lunes, 7 de junio de 2010

El límite entre cliente e inspector

¿Qué eres primero, inspector o cliente?
¿Qué has sido más tiempo? Obviamente cliente, cliente de eléctricas, cliente de gasolinera, del kiosco de la esquina, del dentista, del verdulero,... hasta podemos decir que cliente del colegio (sobretodo ahora, mi pésame a los profesores vocacionales, a los "alumnos normales" y a padres con dos dedos de frente)

Considero importante marcar una frontera, un límite entre ser inspector y ser cliente. Si voy de inspección, voy de inspección y punto; relación profesional seria y tan educada como sea posible (al menos por mi parte que no quede, si luego me tratan a patadas, seguiré siendo cojonudamente educada... que tratando de usted puedo ser más borde que nadie).
Pero, si voy de cliente, voy de cliente... no sacaré el tema de que soy inspector de sanidad ni nada por el estilo. Si tengo alguna pega, haré como cualquier cliente, hoja de reclamaciones, denuncia, a la Oficina del Consumidor... No busco mejor trato o atención preferente por ser cliente.

Normalmente compro en lugares que no inspecciono. En algunos sitios saben quién soy y en otros no. A veces cuando llego, empiezan a recoger y a corregir cosas por si les dices algo. Yo, ni mu, no digo nada, voy de cliente. A veces te preguntan algo y te encuentras en la disyuntiva de contestar o decirles que ya lo comentarás al inspector que va por allí o que se lo pregunten a él cuando vaya.
Es verdad que en sitios que inspecciono y me gustan, por calidad del género y demás, voy a comprar y guardo mi fila, cojo mi número y pago como cualquiera... vale que te ponen lo mejor, te lo preparan estupendo, pero para ellos supongo que también es bueno que la veterinaria de sanidad compre allí las chuletas. Eso no quita que cuando vaya de trabajo, me ciña al trabajo... además no suele haber gran problema y si lo hubiera, dejas de ir a comprar y listo.

Lo que ya no concibo es que comprando fuera de tu demarcación de trabajo, véase en otra ciudad, otra provincia... eches mano de tu trabajo para, seamos claros, tocar los huevos al establecimiento. Que tienes pegas con lo que compras, pues llama a atención al cliente (ya lo hice con una empresa y no dije para nada que era de sanidad), que tienes pegas con el establecimiento, pues hoja de reclamación,por ejemplo...
... pero no me toques las narices con un escritito firmado como inspector de sanidad quejándote de una cadena de supermercados de la que eres cliente asiduo por lo que te pasa en el super de la esquina de tu casa... sobretodo cuando el escrito lo mandas a otra provincia sobre lo que "observas" en un supermercado a 175 kilómetros de distancia en otra provincia, ¿qué buscas, una medalla o reconocimiento por no separar la vida personal de la laboral? pamplinas... y para colmo aún tocas las narices al sitio pidiendo que corrijan inmediato la situación, cuando es una deficiencia que no implica ningún riesgo sanitario inminente para el consumidor... Otra cosa es que en tus inspecciones rutinarias encuentres deficiencias que provengan de otro lugar (etiquetados y marcas sanitarias habitualmente) pero para eso ya tienes mecanismos de actuación

Eso de que haya inspectores que pretenden dar lecciones de a saber qué a establecimientos que no son de su demarcación, a otros compañeros de otros lugares y que se crean con la verdad suprema me desconcierta y me deja flipada. Me imagino al colega de turno, sacando el carné cuando iba a comprar mejillones al super de la esquina de su casa: soy inspector de sanidad, etiqueta de estos mejillones... anda tío, vete a la mmmmmmmmmmm, y empieza por tu trabajo que lo llevas de culo y cuesta abajo...

Si es que es más facil ver la paja en el ojo ajeno que la viga en el nuestro... intentaré aplicarmela a mí también.

7 comentarios:

  1. Esto de leer un artículo tuyo todas las mañanas me está enganchando...

    En España creo que tenemos un problema de base, y es que nadie denuncia, nadie pierde el tiempo en rellenar una hoja de reclamaciones y solamente nos quejamos en las colas del super, en lo lenta que es la cajera, etc.

    Yo soy persona non-grata en varios super de mi ciudad, y es que a veces se te hincha la vena esta que tenemos todos en la frente y te da por pedir hojas de reclamaciones... prefiero pasar un rato malo pero irme a casa con la sensación de que alguien se podrá beneficiar de lo que me he quejado a dejar pasar (como la mayoría) y dejar de comprar ahí.

    Buen día!

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  2. Aunque, de todas formas... si yo tuviera tu "carnet" me daría el gusto en algún establecimiento de "acongojar" al dueño y hacer "placa-placa" para poner a más de uno en su sitio, jejeje (me sale la vena malvada)

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  3. Bienvenido a mis club de "personas que se introducen en la maldad", con lo buena que yo era cuando iba a ballet.
    A veces si que dan ganas de montar pollo, pero para eso está La Rubia para ponerme de espaldas a cocinas de restaurantes o cogerme del brazo y sacarme cual neurótica... y si no, mis redacciones de las hojas de reclamaciones son tremendas... juas juas juas

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  4. Lo que no entiendo (o no he llegado a la entrada donde lo explicas)es lo de tu alter ego "La Rubia". Seguiré leyendo o ya me lo explicarás otro día...

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  5. La Rubia (definición con la que no sé si estará de acuerdo): dícese de humano con gran sentido común, mucha lógica y poca memoria con el que comparto música, libros y al que mis experimentos culinarios siempre le saben buenos (a excepción de unas patatas rellenas... que no se me olvidan)... y pensar que cuando le conocí me parecía un ser bastante raro y extraño... El apodo viene por un día de juerga en el que unos intentaron ligar con lo que parecía un grupito de solamente chicas y al primero que le ofrecieron un cigarrito era a La Rubia que estaba de espaldas...

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  6. JAJAJA, tengo un primo al que le pasó algo parecido en Valencia... entendido.

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