lunes, 21 de junio de 2010

¿Dónde está el horario de verano?

Antes de las nueve ya tenía preparados los pertechos para las mil y una tomas de muestras de hoy: aguas, huevos, zumos...
Antes de las diez ya había dado la brasa por las Áreas de Servicio, para sorpresa de una clienta que estaba desayunando que ha espetado al verme con la nevera y papelujos: ¡Y yo que pensaba que los inspectores de sanidad eran un mito! La cara de la camarera, a la que ya tengo archiconocida, ha sido un poema... seguro que pensando, mito, mito, las narices..

A las diez y pico ya había descargado una nevera de muestras, cogido unos cuantos recados, arreglado la impresora de la auxiliar y preparado más pertrechos para seguir con la marcha.

Me he tomado un cortado rápido a la vez que rellenaba las etiquetas de las muestras.

He acabado en el pueblo conquistado por los gatos (no exagero si había 20 en la plaza mirándome mientras tomaba muestras de agua... un mal rollo que no veas... como si fuera una peli de serie B "la invasión de los gatunos" o algo así). Solamente he visto un hombre, metido en una renault express tomando notas en un papel bajo un árbol(si era un detective siguiéndome, lo hacía fatal, le faltaba el disfraz de gato). Y por fin he terminado tomando muestras para el dichoso Plan Nacional de Investigación de Residuos que me tiene hasta los huevos (nunca mejor dicho porque eran huevos lo que he cogido). A la par que aprovechaba para ver la carga de mercancía para exportar y hacía el certificado de exportación.

Tras más de cinco horas de aquí para allá he conseguido llegar al despacho, meter las muestras en nevera o congelador (depende de cual) y hacer un pis (ya no podía más). Pues ni un segundo de calma para ordenar la mesa: Visitas.
Dudas sobre materiales para una cocina, dudas sobre qué colocar y dónde colocar... claro como la legislación es tan clara (superficies lisas, impermeables, de fácil limpieza y desinfección...), que cómo va eso de las inspecciones de sanidad, que si multo a la primera (madre, quién les habrá hablado de mí)

Así que a las dos y media seguía sin haber ordenado los papeles de las muestras, sin ver los mails de cosas que necesitaba para ya, sin leer el correo ni repartirlo... total, que como siempre, a comer casi a las cuatro (menos mal que hoy tocaban sobras y comida congelada de suegra)... horario de verano, ya... eso sí que es un mito.

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