martes, 23 de marzo de 2010

El comedor de Pili

Me estoy volviendo loca con la valoración del menú escolar de un colegio... una cosa es el menú que dan a los padres y luego es la realidad de lo que les dan de comer...ponen "paella" y al final es arroz con tomate o "patatas a la marinera" que no son otra cosa que patatas cocidas con caldo de pescado... y me toca a mi intentar conocer si en teoría las raciones son equilibradas o no... para esto o te pasas todas las mañanas por el cole de marras (que dista 70 km de donde estoy) o te crees lo que te cuenta la cocinera. Analizando la situación, con 7-10 niños en el comedor, el gasto de tiempo y combustible y la impresión que me da la cocinera, me decanto por la segunda opción, ir preguntando a la cocinera cómo prepara cada plato. No es lo más riguroso pero si no, ya me contarás cómo sigo con el resto de inspecciones...

Es curiosa la evolución de las comidas en los comedores de niños; recuerdo cuando me tocaba quedarme en el comedor que ansiabas el día de los macarrones, de los espaguetis o del arroz con tomate y odiabas los días de sopas. Pues ahora parece que no, que lo que triunfa son las sopas (de arroz, de fideos) y lo que se queda en el plato son los macarrones.
No recuerdo como desagradable el pescado, ya que siempre eran lomos de esos sin espinas o varitas de merluza; pues ahora se queda siempre en el plato. Según la cocinera es porque los niños que se quedan en el comedor no suelen comer pescado en su casa.
Tampoco encuentro en los menús mucha mención de carne picada, albóndigas o hamburguesas ya que parece que si no son del McDonalds y vienen con juguetes, no tienen mucha aceptación.

Por lo que veo les meten mucha patata, poca verdura y menos legumbres, mucho panga y mucho cerdo pero casi nada de pollo y la ternera ni verla y al menos en este menú, ni un huevo ni medio, ni tortillas, ni huevos duros, ni huevos fritos con el arroz...

También veo cambios en cuanto a los niños que se quedan en el comedor; antes eran mayoría los que se quedaban porque sus padres estaban en el trabajo. Sigue habiendo muchos en esta situación, sobretodo en las ciudades, pero también hay niños de familias con pocos recursos y de familias desestructuradas (todos los del comedor al que voy) que puede que la comida del comedor sea la única comida caliente que hagan al día.

Te quedas un poco pasmado al ver que hay gente que las pasa tan putas que no tiene para dar de comer un plato caliente a sus críos y más pasmada aún cuando ves que hay familias que ni siquiera se plantean que a sus hijos hay que darles de comer, ducharles, acostarles o recordarles hacer los deberes. Menos mal que estos niños tienen a Pili que les enseña desde lavarse las manos antes de comer a saber coger un tenedor, a masticar sin la boca abierta o a abrocharse la chaqueta.

Lo que ya te deja del todo patidifuso es que los padres no agradezcan la labor de este comedor social y recriminen que a su niño no le dan lo que quiere, alucinad, como chocolatinas o bollos (qué buenas comidas ¿no?). Si es que muchas veces somos muy poco agradecidos con las cosas que nos dan gratis y por pedir, pedimos las cosas más absurdas.

Mi reconocimiento a todos los que como Pili se preocupan por los niños más desfavorecidos y además de calentarles el estómago, les dan un poquito de cariño disimulándolo a veces, con un toque de mal genio.

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