jueves, 22 de julio de 2010

Y es que siempre es igual, siempre es igual...

... día a día, semana tras semana, el bucle sin fin, la eterna espiral... y yo me repito más que el ajo.

He vuelto a Don Guarro...Caos total, mierda absoluta y aderezado todo con moscas. Y aún me lo rebaten y se excusan... que limpié el martes (si claro, el martes de hace un mes lo menos) y que no tienen tiempo... pues yo no veo que les cunda nada.

Vas andando y se te pegan los pies. Me he subido los pantalones porque en otras zonas chapoteabas. No sé qué diablos pinta un hueso de jamón colgado sobre las freidoras (a lo mejor es para dar aroma de jamón a lo que fríen o para que escurra la grasa que le queda al jamón y rellenar las freidoras, yo qué sé). Y tampoco entiendo por qué los limones y las lechugas se encuentran con las cervezas dentro de un botellero, con su tierrecica y supongo que con alguna hormiguita, haciendo un barrete estupendo que luego se pega a los botellines.

No hay moscas, que va, son imaginaciones mías... pero sobre la mesa de trabajo se estaban dando un festín alrededor de veinte moscas. Menudo engrudo que había sobre la mesa, rico, rico para cualquier bicho y a pesar de eso, en un huequecito entre toda la mierda y trastos que había sobre la mesa, la cocinera preparando la comida (claro que el rinconcito era tan pequeño que se le iban cayendo las cosas al suelo... reconozco que ya harta y asqueada he salido y no he visto si han reutilizado lo que se ha caído... es que si me quedaba seguro que montaba un pollo peor que los de los programas de telebasura)

Y sí, al menos descongelan en refrigeración, pero el lomo nadaba en un caldo rojizo estupendo y la sepia nadaba en líquido lechoso.

Y como siempre, por el suelo cáscaras de huevo, aceitunas pisadas, colillas, migas, palillos, hojas de a saber qué...

Ya sabíamos que la cosa no iba a mejorar y que la limpieza que hicieron hace tres meses no iba a durar para siempre, pero les salvaba de un cierre... lo que me fastidia es que llegaron a limpiar haciendo creer que no saben distinguir lo limpio de lo sucio y que ahora vuelven a poner la misma excusa de siempre... coño, no hay excusas para no limpiar, que es un bar de esos de las tapas grasosas que tanto gustan...

Hay veces que deseo que haya una intoxicación con cagaleras explosivas... y en este sitio, reconozco que me encantaría y así, de una vez por todas, que lo cerrasen definitivamente... eso o que el conato de incendio que tuvieron (por guarros y aceitosos) se hubiera convertido en el destrozo total de la cocina...

Lugar sin solución y ya me rindo... la próxima inspección iré de acompañanta del que me releve y dentro de unos meses, cuando el inspector se rinda volveré a cargar con esta losa y así eternamente, en esta espiral sin fin, hasta que salga de aquí

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