividad bien llevada.

Otros os cagáis en mi y mi familia cada vez que aparezco. Tensáis y tensáis la cuerda hasta que vosotros mismos cerráis el nudo. No puedo pasarme siete años diciendo que limpiéis siempre lo mismo, que arregléis siempre lo mismo o que no hagas esa actividad porque ni tienes autorización ni instalaciones higiénicas para ello. Seguís pensando que un día dejaré de deciros la misma monserga. ¿Todavía no os habéis dado cuenta de que soy más cabezona que vosotros? Llamadme cuadriculada pero si otros lo hacen legal e higiénicamente no voy a establecer un doble rasero con los clandestinos e ilegales… o con los guarros o con los jetas.

No. Es cierto que no trato a todos de igual manera. Hay inspeccionados que me caen bien y eso se nota en nuestra conversación, no hay insultos ni gritos y nos despedimos de forma amable y cordial… a pesar de que muchas veces tenéis un plazo para corregir deficiencias u os he pillado con el carrito del helado… Algunos habéis pagado multazos y habéis reconocido que era culpa vuestra y me seguís tratando con normalidad y me saludáis por la calle, os ofrecéis a cuidarme el perro un fin de semana, me invitáis a un café en un bar si coincidimos o preguntáis por alguno del equipo porque os habéis enterado que ha estado enfermo o que ha pasado algo en su familia. En el trato humano no puedo ser  igual, no puedo saludar con un buenos días, qué tal y una sonrisa al que me amenaza con un cuchillo o con el que trató de pegarme o con el que destrozó el coche de mi compañera o con el que se cagó en mi madre por mucho que ella sea lavable (como ella dice)… Un hola y un adiós es lo máximo que podréis sacar de mí, pero como normalmente no me decís ni hola ni adiós, supongo que no habéis reparado en ello. Pero sí os trato igual en lo que es el trabajo puro y duro, en las actuaciones y en los efectos.

Y sí. Os inspeccionamos a todos. Cada uno con su programación y su frecuencia… y si nos niegan la entrada ya seguiremos los mecanismos precisos y si eres clandestino, también, que no somos tontos a pesar de que la administración sea lenta de cojones.

No. Tampoco pongo las normas. Y sí, muchas veces coincido contigo en que el que las hace las piensa con el culo o no sale de su despacho a ver lo que hay en la calle o piensa que toda a población vive en ciudades enormes. Tampoco me invento las cosas a mi conveniencia.

En teoría lo nuestro debería ser una relación simbiótica, en la que los dos sacamos beneficio de nuestros trabajos… en la realidad esto sucede con un mínimo porcentaje. Mi trabajo no es joderte, ni obligarte a hacer mil papeles, ni aburrirte. ¿No has pensado que tal vez lo que tu sientas por mi presencia lo siento también yo? A veces pienso que quieres joderme, obligarme a hacer mil papeles y aburrirme hasta la saciedad.

No nos queda otra que tolerar nuestra mutua presencia y llegar al resultado que se pretende, garantizar la seguridad y la higiene alimentaria de los productos que consumimos… y eso está por encima de nosotros, nos parezca bien o mal, aunque hoy por hoy siga siendo una filosofada.

Madre que rollo… mejor me voy a preparar la comida. Buen y helado finde

jueves, 20 de enero de 2011

Panda de tarados

Es curioso esto del Google; pones panda de tarados, pinchas en imágenes y … te sale hasta Sarah Palin esa de Alaska del Tea Party… Pero no salimos nosotros.

Es que esta mañana preparando una macroinspección que me toca el lunes (seguro que da para una historieta de las mías) me he dado cuenta de que somos una panda de tarados. He llegado a casa y todavía me río de las chorradas de hoy, claro que contadas en un blog no tienen gracia alguna, pero me sigo descojonando.

El novato había preparado su primera inspección a una carni-salchi y hasta había repasado el día de antes. No paraba de venir a mi mesa a preguntar cosas (que me parece genial). Al final, como compartía coche con un botica, éste le ha acompañado porque lo veía un poco nerviosillo. Total, les han tomado el pelo a los dos impidiéndoles ver el almacén y encerrándolos en el obrador durante un momento (dicen que estaban descargando algo pero al abrirles ya había pasado todo)…  Luego hemos hablado de lo que hay que hacer en esos casos, y a la par desvariando sobre lo que podían tener oculto en el almacén o qué demonios se han llevado… hemos empezado con carne clandestina, pasado por drogas a… cualquier idea disparatada ha sido bien recibida entre risas (pero que se preparen, que ya hay una voluntaria para tocarles las narices- y no soy yo)

Antes, otros dos habían desvariado sobre el uso de coches y han llegado a conclusiones de chalados; tras un diálogo de besugos como si fueran críos de si tú tienes llaves de dos coches, que si tú ensucias más, que si yo conduzco mejor, han terminado coincidiendo que lo mejor es ir en bici eléctrica, porque haces ejercicio pero en las cuestas no te cansas… para luego acabar cogiendo el coche viejo para moverlo y que no se quede sin batería (será porque hacía frío y porque además no tenemos de esas bicis)

La otra con una historia de la legionella en un puti… para ella, pía y decente que dice lechugas en vez de leche y que reza a diario por nosotros descastados (o algo así nos llama)… es un descojone oírla hablar de que en el puti XX, fíjese usted, estaba el jacuzzi ocupado y que luego ha entrado y no veas, qué cosas… virgen santa… y no cuenta nada y solamente hace gestos y gestos poniéndose roja como un pimiento. Manda narices que la más beata sea la que tiene casi todos los putis para inspeccionar… pobrecica, se queja poco y cuando lo hace es una risa y así la pobre no convence a casi nadie para que le eche una mano (siempre hay alguno- recalco el alguno- que se ofrece para acompañarla cuando hay que tomar muestras)

El otro que tiene una admiradora no secreta (porque lo sabemos todos y ella se ha declarado formalmente), que le manda mensajitos insinuantes… lejos de subirle el ego lo ha dejado flipado porque la buena señora ha debido de dejar de tomar sus pastillas para el trastorno bipolar o a saber… joer, no me imaginaba que era un rompecorazones, siete años y pico con él en el despacho y no le había visto desde esa perspectiva (ahora tendremos que cambiar el chip y verlo con otros ojos)… ha empezado a contar la historia cuando cerrábamos el despacho y allí que nos hemos quedado muertos de la risa llegando tarde a casa (ha merecido la pena, todavía me duele la mandíbula)

Total, resumiendo, somos una pandilla de tarados… trabajamos (y más de lo que alguno cree) pero nos lo pasamos pipa… Es estupendo conseguir un ambiente de trabajo así; no es que todo sea de color rosa pero hemos llegado al punto de conocernos bastante bien y no hacernos puñeticas (falta el novato pero apunta maneras y seguimos dando gracias por la marcha del comepipas, aunque ya no haya pipas ni cacahuetes)… Por eso, quizás, alucinamos cuando en otros sitios como el nuestro tiene que  ir la megajefa a poner orden y a hacer sorteos de quién comparte despacho con quién, qué coche usa cada cual o qué establecimiento lleva fulanito o zutanito.

Prefiero mi panda de tarados… chalados pero buena gente.

miércoles, 19 de enero de 2011

Profundizando en la cerveza

La mañana ha pasado entre tiritonas y momentos de achicharramiento; café con ibuprofeno, toses mitigadas con caramelos de eucalipto, agua a mansalva y alguna bronca por seguir en el trabajo. Solamente son síntomas (vale que puedo contagiar a alguien pero trabajamos rodeados de miasmas en el centro de salud)… mientras controle la fiebre voy bien (sino, delibero que dice La Rubia, llamo a mi madre, mando a La Rubia a su casa para que no nos pillen, vamos, que flipo en colores.

Como soltando mocos y estornudos no es plan de plantarme en una cocina, fábrica de conservas u obrador de cualquier cosa, me he quedado en el despacho de nuevo papeleando (y todavía quedan papeles por hacer). Después me he puesto a mirar cosas de una nueva mini-industria que pretenden implantar… ellos la denominan “micro-cervecera arte-sana”.

Este trabajo tiene como parte positiva que no es monótono; vale que hay lugares que son siempre lo mismo, la misma mierda, la misma humedad en los techos, la misma picadora llena de biofilms, y que hay lugares que podrías ya recorrer con los ojos apagados, pero de vez en cuando aparece alguien que monta algo distinto y te toca ponerte las pilas.

Así que he empezado por leer la legislación sobre cervezas… curioso… cuando estudié opos ni caí en su existencia (y no será por los litros de cerveza que he bebido). Me ha hecho gracia la expresión de “productos de consistencia siruposa…” para la definición de extractos de malta.

A pesar de ser bebedora de cerveza (ahora menos que en mi época estudiantil) nunca me he preocupado mucho de saber cómo es su elaboración; soy más de esta me gusta, esta me parece muy amarga, esta es horrorosa… y como mucho a si es de trigo, de cebada o si es Pilsen o Alen (que esto ya me parecía saber un huevo)… pues hoy he aprendido algo nuevo, y eso me mola… hasta he estado trasteando por la tarde en la web de cerveceros de España.

La Rubia lleva una temporada con ganas de cata de cerveza, y con lo de hoy, tanto hablar de cerveza y cerveza como que me apunto.

Tras hacerme mis esquemitas a modo de apuntes en mi eterno cuaderno (tengo cuadernos donde anoto resúmenes de legislación, procedimientos, contestaciones a dudas… todo un libro gordo de Petete que llevo a veces de inspección) me he puesto con la minicervecera que pretenden poner en marcha.

Menos mal que ya empezaba la fiebre a subir y mezclaba mis desvaríos con el que ha escrito la memoria de la actividad… en vez de poner algo sencillito del tipo “ somos tantos socios que queremos hacer cerveza tipo cual con un volumen aproximado de tantos litros… nuestras instalaciones constan de tal y cual y de pascual”… NO…

Se han retrotraído a tiempos de maricastaña cuando la gente empezó a hacer cerveza con el excedente de grano y bla y bla y bla, que si en Babilonia y bla y bla y bla, que si la cultura de la cerveza y bla y bla y bla, que si en los  monasterios de Europa se hacía tal tipo de cerveza y bla y bla y bla…

Total que mejor va a ser que vaya a ver lo que han puesto y me deje de tanta filosofía cervecera… en este caso será más útil primero ver y luego intentar leer la documentación separando la paja, o la cebada, o la malta…

Ya, no puedo resistir poner fotos de cervezas de La Zaragozana pero es que han pasado tantos litros por mis venas… cuántos botellines, cuántas horas en bares, cuántos conciertos, cuántas risas, cuántos viajes al baño a mear, cuántas fiestas de veterinaria…Joer, en el 80% de las fotos de mi época de facultad salgo con un botellín, litro (cachi para otros) en la mano… ¡Qué buenos tiempos!

Miraré si hay cervecicas en la nevera, porque seguro que esta noche cae alguna…¡ A vuestra salud! (Y la mía que vuelven los mocos)

martes, 18 de enero de 2011

Anginística

Dudo que exista esa palabra, pero así me he levantado esta mañana… mis amígdalas han desenterrado el hacha de guerra y presentan batalla como venganza por tanto quitar-poner abrigo, abrígate y esa mañana acabas asfixiada por la calefacción que sorprendentemente funciona en el trabajo o al revés, te pelas en el despacho y tú en mangas de camisa.

Esta mañana mi cabeza iba con un segundo de retardo. Me ha llegado a pesar hasta el boli. Tan pronto me achicharraba como al rato me congelaba. Todo el mundo me decía que tenía ojillos de fiebre  (lo que me faltaba para las rendijitas que son mis ojos).

Total, que he aguantado la mañana haciendo papeles e informes porque en este estado no voy a ir de inspección a contagiar al personal. Y como papeles sobran siempre en el despacho… La Rubia, se ha tenido que quedar en el juzgado con sus detenidos, maltratadores, juicios y demás y para variar no funcionaba la impresora, el Minerva o como se llame el programa informático y lo de siempre que no funciona en los juzgados (ya parece que lo hacen a idea para que la cosa no funcione). Así que me ido a casa con mi fiebre a cuestas, he sacado al chucho, he tonteado con la comida y a la cama un ratito hasta que se me pasara el tembleque.

Uf, no valgo una patata cuando mi temperatura normal pasa de los 36,5ºC. Y ahora que Mr Ibuprofeno está en plena actuación, estoy repantingada en mi sillón escribiendo esta tontería… Me quedo sin yoga, al menos tengo a medias un libro un poco ameno y mientras el retardo mental me deje estaré entretenida… pero hoy, paso de limpiar y de hacer faenas caseras.

Qué días tan tontos que se tienen cuando uno está pachucho.

lunes, 17 de enero de 2011

La cuesta de enero

Finalmente el fin de semana dormí. A garrón suelto… no me hubiera despertado ni la tuna “cantando” bajo la ventana.

Esta mañana he ido de carnicerías. En la primera carnicería en la que he estado el tema estrella de conversación eran las rebajas. Piensan que por ser inspectora de sanidad tengo que saber los tongos de las rebajas en las tiendas de ropa para niños… y allá que me han metido en medio de la conversación. Que si no hay nada rebajado, que si es un timo que lo que estaba a un precio lo subieron para luego rebajarlo al que ya estaba, que si están sacando ropa de otra temporada… Pues chica que esto está muy mal, que si no abro por las tardes porque gasto más en luz que lo que saco… En los tres cuartos de hora que he estado (entre la inspección y la cháchara) ha hecho la friolera de 3,60€ de caja… dos clientes, uno para una barra de pan y otro que quería un poco de morcilla… porque la de las rebajas ya había pagado cuando yo llegué pero allí seguía hablando de ropa de niños y rebajas y así la he dejado al irme con los bártulos a otro lado.

En la siguiente  había algo más de clientela, pero todo superparado; ponme un par de chorizos, ponme una pechuga, 200 g de jamón de york, 3 chuletillas de palo, dame un hueso para caldo… la cámara estaba más vacía (y de paso limpia) que nunca. Aquí no me han hecho partícipe de la cháchara (en esta siempre hablan de futbol- para ser exactos del Real Madrid así que como digo que no se quejen que soy de Zaragoza y va de culo, no me insisten…).

Lo último ya ha sido la sala de despiece; un único trabajador… iba un poco estresado pero no había suficiente faena para que estuviera el resto. Una de las furgonetas parada en la calle y la otra de reparto. La crisis de enero, decía el que estaba trabajando. Todos los años tras las Navidades pasa lo mismo, comentaba y cruzando los dedos seguía, y yo no me puedo quejar que tengo 15 gorrinos a despiezar todos los días…

Antes, ir de inspección a un bar a la hora de los almuerzos o a la de la comida era entorpecerlos demasiado, ahora casi agradecen que vayas para charlar un rato. Lo impensable en las carnicerías era ir el viernes o los lunes que hay mercado y viene la gente de otros pueblos a hacer la compra semanal, ahora da igual, no molestas demasiado (entendedme, siempre molestamos porque somos moscas cojoneras).

La única parte positiva, en lo que mi trabajo se refiere, es que los sitios están más limpios porque tienen más tiempo para limpiar, ordenar… aunque los bares huelen  (a humanidad, a café, a ambientador, a tostadas, a quemado, a grasa rancia, a fritanga…)

Lo malo es que en sitios muy pequeños ya me estoy encontrando que los gastos de luz se han disparado tanto que apagan las cámaras de refrigeración o incluso los arcones congeladores y las vitrinas expositoras, como tampoco ponen estufas o calefacción te encuentras que las cosas están “fresquitas” pero no a las temperaturas ideales.

La cuesta de enero me parece que ya llega hasta junio… me da que este año alguna que otra tienda cerrará… queda crisis para rato.

viernes, 14 de enero de 2011

Sobrevivimos a la primera semana

Más o menos… porque no duermo ni dos horas seguidas pero eso es por la cura de sueño de estas Navidades- siete años y pico fuera de casa y cuando pillo mi cama de toda la vida parezco la bella durmiente, caigo en un sopor comatoso nada más tocar la almohada… así que ahora, de regreso a la vida laboral en Mordor, no hay forma de dormir, de encontrar la postura y no echar de menos mi vieja almohada con sus bultitos amorosos (que tanto me costó formar).

El tema estrella de la semanita ha sido el tabaco y las formas de cubrir terrazas, hacer zonas protegidas a las inclemencias del tiempo y crear clubs de fumadores… y córcholis, que todos han venido a preguntarnos a nosotros, los mindundis de sanidad que no tenemos más información que la ley de marras que nos hemos descargado del BOE.

La Rubia ha regresado de las vacaciones y directamente ha entrado en guardia y ya mañana le toca pringar por la mañana con detenidos y un muerto (será por un ataque zombie que está tanto de moda ahora)

El novato que ha cubierto la plaza del comepipas va cogiendo ritmo y poco a poco entra al trapo en las bromas y pullas (debe pensar que estamos chinados). Todavía le falta mucho por rodar pero está siempre atento cuando comentamos cosas de si la Listeria por aquí que si el etiquetado por allá… así que nos hemos quitado un marrón de encima considerable.

Estoy cansada. Tan cansada que no me apetece hacer nada, ni leer, ni limpiar, ni ná de ná… uf que galvanitis aguda (que decía mi abuela). El lunes voy de carnicerías… eso puede dar para un par de momentos absurdos, o no, quién sabe.

Buen finde.

miércoles, 12 de enero de 2011

No hay título que valga

De verdad, que estaba dándole vueltas y no he encontrado un título acertado para esto. Vale, no pienso mucho los títulos y a veces incluso se me olvidan pero pongo las opciones y al final puede que se entienda mi razonamiento:

Opción 1: 13 rue de la pescadilla que se muerde la cola y no distingue su culo de la cabeza

Opción 2: Absurdeces y caos en la administración de sanidad y consumo

Opción 3: Hágase la ley y ya veremos por dónde sale el sol

Situación: Segundo despacho a la derecha del pasillo de salud pública en la primera planta de un centro de salud. 13:30 p.m. Mujer joven (aunque mi madre diga lo contrario)  tratando de leer una inspección que parece estar escrita en arameo por las manos de alguien con parkinson (iba a compararlo con el chiste de la mujer que escribe una carta agobiada por el apetito sexual de su marido pero…). Por ahora no ha logrado ni entender el nombre de la razón social. Entra un hombre, menos joven con ojos azul desvaído que saluda muy efusivamente. Ella saluda con menos entusiasmo (lo de estrujar manos a lo Hulk no es lo suyo)  mientras mentalmente trata de recordar quién es. Afortunadamente él lleva una sudadera con el nombre de un bar… buf, primera dificultad superada.

Objetivo de la visita inesperada: Quiero poner un club de fumadores.  Plano que trae al canto y empieza a hablar de levantar un muro, acreditaciones de los socios, cafetera tipo monodosis y bla bla bla. A la par la chica, que se ha leído la dichosa ley del fumeteo le da vueltas al coco sobre  lo que ha oído que es un club de fumadores (una no sabe ni la mitad de lo que debería y menos de cosas que no entran en su campo de trabajo).  Frase clave: ¿Y TÚ ME DAS EL FAVORABLE PARA EL CLUB? Coño, que soy una mindundi…

Quietoparao!!! Oigamos la voz de los supertacañones. Llamo al jefe que menos mal que se pone a la primera. ¿Llevamos el tema del tabaco? Que yo sepa no. ¿Quién lo lleva? Ni idea. La megajefa está de vacaciones y yo no tengo ninguna instrucción. Es que tengo aquí a alguien que quiere hacer un club de fumadores y al menos si le puedo decir dónde puede remitirse… Ups, pues llama a la centralita del Departamento de Sanidad y pregunta por la sección que lleva lo del tabaco. No, espera. Llamo yo y te digo. Espero que no me remitan a mí mismo.

Un minuto más tarde.

Flipa colega, flipa (es lo primero que me dice- tengo un jefe un poco pandillero del Bronx). He llamado a la centralita y me han pasado, alucina con los de información al consumidor que están dando los carteles de prohibido fumar. Les he preguntado si llevan el tema del tabaco y dicen que no, que solamente reparten los carteles, que lo llevan los de alimentaria… imagina lo que me he reído. Pues si ellos piensan que lo llevamos nosotros y nosotros no tenemos ninguna instrucción al respecto… ¿qué le digo a este hombre? Que haga lo que le salga del… mira tía moralmente con lo que fumo no voy a ir a un bar para ver si la abuela fuma o si el menda se está echando unos tiritos en el baño. Ya, ya… objetor de conciencia, pero si se supone que esto lo lleva Sanidad, alguien en esa dichosa casa sabrá quién lo lleva… ¿No?… Pffff Suerte querida con la búsqueda… Vale, mira, le digo que haga un escrito con su idea y que lo remita a la atención del señor Delegado… supongo que él sabrá a quién ha designado para esto. Ok, pero que se asegure de que le llega a él y que no se pierde.

Así que le di el nombre completo de nuestro jefe supremo e incluso la localización de su despacho para que, a ser posible, llevara el escrito en mano y lo dejara como muy lejos, en la mesa de su secretaria, porque como la mande por correo, mucho me temo que va a ir de mesa en mesa hasta que a alguien se le caiga y acabe debajo de un armario.

Alucinante pero cierto, en la Comunidad Autónoma en la que trabajo, por ahora nadie sabe quién es el responsable de la comprobación del cumplimiento de la ley…

Y ya hoy era de guasa… bares que dejan fumar y otros se quedan vacíos porque no se fuma y cuando el dueño denuncia la situación ni guardia civil, ni ayuntamiento, ni policía local ni consumo ni inspector de sanidad son capaces de aceptar su denuncia ni tomar cartas en el asunto….

Esto es un cachondeo. Como siempre, mal y a destiempo. De vergüenza.

Que no digo yo que no se fume o que se fume, a mi, me la plin… pero me parece de traca que nadie sepa quién puñetas lleva esto… y cómo quedamos de tontos- para variar- sin poder dar una contestación coherente. Eso es lo que me jode, marear a las personas y hacerles perder el tiempo.

martes, 11 de enero de 2011

Hola, ¿es aquí donde se denuncia?

Este año 2011 muchos se han debido hacer el propósito de empezar el año denunciando al prójimo. Y no, no me refiero al tabaco.

Ayer. Primer día de trabajo tras mis “cortas” vacaciones navideñas (no como las que se ha clavado alguno que yo me sé). 9 a.m. Mesa llena de papeles…. haciendo montoncicos para organizarme la mañana.

- Hola, ¿es aquí donde se denuncia?- gritó por el pasillo alguien con voz de trueno que hasta casi temblaron las puertas.

Un silencio sepulcral se hizo en torno a todos los despachos… niro niro naaa, na na na - niro niro na, nia nia naaaaa (cancioncilla de peli de Clint Eastwood- vale, imaginad y entonad). Creo que todos pensamos que iba a denunciar a alguien por fumar. Venga, que salga alguien, pensé… pero, ni flagüers.

Señor. Vestido de azul (como la muñeca pero sin camisita ni canesú). Achaparradico. Me suena pero no lo ubico.

- Buenas. Vengo a denunciar.

- ¿El qué?

- Denuncio los halógenos.

- ¿Los halógenos? – lo primero que me vino a la cabeza fueron los compuestos halogenados, cloro, bromo, yodo… y ya desvarié con que venía a denunciar el uso del cloro para desinfectar el agua.

- Sí, que te dejan ciego.- Jarrlll, comorrr dice (pensé, que esto no lo dije)

- Creo que no le entiendo.- Y me miró como si fuera idiota.

- Los halógenos, que te dejan ciego. Que a mí me prohibieron venderlos porque te rompían la retina y fíjate que los venden. Y eso, señora, está “mu” mal, que es competencia desleal. Los pobres chicos para estudiar encienden el “fexo” y en siete horas están ciegos.

- Lo siento, pero soy veterinaria. Me encargo de la seguridad alimentaria, de lo que se come y se bebe.

- Ya, pero eso es aquí, ¿no? Es por la vista. Entonces eso es un sentido humano. Con lo que es aquí. Es que, sabe usted, me prohibieron vender los halógenos y ahora los están vendiendo… y si se venden, pues yo también. Pero es la vista y la vista es como comer.

- ¿Pero quién se lo prohibió? Sería consumo.

- Que noooooooooooo  y no, los veterinarios. – y me miraba como diciendo, definitivamente esta tía es imbécil.

- Pero qué veterinarios. Aquí no nos dedicamos a ir a ver tiendas de iluminación o talleres de electricistas. Somos los que vamos a bares e industrias alimentarias.

- Los de aquí.  El jefe de aquí sería. (Jo, me tengo que depilar el bigote, que me confunden con un hombre- pensé… jo, si pensé cosas).

- Pero le dejarían un papel prohibiéndole vender los halógenos o algo. En ese papel vendrá quién le ha dicho que no puede venderlos y si quiere denunciar, deberá hacerlo en el departamento o en la oficina del que se lo prohibió.

- Pero no es aquí donde cerraron el bar de Fulano?

- Nosotros hacemos inspección en los bares. Pero no los cerramos nosotros. Los manda cerrar el Delegado de Sanidad. Me parece que debería ir a la Oficina de Consumo porque aquí trabajamos con cosas de los alimentos y los animales, pero no con luces.

- ¿Es que a usted no le importa que los estudiantes se queden ciegos?

- Mire, le doy la dirección y va usted allí, que aquí no puede denunciar esto.- Le puse la dirección en un post it con letras bien gordas, pensando que bien pocos en este pueblo se quedarían ciegos porque estudiar está muy mal visto por aquí y estudian cuatro raros.

De verdad que fui amable pero incluso poniéndole la dirección y dándole indicaciones se me hacía el sueco… joer, si es del pueblo, que no me diga que no sabe dónde está la avenida principal.

Mientras se iba por el pasillo hacia la salida se le oyó, con esa voz de trueno

- Se van a quedar ciegos por tu culpa y yo no puedo vender los halógenos.

Fue el primero de la mañana… luego hubo más… uno que quería que le hiciera un informe diciendo que su inquilino le había destrozado el local (ya me dirá cómo puedo saber si el local ya estaba así, si fue un oso pardo, un elefante o el propio tipo): otra llorando porque el ayuntamiento no le daba licencia y que le faltaba mi informe, cuando ni el ayuntamiento me ha pedido nada y ya no es vinculante mi informe para dar una licencia municipal. Otro que se quejaba del horario porque por la tarde no trabajo…

… uf, y esta mañana ha habido también su momento surrealista, pero, lo dejo para mañana…

No pongo fotos… no puedo imaginar fotos con este diálogo de besugos…

lunes, 10 de enero de 2011

Cómo nos dejamos engañar

Ayer por la noche zapeando encontré este documental en la 2…

documental emitido en la 2 el 09/01/2011

Todos sabemos que cuando compramos algo no nos va a durar para siempre (salvo la mesa que he comprado para el comedor que tiene que durar hasta mis nietos por lo menos).

De pequeños nos compraban ropa o la heredábamos de hermanos mayores o primos porque se nos quedaba pequeña rápidamente. Comprábamos rotuladores porque se gastaban rápido (siempre el azul el primero por eso de pintar cielos y el verde por los árboles y la hierba)… luego por las modas, porque ya no se llevan los pantalones de campana o porque ahora no se llevan los pitillo…

Las baterías de los móviles van durando menos y acabamos cambiando de teléfono por uno más moderno que luego no nos dura más de un año… ¿O es que solamente a mí me parecen que los móviles cada vez duran menos? Como solución, he pasado de un móvil pichiflú a un móvil sencillo con lo justo y necesario y sorprendentemente ha pasado los cuatro años y sigo cargándolo una vez a la semana… ahora resulta que existe una “cosa” que se llama la obsolescencia programada que allá por la crisis del 29 se le pasó a un economista por la cabeza…y que nos tiene inmersos en la rueda imparable del consumo.

En este documental flipé con las medias que no se hacían carreras y que dejaron de fabricarlas por eso, porque eran tan buenas que hubo que “empeorarlas” para que el mercado siguiera en auge… o cómo en la Alemania del este desarrollaron bombillas de larga duración con 25 años de funcionamiento o que los electrodomésticos del bloque socialista se diseñaban para que al menos duraran 25 años… Como en mi casa, que heredé la lavadora de mi abuela que debe tener casi los 20 años y en casa de mis padres, en el garaje, la nevera para las cervezas y refrescos tiene la friolera de 38 años y la única pega es que congela las latas de refrescos…

Claro es que no pensamos que todo este material que vamos renovando ocupa un espacio o lo contamina… y, lo enviamos, supongo que por módicos precios a países más pobres y así que lo acumulen ellos y ojos que no ven…. qué buena gestión medioambiental que hacemos…

… Ayer entendí porqué la impresora que tenía dejó de funcionar un día por las buenas… jamás pensé que tuviera un chip que contabilizara las copias hasta que llegase al número tope y se bloqueara… ya podía cambiar los cartuchos, limpiarla, mirar los cables y demás tonterías… qué tomadura de pelo.

Supongo que por lo mismo, las camisetas y vaqueros me duraban tanto que los arrinconaba en el armario ya harta y ahora apenas pasan la temporada… lo achacamos a que son más baratos y de peor calidad, pero en el fondo es lo mismo, la obsolescencia programada…

Bueno, que me pareció interesante y me dejó un poco flipada… así que dejo para mañana las historietas de esta mañana en el despacho (qué mañanita, si laboralmente comienzo así el 2011 en diciembre me tenéis en un sanatorio o de retiro espiritual)

miércoles, 5 de enero de 2011

Noche de Reyes

Primera entrada del año, estoy de vacaciones y me duelen los pies de tanto paseo con el perro y de tanto mirar regalos para la familia… es genial estar en Zaragoza, aunque mi bolsillo lo está resintiendo mucho y ya me apetece estar tranquila con La Rubia pasando la tarde en el sofá (sin padres, suegros, hermanas ni cuñadas aunque los quiera mucho)…ya, soy una petarda…

Queridos Reyes Magos, este año he sido buena y me he portado razonablemente bien. Es cierto que en ocasiones por mi boca han salido sapos y culebras y que mi dedo medio de la mano derecha ha realizado algún gesto al que ahora algunos denominan peineta. (Me lo parece a mí o los puntos de las íes parecen todos acentuados?)

A lo que iba. Admito que me he cagado en algunos, sobretodo asesores jurídicos sin sentido común, comepipas inútiles e ineptos en general (como si yo no lo fuera a veces) y viendo partidos de basket (es que me pueden los nervios). Pero, por otra parte he soportado algunas putadicas comenzando por la bajada de sueldo… que lamentablemente he tenido que contrarrestar con compras más selectivas y disminuyendo el presupuesto.

Así que, Queridos Reyes Magos, esta noche de deseos y de ilusión (madre que cursi que estoy hoy, será de tanto papel de regalo y lazos que hay por la casa), esto es lo que quiero:

- Que La Rubia vuelva a tocar la guitarra como antes, sí, como cuando me quejaba de oír el ruido de la batería esa que usa del ordenador.

- Que a mi hermana la rubia (joer, qué cantidad de rubiales que hay en mi familia) la vuelvan a contratar aunque se queje de los madrugones para tomar muestras o de que la ropa de faena está pensada para chicos

- Que mi madre sienta que utiliza el tiempo para algo… es una putada trabajar toda la vida y que te despidan camino a los sesenta y te veas que tienes toda la mañana para hacer las cosas que antes hacía a toda prisa a las siete de la mañana y a pesar de eso no te cunda nada

- Que mi compa interino de curro siga un año más con nosotros, ahora que por todas partes se oyen murmullos de que los interinos se van a la calle.

- Que mis amigos sigan como están, quejándose de sus jefes y del horario pero al menos con trabajo, pagando hipotecas y haciendo malabares para poder quedar para salir de cena o vernos un ratico…

- Que mi padre siga con esa agilidad física y mental, que hoy podo un árbol del jardín, mañana reparo el tejado, pasado me voy con la bici… a la par de que me leo esto en francés y esto lo escribo en inglés

- Que vengan tiempos mejores, que no puede ser tan difícil viendo cómo está ahora la cosa de mal. Ya paso de pedir que a los políticos les llegue cordura, que los bancos dejen de echarle morro a sus pérdidas económicas, que las empresas no se pasen con los eres… porque eso es ciencia ficción y a lo mejor se da en un plano paralelo (lo dudo)

- Que a mi hermana pequeña le llegue un poco de sensatez, que buena falta le hace… y por favor, que le regalen de una puta vez el Mister Potato Indiana Jones, que no voy a soportar otro año con la cantinela de quiero un señor potato indiana yones, un indi potato… que llevamos así casi cinco años…

-  Para mí, un sofá… un sofá cómodo para poder leer junto a La Rubia, un sofá grande en el que se sienten mis amigos a tomar un café, un sofá fácil de limpiar por si al chucho se le ocurre subirse a echar la siesta… ya sería la pera si fuera acompañado de un regreso a Zaragoza

Queda sitio en la carta, así que pedid un deseo…

 

Y ya, vale de tanto azúcar… la próxima entrada seguro que vuelvo a mi ser, a mi destroza-cocinas, a carniceros destalentados, bodegueros borrachines y demás fauna que me entretiene los días de trabajo